barcelona - Ada Colau, la activista a la que hace cuatro años se convirtió en la primera alcaldesa de Barcelona con Barcelona en Comú, fue reelegida ayer con los votos de BComú, PSC y tres de Valls, pese a haber quedado en segunda posición en las elecciones del 26-M, a unos pocos miles de votos del ganador, el alcaldable de ERC, Ernest Maragall. Esa noche electoral, Colau compareció ante los suyos decepcionada por no haber podido repetir la victoria de 2015 y felicitó a Maragall y a ERC por haber “ganado”, una primera valoración que dejó en los republicanos la sensación de que Colau tiraba la toalla y renunciaba a explorar pactos para mantenerse al mando.

No obstante, la candidata de BComú contó ayer con los votos favorables de 21 de los 41 concejales que lo integran, en una votación que se realizó de forma nominal y con papeleta secreta. Colau revalidó su liderazgo tras obtener diez concejales el 26-M, uno menos que en 2011, cuando consiguió 11, y que apoyaron, como se anunció en los últimos días, los ocho concejales del PSC y tres de los seis ediles de la plataforma BCN Canvi-Cs. La alcaldesa logró reunir 21 votos, de modo que revalidó el cargo, mientras que Maragall consiguió sumar 15 -los diez de ERC y los cinco de JxCat, aunque Joaquim Forn no retiró su candidatura-, y el popular Josep Bou contabilizó los dos de los concejales del PP.

Asimismo, hubo tres votos en blanco, los cuales probablemente eran de los tres concejales de BCN Canvi-Cs que forman parte del partido, que se mostró contrario a apoyar a Colau, mientras que los otros tres, independientes dentro de la plataforma de Manuel Valls, sí votaron a la alcaldesa para evitar que la ciudad tenga un alcalde independentista como Maragall, que ganó los comicios.

“conciencia y honor” Al recibir el bastón de mando, Colau prometió por su “conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de alcaldesa por imperativo legal, con lealtad a Felipe VI, respetar la Constitución, el Estatut de Catalunya y la Carta Municipal de Barcelona, y sobre todo para servir a cada uno de los ciudadanos de la ciudad”. Entre sus primeras medidas, propondrá a la Junta de Portavoces del consistorio volver a colocar en la fachada del Ayuntamiento el lazo amarillo de solidaridad con los políticos independentistas presos.

Como decidieron las bases de BComú en una consulta durante el jueves y el viernes, Colau se alió con los socialistas aceptando el apoyo de Valls, en lugar de gobernar con ERC y hacer alcalde al candidato republicano, en una decisión que fue criticada por sectores independentistas. La incógnita de quién sería alcalde se mantuvo hasta el viernes, ya que podía serlo Maragall, o bien Colau con un ejecutivo del PSC -con el apoyo de Valls en la investidura-, algo que los comuns preguntaron a sus 10.000 inscritos con una consulta que se cerró el viernes y que optó por la Alcaldía y el PSC con un 71%. ERC advirtió de que, con la investidura de Colau con el apoyo de PSC y Valls, se abre un periodo de desconfianza de los republicanos hacia los comuns.

Los independentistas llenaron la plaza Sant Jaume de banderas esteladas y convirtieron a Quim Forn, uno de los presos del procés, en el concejal más aplaudido. - Efe/E.P.