Pamplona - La batalla del cambio se da en el Senado. Una Cámara tradicionalmente secundaria a la que los ciudadanos no prestan especial atención, pero que dirime aspectos importantes. Es el caso de la estructura territorial. La aplicación del artículo 155 a Cataluña, e incluso a las comunidades “desleales” como avanzó Pablo Casado, es competencia del Senado. Y también la fijación de los límites de flexibilidad presupuestaria, los que determinan cuánto puede gastar cada Administración y qué parte debe ser para deuda pública y cuál para gasto social.

Un debate que pretende plantear la coalición Cambio-Aldaketa, la agrupación de electores que han presentado Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, y con la que aspiran a derrotar al frente de derechas en Navarra. A diferencia del Congreso, donde los escaños se reparten de forma proporcional, en el Senado tres de los cuatro puestos en liza se los adjudica la primera fuerza. Algo que históricamente ha jugado en favor de la derecha, que con algo más del 30% de los votos ha tenido la mayoría absoluta en el Senado. Algo que ocurre también en Navarra, donde casi siempre tres de los cuatro senadores electos han sido de UPN y PP.

Una realidad a la que las fuerzas que apoyaron el cambio quieren darle la vuelta ahora con la plataforma conjunta. Una experiencia que ya pusieron en práctica en las elecciones generales de diciembre de 2015, pero que fracasó por unos pocos votos. Solo Anika Luján obtuvo los apoyos suficientes.

El motivo fundamental fue el desconocimiento de la candidatura. Aquella jornada, Podemos, I-E, EH Bildu y Geroa Bai sumaron por separado 140.000 al Congreso. Una cifra histórica ajena al tradicional bipartidismo de UPN-PP y PSOE. Sin embargo, un tercio de aquellos votos no tuvieron su eco el Senado. Los tres candidatos de Cambio-Aldaketa (Anika Luján, Patxi Zamora y Iñaki Bernal) recibieron más de 90.000 votos, 50.000 menos que sus propios partidos al Congreso. El desconocimiento de la marca por parte de muchos ciudadanos y la ausencia de una campaña propia propició que, con apenas 3.000 votos más, la candidatura de UPN-PP se hiciera con tres escaños.

Aquella derrota ha estado muy presente en los cuatro partidos, que ahora han recuperado nuevamente la marca en un escenario muy distinto. Podemos ya no es la fuerza emergente que amenazaba con el sorpasso al PSOE, y la derecha, divida en España, ha presentado una candidatura conjunta en todas las instituciones con la que confía en lograr una clara victoria que le sirva para presionar al PSN, y al PSOE, con la vista puesta ya en las elecciones autonómicas y forales de un mes después, objetivo real de la alianza derechista.

Esa es la segunda gran clave de la batalla del Senado. La apuesta de Cambio-Aldaketa tiene buena parte de lectura local. Descartada una candidatura unitaria al Congreso que a medio plazo podía tener más riesgos que virtudes, los partidos de izquierdas han optado por unir fuerzas en la plancha a la Cámara Alta. Y aunque la apuesta tiene sus riesgos, una victoria allí ante el frente de derechas que reúne al regionalismo de UPN, el antiforalismo de Ciudadanos y el centralismo del PP, podría ser un impulso fundamental para la apuesta por renovar la mayoría parlamentaria del cuatripartito en las elecciones de mayo.

Lo asumen las cuatro fuerzas que han puesto en marcha Cambio-Aldaketa, que en los próximos días deberán hacer un esfuerzo importante por dar a conocer la candidatura, explicar el sistema de voto y subrayar la importancia que en los próximos años tendrá el Senado para garantizar el gasto social y frenar la ola centralista que asoma ya en Madrid. Tienen mucho trabajo por delante.

La candidatura. Cambio-Aldaketa es la candidatura unitaria al Senado de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E. Presenta tres candidatos: Anika Luján (Geroa Bai), Arturo Goldaracena (EH Bildu) y Ricardo Feliú (Podemos). Los cuatro partidos se comprometen a apoyar a Iñaki Bernal (I-E) como senador autonómico.

Cuatro representantes. Navarra elige cuatro senadores en las elecciones del 28 de abril. El quinto representante, conocido como senador/a autonómico/a, se decide por mayoría parlamentaria tras las elecciones forales. Cada candidatura solo puede proponer tres nombres.

Listas abiertas. A diferencia del Congreso, donde se vota una lista de candidatos que luego eligen en Madrid al presidente del Gobierno, la del Senado es abierta. Y aunque los candidatos van bajo el paraguas de una marca electoral, son aspirantes independientes. Cada voto se ejerce fijando una X junto al nombre del candidato, lo que permite elegir personas de candidaturas diferentes.

Tres de los 4 escaños, para el más votado. No obstante, generalmente los ciudadanos acaban votando a los tres nombres que propone cada partido. Eso hace que la fuerza más votada se quede con los tres primeros senadores en liza, y la segunda, el cuarto.

La importancia del Senado. Es la hermana pequeña de las Cortes Generales, pero su peso no es menor. Del Senado por ejemplo dependen la aprobación de los límites de déficit y deuda para las comunidades o la aplicación del artículo 155 de la Constitución.