PAMPLONA. El presidente de la comisión que investiga la desaparición de Caja Navarra, Unai Hualde, considera que el órgano ha finalizado su ejercicio de manera incompleta por falta de tiempo, pero con unas conclusiones suficientemente fundamentadas con la información recibida.

Una de las conclusiones aprobadas es que "hubiera sido deseable tener aún más tiempo para analizar toda la información recibida y que sigue habiendo determinada información relevante de la que no se ha podido disponer por haber sido negada o retrasadaâ, ha afirmado en rueda de prensa después de que la comisión aprobase, con los votos en contra de UPN, PSN y PPN, las conclusiones presentadas por el cuatripartito.

Tras subrayar que se han obtenido decenas de miles de folios, ha relatado que los propios representantes de los grupos han tenido que solicitar sucesivas ampliaciones de plazo, negando así âdeterminadas versiones interesadas que hablan de alargamiento de esta comisión por motivos electorales.

Según ha recordado, en la fase de comparecencias han intervenido 15 personas en 23 sesiones con extensos interrogatorios por parte de los grupos y que solo en dos casos hubo negativa a responder aludiendo al deber de secreto profesional.

Hualde, además, ha enumerado las 15 conclusiones aprobadas este viernes por la comisión, que habían sido redactadas de forma conjunta por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Orain Bai e I-E.

A juicio de los firmantes, âlas decisiones estratégicasâ tomadas por Enrique Goñi fueron determinantes para provocar una pérdida patrimonial del 80 %, muy superior a la sufrida por otras entidades del entorno.

Tal y como señala el cuatripartito, el nombramiento de Goñi como director general de CAN âsin experiencia previa no tiene âprecedentesâ en la entidadâ. En palabras de los cuatro grupos, la expansión de CAN se concentró especialmente en los años de mayor burbuja inmobiliaria y con escasa planificación.

Además, el elevado número de prejubilaciones efectuadas durante la etapa de Goñi mientras el número de empleados de CAN continuaba creciendo denota que estas no respondieron a criterios de eficiencia.

Por otro lado, consideran que âse ponen en evidenciaâ determinadas operaciones singulares de inversión muy cuestionables llevadas a cabo bajo el paraguas de la corporación CAN durante la gestión de Goñi.

También se recoge que el descenso de solvencia durante la etapa de Goñi (de 13,7% en 2002 a 7,5% en 2007) en un periodo de bonanza económica supuso que CAN afrontase con menos garantías la recesión económica que se aproximaba.

Por otro lado, se mantiene que la pérdida de en torno a 950 millones de euros que experimentó Caja Navarra a partir de 2009 se debe a que absorbió un gran volumen de deterioros provenientes de las otras tres cajas con las que se fusionó en Banca Cívica, especialmente CajaSol.

Asimismo, consideran que âcorrespondía al Gobierno de Navarraâ la tarea de inspección de CAN, en contraposición a las posturas expresadas por exmiembros del entonces Ejecutivo Foral.

Además de subrayar que el método de selección de los miembros de la comisión de control no fue el más idóneo, los grupos denuncian que la retribución de Goñi se multiplicó varias veces en años en los que se reducía la solvencia.

De otra parte, se considera que las reuniones de la comisión permanente de la Junta de Entidades Fundadoras se celebraron con âcarencia absoluta de soporte normativo que las justificase y sin que conste actividad por parte de sus integrantes.

Según apuntan, la desaparición de CAN ha tenido efectos fiscales, laborales y sociales negativos para Navarra y con la integración en Caixabank la Hacienda Foral dejará de recaudar en torno a 90 millones en los próximos años.

Por último, se recoge que CAN tenía una inversión crediticia sólida con todas las garantías para poder haber seguido en solitario pese a algunos errores de gestión.