PAmplona - Todo aquel que a lo largo de las últimas semanas ha hablado con algún miembro de EH Bildu sabe que no han sido semanas fáciles en el partido soberanista. Objeto de una exclusión por parte del PSN que no ha existido en las dos últimas legislaturas, EH Bildu ha mantenido un duro debate interno sobre qué hacer que ha zanjado, a juicio de Adolfo Araiz, coportavoz de la formación, de una manera “madura y responsable”: recurriendo a la militancia con una pregunta clara, vinculante y sin equívocos, después de que la dirección territorial y el coordinador general, Arnaldo Otegi, tomasen partido por la abstención. La militancia bien podría haber optado por el no. Razones había. Ha escocido mucho el veto, inexplicable por inédito y la soberbia del PSN, condensada en el agur, Asiron de Esporrín. Pero los militantes han tenido altura de miras -votar no era darle un tremendo balón de oxígeno a una derecha muy tocada- y han arropado a la dirección con el 75% de los apoyos.

Pero que Chivite no se equivoque, subrayó ayer Adolfo Araiz durante la presentación de los resultados. Todos, el 100% de los militantes de EH Bildu, no entienden una exclusión que tiene que levantarse tan pronto como Chivite arranque el Gobierno. “El PSN no debe realizar una lectura errónea del resultado de esta consulta, porque tanto quienes han votado la abstención como quienes han votado por el no rechazan rotundamente una política de exclusión que deberá cambiar en cuanto inicie su andadura el gobierno que encabezará María Chivite”, arrancaba ayer Araiz, cuyas primeras palabras fueron para elogiar a la militancia. “Si algo sale fortalecido de todo este proceso es la izquierda soberanista en Navarra, por su madurez y responsabilidad: dijimos que íbamos a actuar con responsabilidad y así lo vamos a hacer en este caso con el aval, el refrendo y el mandato de nuestra base social”.

decisión compleja De hecho, Araiz valoró los votos del no y las dificultades que muchas personas “han dicho que han tenido a la hora de votar la abstención”. “Hemos repetido en este proceso que ambas opciones eran legítimas, que ambas opciones políticamente tenían argumentos más que suficientes para ser mantenidas y pensamos que el porcentaje del no demuestra ese malestar con el PSN, con su historia reciente, y deja en evidencia el temor ante la posibilidad de dar alas al PSN cuando todos somos conscientes de que el inicio del cambio solo fue posible cuando la participación del PSN no fue necesaria”, indicó.

En todo caso, Araiz consideró que “una vez más la izquierda soberanista en Navarra ha respondido con responsabilidad y con un trabajo serio ante una decisión compleja y difícil de tomar, compleja, porque si bien cerrar la puerta a las derechas era y es una posición que asumíamos de forma clara, también es cierto que la política del PSN nos ofrecía pocas garantías”.

Así, criticó “la política de exclusión que ha pretendido llevar adelante” el PSN y censuró que “regalara las alcaldías de Pamplona, Barañáin o Estella a la derecha, y que pactara con esas mismas derechas para quitar las alcaldías de Sartaguda y Huarte a EH Bildu”. Por último, Araiz reiteró que la Mesa Política de EH Bildu en Navarra apostaba por la abstención basándose en dos argumentos, en primer lugar, “cerrar la puerta a un gobierno de derechas e impedir la reorganización del régimen tal y como lo hemos conocido, y en segundo lugar, que los votos de EH Bildu van a ser determinantes para impedir que se den pasos atrás en las políticas iniciadas por el cambio y seguir avanzando en esa dirección”. - A.I.R.