PAMPLONA. La ministra de Defensa, Margarita Robles, no vio el impacto que podría tener para el conjunto de las relaciones económicas entre España y Arabia Saudí la decisión de paralizar la entrega de 400 bombas de guiado láser por el temor de que pudieran usarse en la guerra de Yemen, ha reconocido este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press, Sánchez ha admitido que Arabia Saudí podía interpretar la paralización de la entrega de las bombas como una intención por parte de España de "revisar toda la relación".

Ante un dilema "muy delicado" y "complejo", Sánchez decidió intervenir rectificando la decisión de la ministra. "La política es priorizar y yo prioricé mantener las relaciones económicas y comerciales con Arabia Saudí y garantizar los puestos de trabajo a la Bahía de Cádiz y a la empresa Navantia" para la construcción de cinco corbetas para la Armada saudí, ha explicado. "La política es materializar unos ideales, claro que sí, pero la política también es anteponer o priorizar", ha abundado.

Como anteriormente hicieran sus ministros de Exteriores y Educación, Josep Borrell e Isabel Celáa, Sánchez también ha intentado presentar el tipo de bombas que se van a entregar a Arabia Saudí como una suerte de armas menos mortíferas que otras. "Una cosa son proyectiles de alta precisión y otra cosa son proyectiles o bombas que se utilizan de manera indiscriminada con efectos indiscriminados", ha indicado.

UN CONTRATO HEREDADO Sánchez ha querido precisar que la venta de estas bombas se materializó bajo el mandato del anterior Gobierno, por lo que su responsabilidad se limita a cumplir con ese contrato y proceder a la entrega de las armas.

El presidente ha evitado contestar --ha dicho que era algo que no podía trasladar-- a la pregunta de si el Gobierno ha exigido garantías a Arabia Saudí de que no usará esas bombas en el conflicto en Yemen.

Bajo el punto de vista de Sánchez, este episodio no pone en duda el compromiso de su Gobierno con "los Derechos Humanos y la paz en el mundo" y ha puesto en valor la decisión adoptada por el anterior Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero de destruir su arsenal de bombas racimo.

ACUSACIONES DE PLAGIO Sánchez ha confirmado este domingo que presentará una demanda para defender su honor contra aquellos medios de comunicación que no rectifiquen las acusaciones de que plagió su tesis doctoral. Ha descartado querellarse por la vía penal contra los periódicos que se reafirman en estas acusaciones de plagio.

En este sentido, ha explicado que presentará una demanda "para reivindicar y restituir" su honor ya que, según Sánchez, "ha sido mancillado por una información que no ha sido tal". "No se puede difamar sin pruebas que acrediten lo que han dicho los periódicos", ha lamentado.

El jefe del Ejecutivo ha insistido en que es el autor de su tesis y que no puede aceptar la "manipulación". "Desde el punto de vista personal, ¿tengo simplemente que probar que no ha sido plagiada la tesis y callarme?", se ha preguntado.

Para el presidente, la polémica generada en torno a su tesis viene por la "falta de oposición política". "No se pueden oponer a algunas de las medidas que hemos aprobado, como la universalidad de la sanidad. La oposición está montando ruido", ha aseverado.

Sánchez también se ha referido a la composición del tribunal que evaluó su tesis y que, según el presidente, fue "acorde a la ley", pese a que una de las personas que lo integraban colaboró con él en un artículo académico.

Por último, ha lamentado además la "enorme presión" que ha sufrido la Universidad Camilo José Cela, que ha respondido "con enorme profesionalidad". "He hablado con ellos para trasladarle mi apoyo y mis disculpas", ha señalado.