- Catar espera que se pueda abrir un corredor humanitario en el aeropuerto de Kabul este fin de semana, aseguró ayer su enviado especial en Afganistán, Mutlaq al Qahtani, a su llegada a este país. “Espero para el sábado -por hoy- o el domingo la apertura de corredores humanitarios para la entrada de la ayuda humanitaria por el aeropuerto de Kabul y otros aeropuertos abiertos, además de la libertad de movimientos y el viaje de los extranjeros o los afganos que tienen los documentos necesarios para viajar”, dijo Al Qahtani, en declaraciones a la cadena de televisión catarí Al Yazira. El enviado especial del ministerio de Exteriores de Catar hizo estas declaraciones desde el aeropuerto de Kabul nada más llegar en el tercer vuelo del país árabe que aterriza en la capital afgana desde el miércoles, tras la retirada completa de las tropas estadounidenses.

El pasado miércoles y el jueves llegaron otros dos vuelos con sendos equipos técnicos del país árabe para abordar la reanudación de las operaciones de ese aeropuerto, interrumpidas tras la salida de los últimos soldados de Estados Unidos.

Al Qahtani añadió que pretende también hablar con los talibanes “sobre varias cuestiones políticas respecto a la transición pacífica del poder y la consecución de un acuerdo político en Afganistán”.

Catar ha llevado a cabo en los últimos días conversaciones con los talibanes con el objetivo de llegar a un acuerdo para ofrecerles asistencia técnica en la operación del aeropuerto de Kabul a petición de la Autoridad de Aviación Civil afgana.

Hasta el jueves todavía estaban en la fase de evaluación de los daños de la torre de control, el suelo, los equipos y las pistas de aterrizaje y despegue tras la marcha de las tropas estadounidenses y su toma de control de las instalaciones por parte del movimiento islamista el 31 de agosto. Catar acoge desde hace años una oficina política de los talibanes y ha ejercido como mediador en las negociaciones intraafganas, a la vez que mantiene una buena relación con Washington hasta el punto de hospedar la principal base militar estadounidense en el golfo Pérsico.

Esto le ha permitido convertirse en un interlocutor privilegiado entre los talibanes y los países occidentales. Ya durante la operación de evacuación de ciudadanos extranjeros y del personal afgano que trabajó en los últimos años para los gobiernos de otros países, Catar fue uno de los principales puntos en los que hicieron escala los vuelos que partieron de Kabul.

Mientras tanto, los islamistas se preparan para anunciar su nuevo Gobierno, aunque “hasta ahora no se ha decidido una fecha exacta”, reveló el portavoz talibán Karimi. El portavoz sí reconoció que las consultas entre las filas de los talibanes y políticos afganos sobre la formación del nuevo sistema islámico que regirá Afganistán han concluido, un proceso que se aceleró después de la salida definitiva de las tropas estadounidenses del país la noche del pasado lunes.

Existen rumores de que el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes y jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, pueda ser el próximo presidente de Afganistán, y que el actual líder de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, estará por encima como una especie de líder espiritual supremo del país.

Ese Gobierno, sin embargo, no parece que vaya a contar con mujeres entre sus puestos de mando, algo contra lo que protestaron ayer por segundo día consecutivo decenas de mujeres, que reclaman sus derechos y participar en el nuevo Ejecutivo.

Una de las organizadoras de la manifestación ayer en Kabul, Samira Khairkhwa, explicó que en la protesta participaron mujeres de todos los ámbitos de la sociedad afgana, que reclaman “una participación significativa en la vida pública” del país.

Muchas mujeres recuerdan aún el anterior régimen talibán, en el que fueron recluidas en el interior de los hogares y se les prohibía ir a trabajar o a la escuela, algo que algunas temen que pueda repetirse ahora.

El respeto de los islamistas a los derechos de las mujeres será uno de los puntos clave para que los organismos internacionales decidan retomar el flujo de fondos de ayuda a Afganistán, que suponen alrededor del 43% del producto interior bruto del país, según el Banco Mundial. Por ahora, Emiratos Árabes Unidos, Catar o China parecen haber mostrado interés en contribuir a la reconstrucción del país con los islamistas en el poder, con la llegada por ejemplo ayer de un avión emiratí con suministros médicos y comida.

Ofensiva. Los talibanes intensificaron ayer su ofensiva en la provincia norteña de Panjshir, la única de las 34 regiones afganas que no ha caído en manos insurgentes, con ataques desde todas las direcciones que causó bajas en ambos bandos. Los talibanes solicitaron el apoyo de miles de combatientes que se encuentran en varias provincias cercanas para atacar Panjshir. El Frente Nacional de Resistencia de Panjshir aseguró que la mayoría de los ataques fueron rechazados y que los talibanes sufrieron numerosas bajas.