SANTIAGO DE CHILE. "Luego de conversar con las Fuerzas Armadas y de orden quiero anunciar a todos mis compatriotas que, si las circunstancias lo permiten, es mi intención levantar todos los estados de emergencia a partir de las 24 horas del próximo domingo", dijo el mandatario desde la Moneda, donde también anunció que ha pedido a todos sus ministros que pongan sus cargos a disposición para formar un nuevo Ejecutivo.

Previamente las autoridades militares a cargo de la seguridad en las zonas en estado de emergencia de Santiago, Coquimbo y La Serena (norte) y Concepción (sur) comunicaron que hoy no decretarán toque de queda a causa de la creciente normalización de los servicios, un día después de que una marcha en Santiago de Chile reuniese a 1,2 millones de personas para reclamar la marcha de Piñera y reformas sociales.

Cuando se levante el estado de emergencia, los militares dejarán de estar al cargo del orden público en las diferentes ciudades del país en el inicio de la próxima semana, tras nueve días desplegados en las calles de Chile.

En una declaración a la prensa en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, Piñera señaló que "es fundamental también recuperar el camino de la normalización institucional" para avanzar con "paz y seguridad".

El presidente chileno decretó el pasado fin de semana el estado de emergencia en Santiago, Valparaíso y Concepción (sur) tras la ola de protestas, disturbios, incendios y saqueos ocurridos en la noche del viernes y la madrugada del sábado anterior.

Esta medida se fue ampliando por muchos puntos del país con el paso de los días y llevó a los soldados a la calle por primera en democracia desde que terminó la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por una situación de orden público.

Cientos de miles de chilenos han salido a la calle cada día para protagonizar protestas, en las que han muerto 19 fallecidos, entre ellos seis extranjeros, y ha habido cientos de heridos y miles de detenidos.

El alza en el precio del billete del metro de Santiago prendió la mecha del descontento social contra la desigualdad y los altos precios de servicios básicos como la salud, la electricidad o el transporte en Chile, desatando una ola de indignación nunca antes vista desde la recuperación de la democracia.