MADRID. El ex delegado del Gobierno en Catalunya Enric Millo ha enumerado este martes numerosos episodios de violencia que cree que hubo en el "procés", desde las pintadas "Millo muerte" que tuvo que limpiar su hija hasta la "trampa del Fairy" que sufrieron el 1-O los policías para que resbalaran y pudieran ser pateados. “Los agentes me explicaron que incluso les habían golpeado en la cabeza usando llaves marciales”.

Millo, que ha comparecido como testigo en el juicio a la cúpula del "procés" en el Tribunal Supremo, ha ofrecido un relato plagado de detalles sobre el acoso, hostigamiento y ataques a personas y lanzamiento de objetos, algunos incendiarios, que, según su versión, se produjeron en Cataluña en los días claves del "procés".

Con una larga trayectoria política, en la que durante años fue dirigente de la desaparecida Unió Democràtica (UDC) y diputado del grupo parlamentario de CiU, del que llegó a ser portavoz adjunto, Millo pasó al PP después de que en 2003 los nacionalistas catalanes descartaron que fuera cabeza de cartel por Girona y, pese a su perfil dialogante, se fue distanciando de sus antiguos compañeros, especialmente en los momentos cumbre del "procés".

En su testifical de este martes, Millo ha denunciado que los policías que intervinieron para impedir el 1-O sufrieron la "trampa del Fairy", en la que los activistas independentistas que protegían los puntos de votación arrojaron este detergente en la puerta del centro para que, a la llegada de los agentes, éstos resbalaran y cayeran al suelo y luego les pudieran patear en la cabeza.

No solo eso, ha relatado también que tras el 1-O visitó a los agentes heridos en el dispositivo policial que le transmitieron testimonios "estremecedores", ya que vio dedos rotos, alguna fractura de pierna y un chaleco antibalas rajado de extremo a extremo por un objeto "punzante".

"De mi conocimiento de los hechos, las heridas y lesiones que algunos de ellos me mostraron no se hacían con la mano. Tenían que haber utilizado un objeto. Un agente me explico que fue agredido con un quad, una motocicleta que se había abalanzado contra él. Había personas camufladas que tenían un objetivo de carácter violento en su actuación", ha apuntado.

Millo, que en los últimos 27 años ha vivido en Girona -uno de los principales feudos del independentismo-, ha denunciado que él mismo fue víctima de una amenaza de muerte, ya que apareció en su ciudad una pintada en una pared con el lema "Millo muerte".

"La autoría de la pintada la desconozco, lo que sí sé es que quien fue a limpiarla fue mi hija", ha indicado Millo, que ha resaltado que la actividad de los Comités de Defensa de la República (CDR) en Girona "es muy notoria".

Sobre los CDR, Millo ha destacado que son "células autónomas" bajo la apariencia de espontaneidad pero que "de espontáneo tienen poco", ya que un estudio detallado de su funcionamiento y evolución constaría que, aunque tienen a gente "de buena fe, pacifista", también los integran "camuflados" que no tienen "ningún otro objetivo que usar la violencia".