pamplona - Comparecencia se convirtió en la más esperada ya que Mariano Rajoy le negó la condición de mediador. Pero el lehendakari, en una declaración que empezó a las 10.07 horas, y con rictus serio, expuso una prolija relación de fechas para indicar que asumió el rol de enlace, si bien no se lo solicitó expresamente el Gobierno español. “Me lo pidió un diverso grupo de gente. Más que de mediador, hice las veces de enlace, de intercesor”, recordó. Sin necesidad de apuntes dio infinitos datos. Urkullu recordó que “una parte o representantes de la vida catalana de todos los ámbitos” solicitaban la mediación. No la parte de Madrid, aunque “por parte de Rajoy había voluntad de mantenerle informado y de escucha en todos los casos”.

De entre todas las comunicaciones sobresale la acontecida tras el 20-S. “Aquel día y al siguiente hablé con Rajoy para advertirle de que las cosas no debían seguir así, que todo se estaba yendo de las manos”. ¿La respuesta? “Me dijo que en lo posible, haría lo mínimo y cuidaría al máximo todo lo que hiciera”, apostillo. “En todo momento, ambas partes estaban informadas de la otra parte”, dijo el lehendakari.

Estas son las principales fechas de esos contactos:

19 de junio. Urkullu se reúne con Puigdemont en el Palau. El ahora expresident le manifestó la “situación de bloqueo”, la posibilidad de intermediar con el Gobierno para encontrar una salida y su disposición para el diálogo. El lehendakari se cita ese mismo día con Soraya Sáenz de Santamaría en el aeropuerto de Barcelona.

19 de julio. “Me encontré con Rajoy. Hablamos dos horas. La conversación fue exclusivamente sobre la cuestión catalana.

26 de agosto. Urkullu se vuelve a ver con Puigdemont. Fue con motivo de la manifestación que recorrió Barcelona contra el yihadismo.

20-21 de septiembre. Con motivo de las detenciones y la concentración en la conselleria de Economía, al día siguiente el lehendakari habla con Rajoy por teléfono. En el intermedio del debate de política general el dirigente vasco le dice al presidente “que las cosas no debían seguir de la manera en que se producen, que todo se estaba yendo de las manos -en referencia a la actuación policial- y había que medir mucho los pasos para no provocar fractura social”. Rajoy le contestó que, “en lo posible, haría lo mínimo y cuidaría lo máximo en todo aquello que se hiciera”. El jeltzale matizó que, aunque Rajoy mantenía una “actitud de escucha y atención”, esta “no era proactiva”.

4 de octubre. Urkullu recibe llamadas de Andoni Ortuzar y del PSE para intensificar el diálogo. Ese día recibe una del exconseller Santi Vila solicitándole la intermediación, y de personas del ámbito social.

10 de octubre. Puigdemont declaró y suspendió la independencia. Urkullu vio que el expresident no quería la DUI: “lo constaté” ese día “antes, durante y después del pleno del Parlament”, durante el cual “mantuve contacto con él”.

20, 21, 22, y 23 de octubre. Urkullu hizo “sugerencias” sobre la DUI.

25 a 26 de octubre. La noche del 25 de octubre todo parecía encauzado hacia la convocatoria electoral, pero al día siguiente, se frustró la previsión. A las 10.05 horas de la mañana del día 26 Puigdemont le confirma las elecciones. A las 14.00 horas se echa atrás. “Me requería garantías” de que no se aplicaría el 155 “y yo le decía que o podía dar ninguna garantía, solo mi intuición” de que no se daría. - I.S.