Pamplona La apuesta del PSN por votarse a ellos mismos en casi todos los ayuntamientos ha propiciado, en los casos más significativos, la vuelta de la derecha al poder municipal de Navarra. Al margen de la mayoría absoluta de Tudela, UPN, PP y Ciudadanos, agrupados en Navarra Suma, recuperan Pamplona, Egüés, Barañáin, Burlada, Estella o Berrioplano, por citar los núcleos más poblados y más importantes de Navarra, exclusivamente porque el PSN apostó por votarse a sí mismo.

Una postura legítima y coherente sobre el papel, pero que en la práctica supuso el bloqueo de las alternativas plurales y progresistas que sí hubiesen podido armarse en muchos municipios, donde los números daban para evitar que la derecha se hiciese con los ayuntamientos. El PSN lo ha vendido como un acto de coherencia: no han dado votos ni a Navarra Suma ni a EH Bildu.

La mecánica de elección de alcaldes por la lista más votada hizo el resto. Nada es casual en la política, por lo que la primera ocasión para comprobar hasta dónde llegaba el compromiso del PSN por liderar una alternativa progresista a la derecha (que no puede llevarse a cabo obviando la pluralidad de Navarra) sirvió para constatar que el PSN, pese a la ola de Sánchez y el resultado de las elecciones, todavía tiene mucho camino por recorrer si quiere quitarse de encima el sambenito de ser la muleta de la derecha.

la batalla de egüés

Sólo hace falta volver la vista sobre los municipios de la Cuenca de Pamplona, los más importantes con los números en la mano. Pamplona, con 200.000 habitantes, cayó del lado de la lista más votada, la de Navarra Suma.

Maya fue alcalde porque tuvo sus 13 votos y Asiron sólo consiguió 9, los siete de EH Bildu y los dos de Geroa Bai. El PSN se votó a sí mismo y eso fue suficiente para que la derecha volviese a la capital. Ese mismo patrón se reprodujo en los puntos más sensibles de la comarca: Barañáin, con más de 20.000 vecinos. Burlada, con casi 19.000. Y el Valle de Egüés, la plaza que iba a demostrar si el PSN iba en serio en eso de las alternativas progresistas o no, porque lo tenía todo: un municipio grande es el tercer núcleo más habitado de Navarra, en manos de Geroa Bai la joya de la corona municipal de Barkos y donde una alianza de todas las demás hubiese bastado para evitar a la derecha.

Pero el PSN decidió votarse a sí mismo y frustrar la posibilidad.

Fue el punto de ruptura de la mañana que eclipsó incluso la vuelta de UPN a Estella, y que evidenció lo que confirmaron Zizur y Tafalla: que las alcaldías de cambio conseguidas en 2015 sólo se han podido retener al menos en los lugares más sensibles allá donde el PSN ha sido irrelevante, donde sus votos no decidían. En menor medida, eso también se pudo ver en Villava o Ansoáin: EH Bildu ha retenido la alcaldía con los votos del cuatripartito (Geroa Bai y Unidos Podemos); y en Berriozar, el voto en blanco de I-E sirvió para que Raúl Maiza (EH Bildu) repita como alcalde. simbolismo y astracanadas

De hecho, la actitud de los socialistas navarros ha propiciado una astracanada pocas veces vista: la edil del PSN en Huarte se votó a sí misma y, como recibió los votos de la candidatura independiente de derechas del pueblo y de Navarra Suma, será alcaldesa. Los 301 votos que recibió Amparo López le serán suficientes para gobernar su pueblo, que tiene 7.000 habitantes. Habrá que ver qué programa de gobierno sale de una concejal socialista que tiene la alcaldía gracias a dos fuerzas de derechas. Lo mismo ocurrió en Sartaguda: el PSN le ha arrebatado la Alcaldía a EH Bildu con los votos de Navarra Suma, y eso que EH Bildu prestó sus votos al PSN para ganar Viana y Andosilla, donde los socialistas entonces no hablaron de vetos para recibir votos.

Y si bien el PSN presume de que no ha votado a las derechas de UPN, PP y Cs, habrá que recordarle que en Beriáin sí ha votado a la derecha de una coalición independiente. El PSN hubiese tenido casi imposible explicar su postura si en Olite, Buñuel, Peralta, Castejón o Corella hubiese arrebatado la alcaldía a las candidaturas independientes y de izquierdas que fueron más votadas.

La conclusión es clara: el PSN, en su primera oportunidad para demostrar que cree en una alternativa progresista a Navarra Suma no sólo ha dejado dudas, sino también heridas. Estaba claro qué iba a pasar allí donde EH Bildu tenía un peso predominante entre las fuerzas plurales. Pero los daños también los ha extendido a Geroa Bai, el partido que está llamado a ser socio principal del PSN.

El papel de los socialistas en Egüés puede haber marcado un punto de inflexión en las negociaciones que, ya mismo, comenzarán para fijar la Mesa del Parlamento. Y también las del próximo Gobierno de Navarra, que quizá hoy esté más lejos de una confluencia de fuerzas progresistas.