pamplona - Si el Gobierno plural y de progreso al que aspiran PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E termina siendo una realidad va a depender, en buena medida, de lo que ocurra a partir de ahora: a partir del lunes, semana en la que se van a iniciar los contactos para negociar el documento base que guiará la acción de gobierno; y sobre todo durante la segunda quincena de julio, cuando, si consigue reunir los apoyos necesarios, María Chivite podría pedir la convocatoria del pleno que la investiría como presidenta del Gobierno de Navarra.

Con todo el verano por delante y la constitución de los ayuntamientos y la Mesa del Parlamento ya zanjada, los grupos que optan a sumar una mayoría alternativa a las tres derechas agrupadas en Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) retomarán esta misma semana los contactos con la vista puesta en el 26 de agosto, fecha tope para dar con un candidato presidenciable. El trabajo va a empezar bien pronto: el martes, el Parlamento acogerá la primera sesión de Mesa y Junta de Portavoces de la 10ª Legislatura. Servirá, sobre todo, para hacer que el mes de julio sea hábil -en vistas a la actividad que pueda haber-, para constituir los grupos parlamentarios y designar a los portavoces de cada uno de ellos. El primer paso para que Unai Hualde, presidente del Parlamento, cumpla con el mandato de su cargo: iniciar, en el plazo máximo de diez días desde la constitución de la Cámara -el pasado día 19- una ronda de contactos con todos los grupos. El reglamento así lo estipula para tratar de dar con un candidato, y ya hay fechas. La idea que maneja el propio Hualde es llevar a cabo esos encuentros a lo largo del miércoles, jueves y viernes, de tal manera que antes del 1 de julio se esté en posición de designar un candidato.

¿Qué va a ocurrir? Que esa primera ronda de contacto será infructuosa. Los grupos se reunirán con Hualde, pero ningún candidato querrá dar el paso antes de avanzar un poco más en las negociaciones y tener atados sus apoyos. Es algo normal. Lo que hará Hualde, con toda probabilidad, es dejar para más adelante la celebración de nuevas rondas, seguro que ya después de Sanfermines. A partir de entonces, la única condición legal que tiene que cumplir Hualde es convocar el pleno de investidura con una antelación mínima de tres días. Y si el 26 de agosto no hay nuevo presidente, el Parlamento quedará disuelto y se convocarán elecciones, algo ahora mismo improbable.

quince días a tope Con ese panorama, a partir del día 15 de julio se apretará el acelerador entre PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E. Serán días frenéticos, de reuniones y encuentros, similares a los que se han podido vivir para la Mesa, solo que durante más días. Si las conversaciones avanzan, no se puede descartar la investidura para finales de julio.

De momento, parece que la posibilidad de un gobierno alternativo avanza. Entre los partidos llamados a formar el Gobierno, y también en EH Bildu, continúan las desconfianzas: la constitución de los ayuntamientos, en la que UPN y PSN se repartieron buena parte del poder municipal, fue un palo para el resto de fuerzas. Y la conformación de la Mesa generó muchísimo estrés, con el acuerdo pendiente de un hilo hasta, literalmente, el último minuto. Pero una vez zanjados ambos capítulos con la sensación de empate, PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E son optimistas. También porque se cree que la conformación de la Mesa, que simple y llanamente refleja la pluralidad del Parlamento, puede ayudar a relajar la relación entre socialistas y soberanistas, aunque ambos siguen en sus trece. El PSN, afirmando una y otra vez que no habrá negociación alguna con EH Bildu. Y la formación de Ruiz, por su parte, decidida a votar en contra de Chivite si no existe un mínimo diálogo entre ambas. Por eso las negociaciones que se produzcan a partir de Sanfermines serán claves para el nuevo Gobierno.