pamplona - El próximo 31 de octubre se reunirán por primera vez la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, con el nuevo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Este encuentro se ha demorado cinco meses en quedar fijado y más allá del protocolo, la foto y el previsible estrechamiento de manos, termina la legislatura y el año con muchos asuntos pendientes de acuerdo entre las dos administraciones. Conociendo ya la fecha definitiva de esta cita, las cuatro fuerzas políticas que sostienen al Ejecutivo foral se han apresurado a subrayar la lista de asuntos que desean que la presidenta Barkos trate en Madrid.

En especial, el cuatripartito ha pedido “firmeza”, “diálogo”, y que la presidenta sea “contundente” al reclamar “más autogobierno” y la transferencia de las competencias pendientes. Pero sobre todo, han incidido en que se despachen con urgencia asuntos prioritarios como dar salida a las inversiones por valor de 113 millones que dejó el superávit de 2017.

Koldo Martínez, de Geroa Bai, confía en que en la reunión Sánchez muestre “claramente el desbloqueo al que en este momento parece que tiene sometidas las inversiones financieramente sostenibles”. “No hay respuesta oficial del Gobierno de España en esta materia. Lo que tiene que hacer un gobierno cuando se está hablando de los intereses generales es notificar de manera oficial por escrito. Ojalá antes del 31 de octubre este desbloqueado”, indicó.

La parlamentaria de Podemos-Orain Bai Laura Pérez confía en que Barkos “sea contundente a la hora de defender el autogobierno de Navarra de cara la recuperación y profundización de competencias no transferidas y de hacer valor la autonomía económica de Navarra ante leyes injustas como la de estabilidad presupuestaria”. La parlamentaria de Izquierda-Ezkerra Marisa de Simón confía en que antes de la reunión el Gobierno central haya autorizado las inversiones financieramente sostenibles y deseó también que Barkos obtenga “acuerdos en relación a las transferencias que venimos reclamando en toda la legislatura”.

Quizá el más pragmático y realista fue el portavoz parlamentario de EH Bildu, Adolfo Araiz, que señaló que “no hay que abrir ninguna falsa expectativa sobre estas reuniones, que son más bien protocolarias”. “Ha cambiado el presidente del Gobierno de España y hace una ronda con los presidentes de comunidades”, explicó de forma somera. “Nos preocupa mucho más que antes del 31 de octubre el Gobierno del Estado sea capaz de desatascar el plan de inversiones”, indicó y añadió que en ese contexto sí que espera que Barkos explique cuál es la situación de Navarra y plantee algunas cuestiones reivindicativas en relación al autogobierno”, zanjó.

Laura Pérez también quiso poner sobre la mesa de esta reunión el caso Altsasu: “En esa agenda política tiene que estar presente la situación de prisión provisional que viven los jóvenes de Alsasua” condenados por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas. - D. Burgui