Bruselas - Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) decidieron ayer renunciar a introducir un impuesto digital a nivel comunitario -la llamada tasa Google- tras constatar que varios países se oponen, y centrarse en trabajar para lograr una solución global en la OCDE.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé tener conclusiones sobre cómo abordar los retos de la digitalización de la economía en 2020.

Si para final de ese año no se ha conseguido una solución internacional, la Unión Europea deja la puerta abierta a volver a discutir el impuesto, indicó el ministro de Finanzas rumano, Eugen Teodorovici. “Lamento que no haya acuerdo sobre el texto de compromiso”, dijo Teodorovici durante la reunión de titulares económicos de los Veintiocho.

De nuevo, los opositores a la medida fueron Irlanda, Suecia, Finlandia y Dinamarca, que prefieren una solución global en el ámbito de la OCDE y, además, se muestran en contra de trasladar la carga impositiva al consumo en vez de mantenerla sobre la producción. Esto impide lograr la unanimidad necesaria para aprobar el impuesto.

alcance reducido Esos países insisten en su rechazo a la medida, a pesar de que en diciembre los Veintiocho habían acordado reducir su alcance para gravar solo la facturación por servicios de publicidad de las grandes empresas digitales.

“¿Qué le pasaría al crecimiento global si empezamos a aplicar los impuestos sobre el consumo en lugar de donde se crea el valor añadido? ¿Qué les pasaría a las inversiones en las empresas si empezamos a aplicar impuestos sobre la facturación?”, alertó la ministra sueca de Finanzas.

Ayer, incluso países que apoyaban la propuesta inicial de la Comisión Europea -un impuesto del 3% sobre la facturación de ciertos servicios digitales de compañías de Internet que facturen más de 750 millones de euros en todo el mundo y más de 50 en la UE- mostraron su decepción ante la versión reducida debatida ayer. - Efe