barcelona - La defensa de los exconsellers Jordi Turull y Josep Rull y del expresidente de la ANC Jordi Sànchez pide su absolución, al entender que su actuación estuvo amparada por derechos fundamentales, y reprocha al presidente de la sala, Manuel Marchena, que haya asumido un “rol acusatorio” en el juicio.

Así lo sostiene el abogado Jordi Pina en el escrito de conclusiones definitivas que ha presentado al Tribunal Supremo, en el que pide la absolución para los tres encausados, argumentando que actuaron al amparo de la libertad ideológica y de expresión, reunión o asociación.

La defensa afea a Marchena que permitiera preguntar a las acusaciones por la filiación política de los procesados, mientras impidió que las defensas se lo plantearan a los testigos, como en el caso de la secretaria del juzgado que ordenó los registros del 20-S cuyo testimonio fue clave para imputar rebelión a la cúpula del procés.

Esa doble vara de medir y “diferencia de trato”, según Pina, se repitió en los interrogatorios de guardias civiles que impidieron el 1-O, a los que se permitió “con total libertad” exponer sus “valoraciones personales” sobre la hostilidad de los votantes, mientras los testigos de las defensas “eran cortados a la mínima que realizaban una apreciación valorativa”.

“suplió a la fiscalía” Otro de los reproches de la defensa es que Marchena “suplió” la función de la Fiscalía al formular a los testigos preguntas que no habían planteado las acusaciones, como en el caso del mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero, interrogado sobre la reunión en que advirtió a Carles Puigdemont del riesgo de violencia el 1-O.

Para la defensa, en el juicio se ha constatado también la “diferencia de trato” en los casos de “desmemoria o renuencia de algunos de los testigos”, en función de si las preguntas las formulaban las acusaciones o las defensas. - Efe