Pamplona - Navarra refrendó ayer su apuesta europeísta a través de la Eurorregión. Un órgano transfronterizo que comparte con la CAV y Nueva Aquitania que a lo largo de este año destinará 1,2 millones a proyectos de cooperación interregional. “La Eurorregión es la vía para seguir construyendo una Europa basada en la convivencia”, subrayó ayer la presidenta Uxue Barkos al término de la asamblea anual de la entidad. Un acto que trajo a Pamplona al lehendakari Iñigo Urkullu y al presidente de Nueva Aquitania, Alain Rousset, que coincidieron con la jefa del Ejecutivo foral en la necesidad de seguir profundizando en la Unión en estos momentos de zozobra.

Porque no son buenos momentos para Europa. Las posturas eurofóbicas van ganando posiciones en medio de una enrevesada negociación del brexit que no se acaba de concretar, pero en la que los 27 países que forman la UE han sabido mantener la unidad en defensa del proyecto compartido. “No seamos pesimistas y no veamos el vaso medio vacío. Pese a las dificultades los 27 han sabido mantener una posición común, y eso es algo excepcional”, subrayó Rousset con un discurso abiertamente europeista. Porque, argumentó, la mejora de la calidad de vida que de la sociedad actual es consecuencia del proyecto compartido que nació tras la Segunda Guerra mundial, y que abogó por defender.

El presidente aquitano apuntó así a los orígenes de la UE con un mensaje dirigido fundamentalmente a la juventud, a quienes es necesario legar un proyecto solidario y sostenible. “Hay que terminar de decir que la Unión Europea no va bien”, subrayó Rousset, que advirtió de que el mensaje pesimista alimenta los discursos populistas y antieuropeos que “necesitan vengarse de la paz generada” en Europa a partir de 1945.

Los tres mandatarios coincidieron así en destacar la importancia que la Eurorregión va a jugar en el futuro de la UE. “Una Europa que se construya de abajo a arriba, y que no solo sea un club de Estados nación”, defendió Urkullu, partidario de que entidades de este tipo tengan un mayor protagonismo en la toma de decisión que hoy quedan exclusivamente en manos de la Comisión Europea, la Eurocámara o el Eurogrupo. “La construcción de la UE debe ser más perceptible por parte de los ciudadanos”, defendió Urkullu, que vaticinó que a medio plazo las macrorregiones van a ser quienes van a “institucionalizar” la Unión Europea.

En ese sentido, la presidenta Barkos reiteró la apuesta europeista del Gobierno de Navarra y defendió que la Eurorregión tiene un papel “francamente sólido” pese a las “dificultades” y “retos” como “el brexit y o la aparición de populismos”. Por ello, consideró que la entidad compartida con la CAV y Aquitania va a ser “una herramienta de construcción sólida con la capacidad para sostener aquello que otras instancias europeas no están sabiendo contener”.

La influencia de la Eurregión De momento, la Eurorregión le ha permitido a Navarra formar parte de una entidad supranacional de 100.000 km cuadrados y casi 9 millones de población. Un “área de oportunidades” para las regiones integrantes que, según defiende el Ejecutivo autonómico, permite que los tres territorios compartan sus respectivas estrategias de especialización inteligente, sectores prioritarios como la salud, la energía, la agroalimentación y las industrias creativas, así como el interés por trabajar juntos en temáticas como el turismo, la industria avanzada o 4.0, y la competitividad de las empresas, entre otros ámbitos.

Una colaboración que ha permitido desarrollar ya una treintena de proyectos compartidos, incrementado la colaboración entre universidades y que ha aumentado la movilidad de los estudiantes gracias a un proyecto de becas similar al de Erasmus. “La Eurorregión nos permite ubicarnos mejor en el entorno europeo y favorece la visibilidad de los tres territorios”, defendió ayer Barkos, anfitriona de la asamblea anual en calidad de presidenta.

Una apuesta prioritaria del cambio de Gobierno, que tras su llegada optó por romper con la dinámica de los ejecutivos de UPN, que durante años han dado la espalda a la Eurorregión tras haber formado parte de sus primeros pasos en 1992. Un apuesta institucional que Rousset, miembro del Partido Socialista francés, agradeció públicamente ayer. “Agradezco la responsabilidad de la presidenta Barkos por hacer volver a Navarra. Tenemos muchos puntos en común y era necesario que volviera”, enfatizó el dirigente francés, que consideró la Eurorregión “un buen ejemplo de construcción europea”, y que además “está funcionando muy bien. La evolución positiva de la Eurorregión es una realidad asentada en hechos. El futuro de la Eurorregión está asociado a la capacidad de colaborar en iniciativas que representen una mejora en la calidad de vida y del bienestar de la ciudadanía”, corroboró Urkullu.