pamplona - La comisión parlamentaria que ha investigado dos décadas de operaciones fallidas en Sodena va a tener un final abrupto e incierto. Tras casi cinco meses de recopilación de documentos, investigación y comparecencias, todo apunta a que el Parlamento no podrá contar con un texto de conclusiones que sirva como dictamen oficial de la institución, después de saberse que el sector Orain Bai -dentro del grupo parlamentario de Podemos- no va a apoyar el escrito de conclusiones que sí han consensuado Geroa Bai, EH Bildu e I-E, dejando en bandeja a los grupos de la oposición -UPN, PSN y PP- la posibilidad de impedir al cambio validar su texto final. Se va a dar, de hecho, una situación de bloqueo. Porque la abstención de Orain Bai en la propuesta de Geroa Bai, EH Bildu e I-E va a hacer que la comisión prevista para mañana finalice sin texto de conclusiones y sin dictamen que elevar a pleno.

En las comisiones rige el sistema de voto ponderado. Es decir, que los representantes de cada partido (UPN tiene cuatro; Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y PSN, dos; y PP e I-E, uno) llevan consigo los votos de su grupo. Para que se aprueben las conclusiones no es necesario alcanzar la mayoría absoluta de 26 votos que tienen Geroa Bai, EH Bildu, Podemos-Orain Bai e I-E. Basta tener más votos a favor que en contra. Pero sería de una candidez entrañable pensar que UPN, PSN y PP no unirán sus votos para impedir sacar adelante el texto definitivo del cuatripartito. Con las 7 abstenciones de Podemos (representados en la comisión por los críticos Carlos Couso y Laura Pérez), Geroa Bai, EH Bildu e I-E suman 19 votos, por los 24 en contra de la oposición. ¿Entonces, saldrían adelante las conclusiones de UPN y PSN si uniesen sus votos? No, porque si bien Orain Bai no apoyará a sus socios, ha asegurado que votarán en contra de los escritos de la oposición.

En conversación con este periódico, Carlos Couso reiteraba su negativa a apoyar ningún texto. Lo harán, dice, por estar en desacuerdo con la puesta en marcha de la comisión en sí -aunque, paradójicamente, apoyasen su creación en septiembre de 2018- y porque Sodena no hay que investigarla, sino “configurarla de otra manera. Sodena ha sido un juguete en manos del Gobierno de turno”, resumía ayer Couso. “Necesitamos algo parecido al Instituto de Crédito Oficial (ICO), ya que no tiene sentido dar dinero público a empresas privadas como se hace hasta ahora”.

Aun así, los grupos registraron ayer en el Parlamento sus escritos de conclusión. El texto consensuado por Geroa Bai, EH Bildu e I-E concluye que la inversión en Davalor Salud, empresa navarra de alto valor añadido en el ámbito de la salud visual, se acometió “con informes técnicos del departamento de Desarrollo Económico” y con el acuerdo del consejo de administración de Sodena. En el caso de Noi Navarra, empresa de palas donde Sodena perdió 2,3 millones de euros en 2005, Geroa Bai, EH Bildu e I-E consideran que las ayudas se hicieron cuando la mercantil estaba “en situación de pérdidas y quiebra técnica”, y que a diferencia de Davalor no tenía otros apoyos económicos que no fuesen los públicos, como con Eina.

¿la peor? iberdrola La peor operación, para los socios del cambio, es la de Iberdrola. El texto considera que la adquisición del 1% (9 millones de acciones, 172 millones de euros hace casi veinte años) fue una decisión “contraria a los intereses de Navarra” y con “un resultado muy malo tanto económicamente como en su incidencia en estructuras sociales del entorno”. No contaba con informe previo de Sodena y la “decisión política” del Gobierno de UPN que motivó su adquisición “no entroncó con interés público alguno”. Además, Geroa Bai, EH Bildu e I-E señalan como responsables al expresidente Miguel Sanz y a su exvicepresidente, Francisco Iribarren, y de ser aprobadas las conclusiones se elevaría a la Fiscalía la ausencia de Sánchez Galán. En cuanto a la compra de una colección de coches antiguos por valor de casi un millón, se determina que fue “una decisión personal” tomada sin informes técnicos y cuyo responsable político sería de nuevo Miguel Sanz y la exconsejera Nuria Iturriagagoitia. El PSN, por su parte, resume en trece puntos todas las operaciones, concluyendo que en algunos casos no hay “motivos lógicos”, como en el caso de la colección de coches, pero se centra sobre todo en Davalor. Al igual que UPN, centrado en cargar contra el Gobierno por apostar por Davalor y con ganas de remitir su escrito a la Fiscalía.