El grupo yihadista Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP) confirmó este sábado la muerte del líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, quien supuestamente se inmoló el pasado mayo al ser capturado por esa escisión rival.

Según un mensaje interno al que tuvo acceso el medio nigeriano HumAngle, el líder de ISWAP, Abu-Musab Albarnawi, confirmó la muerte de Shekau; a quien calificó en hausa (uno de los idiomas locales de Nigeria) como el "líder de la desobediencia y la corrupción".

Al igual que otras voces críticas, ISWAP solía reprochar al líder de Boko Haram el atentar contra musulmanes y población civil, ya que fue durante el liderazgo de Shekau cuando este grupo yihadista empezó a asesinar de forma indiscriminada a civiles y a usar a niños y a mujeres en ataques suicidas.

EFE no pudo confirmar dicha muerte de forma independiente al no poder contactar con el portavoz del Ejército, Mohammed Yerima, quien desde hace meses asegura que continúan las investigaciones sobre lo sucedido.

Según HumAngle, Shekau inicialmente logró escapar a la emboscada perpetrada por su grupo, y deambuló durante unos cinco días por el bosque de Sambisa -feudo de Boko Haram- hasta ser encontrado de nuevo por miembros rivales, quienes le pidieron que se rindiera. Pero él decidió suicidarse: "Shekau prefirió ser humillado en el más allá que humillarse a sí mismo en la tierra", dijo Albarnawi según HumAngle.

En los últimos años, la muerte de Shekau había sido anunciada hasta en cinco ocasiones, la última en agosto de 2015, cuando supuestamente fue asesinado en una ofensiva por fuerzas chadianas, algo que él mismo negó poco después en un mensaje de audio.

ISWAP, que se separó de Boko Haram en 2016 y se afilió a la organización yihadista Estado Islámico (EI), ha aumentado con sus ataques la violencia que padece el noreste del país, además de espolear los enfrentamientos entre ambas facciones.

Comandado por Shekau, Boko Haram también secuestró en 2014 a 276 niñas de un internado del pueblo de Chibok (Borno), suceso que provocó un fuerte repudio internacional. Más de 35.000 personas han muerto y la cifra de desplazados ronda los dos millones por la campaña sangrienta de Boko Haram, según la ONU.