Berlín - La violencia de ultraderecha se ha convertido en la principal preocupación del espionaje del interior alemán y desplaza a la amenaza islamista en el país, conmocionado aún por el asesinato a principios de junio del político local Walter Lübcke a manos de un neonazi. “Para mí la extrema derecha es en estos momentos extremadamente peligrosa, lo cual no quiere decir que perdamos de vista el islamismo, por ejemplo, o el antisemitismo”, declaró ayer el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, durante la presentación del informe para 2018 de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, el servicio de inteligencia de Alemania).

El documento revela que la cifra de ultraderechistas se elevó en 2018 a 24.100 personas, cien más que el año anterior -una nueva cifra récord-, y de los cuales, 12.700 están dispuestos a emplear la violencia, es decir, más de la mitad, advirtió.

Estos datos, sumados a la “elevada afinidad con las armas” del espectro ultraderechista, son “preocupantes”, agregó.

afinidad por las armas Esta misma “afinidad por las armas” supone un “elevado potencial de amenaza” también de los llamados Ciudadanos del Reich (Reichsbürger), que rechazan la legitimidad y soberanía de la República Federal de Alemania y de su ordenamiento jurídico. A este movimiento pertenecen unas 19.000 personas -lo que supone un 13 % más respecto al año anterior- y de las cuales unas 950 son ultraderechistas.

El presidente del espionaje interior, Thomas Haldenwang, por su parte, recordó que el problema de la ultraderecha no es regional, como muchos quieren ver, sino que afecta a todo el territorio alemán y señaló que no hay que perder de vista tampoco a los grupúsculos y lobos solitarios. Haldenwang también destacó el “elevado potencial violento” de los ultraderechistas y señaló que el espectro de la extrema derecha se mueve cada vez de forma más “diferenciada y confiada”. Por otra parte, recordó que “la xenofobia sigue siendo uno de los motivos principales” que mueven a los ultraderechistas. - Efe