- “Esta escoria está deshonrando la memoria de George Floyd, y yo no voy a dejar que eso suceda. Acabo de hablar con el gobernador Tim Walz y le he comunicado que el Ejército está a su disposición. Ante cualquier dificultad, asumiremos el control; pero si los saqueos comienzan, los tiroteos también. ¡Gracias!”. En uno de sus tradicionales berrinches en Twitter, Donald Trump aseguró el pasado 28 de mayo que la violencia de las manifestaciones tenía su origen en la “falta de liderazgo” de las autoridades de Minneapolis y amenazó con recurrir al Ejército para cumplir su misión. Dicho tweet, para deleite de muchos, fue bloqueado por la propia red social al considerar que “glorificaba la violencia”.

Existe una gran diferencia entre los exabruptos del mediático presidente estadounidense en redes sociales y la política real, un terreno donde Trump y su entorno más cercano carecen del apoyo suficiente del Gobierno para sacar adelante sus ideas y proyectos. Respecto a la intención de Trump de usar al Ejército para hacer frente a las protestas, el propio Secretario de Defensa, Mark Esper, dejó claro el pasado miércoles que estaba completamente en contra de recurrir a las tropas para dicho fin.

Varios exintegrantes del gobierno del presidente también han manifestado públicamente su rechazo a la reacción del presidente ante la muerte de Floyd y su gestión de las protestas, llegando incluso a acusarle públicamente de haber abusado de su poder ejecutivo para suprimir las manifestaciones.