VITORIA-gasteiz - La asociación de familiares de presos de ETA Etxerat mostró ayer sus “más sinceras disculpas” a las víctimas de la banda porque con “su distancia” han podido “contribuir más, sin ser conscientes de ello, al dolor que deben afrontar las víctimas de ETA por la pena de haber perdido a su familiar de manera violenta”. Así, la asociación mostró su voluntad de tender la mano “a aquellas víctimas a quienes por acción u omisión” hayan podido, “aún sin pretenderlo, contribuir a acentuar su dolor”.

El posicionamiento de Etxerat, que ayer hicieron público en Donostia Peru del Hoyo e Ibon Garate, confirma un paso que ya se venía insinuando con anterioridad y que sigue la línea que guía a la izquierda abertzale en los últimos meses. Así, el colectivo de presos EPPK, por boca de su integrante Josetxo Arizkuren, señalaba hace escasos días en una entrevista a la revista Herriak que los reclusos de ETA desean promover la paz y la convivencia y reconocía el dolor causado a sus víctimas.

Ayer Etxerat afirmaba que la “indiferencia” que han “sentido durante muchos años” por una parte de la sociedad y sus representantes políticos, la “marginación” de las políticas públicas de convivencia y la política penitenciaria de excepción de la que se consideran “víctimas”, les han llevado a “mantener silencio ante el dolor de los demás” y “no ser capaces de manifestar empatía”, informa Europa Press.

Del Hoyo y Garate trasladaban su “sincera voluntad de aportar a la convivencia democrática en nuestro país” y consideraban necesario que en el “nuevo escenario se escuche, de una vez por todas, a todas y cada una de las personas que han sufrido y sufren las consecuencias de la violencia derivada del conflicto político para aportar en la resolución del mismo y que nunca más vuelva a ocurrir”.

Los familiares de presos de ETA reconocieron que “muchas víctimas de ETA están dando un paso adelante, posicionándose públicamente por una nueva política penitenciaria”, y por ello les agradecían su “empatía” y su “generosidad” y apostaban por “aportar en ese reconocimiento mutuo” de manera “sincera”.

“Sin pretender establecer equidistancia entre sufrimientos, queremos transmitir hoy que conocemos el sufrimiento en carne propia y ello nos hace reconocer el vuestro”, añadían en un texto que además recordaba a las 16 familias “que han perdido a un familiar en accidente de tráfico por causa de las dispersión”, así como a las “31 familias que han perdido a un ser querido víctima de la política penitenciaria”.

Los familiares de los presos se comprometían, por último, a “seguir escuchando”, y reiteraban “la necesidad de tender puentes, de que afloren los diferentes relatos en el camino hacia ese relato poliédrico que nos acerque, y sane y cierre las heridas, al objeto de establecer las bases de la convivencia”, porque esa es “la mejor aportación” que “entre todos podemos hacer a una sociedad que apoya el camino hacia una paz duradera y verdadera”.

la reacción de las víctimas El comunicado de Etxerat despertó la reacción de diferentes víctimas, principalmente a través de las redes sociales. Así, el periodista Gorka Landaburu, que sufrió graves heridas tras un atentado, calificaba el comunicado de “paso importante hacia la convivencia y el reconocimiento del dolor causado, aunque muchos no lo entiendan todavía”; y también se posicionaba Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa asesinado en 1980 por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. “Personalmente: es un gesto valiente que, sin matices, agradezco. Socialmente: es un paso en la buena dirección, la de la normalización de la convivencia”.

Por su parte, Josu Elespe, hijo de Froilán Elespe, concejal del PSE en Lasarte asesinado por ETA señalaba que “al margen de terminologías, mezclas, condicionales e insuficiencias éticas, agradezco las disculpas, valoro el esfuerzo de este pronunciamiento y les animo a seguir avanzando y profundizando”. Por último, María Jauregi, hija del exgobernador civil de Gipuzkoa Juan Mari Jauregi, asesinado por ETA en 2000, calificaba el comunicado como un “paso importante para la convivencia”.