HARARE. Miles de zimbabuenses llenaron este jueves el estadio de fútbol de Rufaro en Harare para dar su último adiós al presidente fundador del país, Robert Mugabe, después que un portavoz de la familia confirmara que su entierro no será un acto público.

El cuerpo del exmandatario, que falleció el pasado día 6 en un hospital en Singapur a los 95 años, fue repatriado este miércoles a Zimbabue.

Y este jueves el féretro fue trasladado en un helicóptero militar desde la mansión de los Mugabe en Harare hasta el estadio, localizado en el humilde suburbio de Mbare, el municipio más antiguo de la capital.

Colocado su ataúd abierto bajo una carpa blanca en el centro del campo de fútbol, tanto los simpatizantes de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF, el partido que fundó Mugabe), como el resto de zimbabuenses de a pie pudieron acercarse para verle.

Unos para despedirse de quien liberó a Zimbabue (antigua Rhodesia) del poder colonial y otros para ver por última vez a quién oprimió a su país durante casi cuatro décadas.

Incluso antes de que el cuerpo llegara, largas filas de personas custodiadas por agentes de la Policía Militar se formaron fuera del recinto, coreando eslóganes, silbidos y sosteniendo en alto un retrato de Mugabe, a quién ante todo consideran un héroe nacional.

"Para mí, Mugabe es el héroe que nos liberó mediante la lucha armada, por lo que al venir aquí estoy homenajeando su vida como nuestro líder nacional", dijo a Efe Hardlife Samui, universitario en busca de empleo y quien además agradece al líder exguerrillero el poder haber recibido una educación.

Si bien las políticas educativas de Mugabe fueron alabadas por conseguir en Zimbabue una de las tasas de alfabetización más altas de toda África, otras, como su programa de redistribución de tierras arrebatadas a propietarios blancos, se encuentran en la raíz de la crisis económica actual.

"Todos sabemos lo que (Mugabe) hizo durante y después de la lucha armada, y aunque en el camino se enemistó con mucha gente debido a sus políticas, todavía lo respetamos por llevarnos a un Zimbabue independiente", explicó a Efe Maria Makondo, llegada de la provincia rural de Mashonaland (este).

El Gobierno del actual presidente, Emmerson Mnangagwa, cuyos militares afines provocaron el golpe de Estado que derrocó a Mugabe en noviembre de 2017, ha movilizado cerca de 200 autobuses para que ciudadanos de las provincias más distantes puedan también llegar hasta Harare en este día tan señalado.

Este jueves, ciudadanos de cinco de las diez provincias del país tuvieron la oportunidad de usar alguno de esos autobuses, mientras que mañana -segundo y último día en que se expondrá el féretro en Rufaro- desplazarán a este mismo estadio a zimbabuenses de las cinco provincias restantes.

Un funeral de Estado masivo, al que asistirán once presidentes y ocho exmandatarios de África, se llevará a cabo el sábado en el Estadio Nacional de Deportes de Harare, pero la incertidumbre aún reina sobre dónde será finalmente enterrado Mugabe.

Leo Mugabe, portavoz de la familia y sobrino del difunto expresidente, aseguró a los periodistas que la familia había decidido celebrar un entierro privado la próxima semana, sin especificar el lugar y contradiciendo los planes del Gobierno de darle sepultura en el Acre de los Héroes en Harare.

"No va a haber entierro este domingo", dijo Leo, negando la fecha escogida por el Gobierno que, además, coincidía con el 77 cumpleaños del presidente Mnangagwa.

Según fuentes próximas a la familia Mugabe, este habría manifestado su voluntad de ser enterrado junto a su madre Bona, en un cementerio católico en su aldea rural de Kutama, a 90 kilómetros al noroeste de Harare.

El jueves por la mañana, Mnangagwa visitó en Harare la mansión de Mugabe, conocida como Blue Roof ("Tejado azul") -la misma en la que el exlíder fue brevemente confinado por el Ejército en 2017- con el fin de dar sus condolencias a la familia.

Mnangagwa, flanqueado por altos funcionarios del Gobierno y oficiales del Ejército, aseguró que el legado del expresidente quedará a salvo en sus manos.

"Mientras ZANU-PF esté en el poder, nadie se desviará (de sus principios). Él seguirá siendo nuestro icono y padre fundador", manifestó el presidente del país.

Según algunos analistas, la credibilidad de Mnangagwa se verá seriamente dañada si finalmente no preside el entierro de su predecesor, quien pese a su continuo abuso de poder, goza todavía de un gran respeto en África.

El régimen de Mugabe, que duró desde la independencia del Reino Unido en 1980 hasta su derrocamiento en 2017, se caracterizó por la represión de sus opositores, las elecciones de dudosa credibilidad, la falta de libertades y una total ruina del Estado zimbabuense.