Pamplona - María Chivite es el objetivo. Navarra Suma apunta directamente a la cabeza del Gobierno de Navarra en una estrategia que trata de desgastar a la líder del PSN buscándole las contradicciones y llevándola al centro de la polémica. Desde el primer día y con argumentos previsibles, la derecha ha optado por focalizar sus ataques en la presidenta del Ejecutivo en este inicio de legislatura.

El próximo jueves tendrá lugar el primer pleno de control tras las elecciones, y como grupo mayoritario, a Navarra Suma le corresponden seis preguntas al Gobierno y una de máxima actualidad. Javier Esparza ha decidido que todas sin excepción vayan dirigidas a la Jefa del Ejecutivo, que se estrenará como presidenta forzada a debatir sobre fiscalidad, el euskera en la administración, el modelo D, el mapa local, la estructura del Gobierno o los menores inmigrantes no acompañados. Además, Javier Esparza ha registrado otras dos comparencias de carácter urgente para que Chivite acuda a debatir en profundidad en comisión parlamentaria sobre política lingüística y sobre el IRPF de la maternidad.

No se deja nada en el tintero la coalición derechista, que hasta ha registrado una interpelación para que el Gobierno informe sobre “política general en convivencia en determinadas localidades navarras”. Una iniciativa con la que Navarra Suma pretende llevar al Parlamento las polémicas surgidas este verano como el Ospa Eguna, y que lo hace de la mano del parlamentario Iñaki Iriarte, que a finales de agosto participó en un acto de exaltación franquista en Leitza, cuyos participantes calificaron de “cruzada” el golpe del 36.

Por el mismo camino Apenas se ha cumplido un mes desde la toma de posesión, y parece claro ya que la coalición de UPN, PP y Ciudadanos no va variar la línea de oposición que ya mantuvo la pasada legislatura, y que pasa por elevar la tensión política, buscar el debate frontal en el Parlamento y reducir las iniciativas propositivas. De momento, las únicas reformas legislativas presentadas han sido para incomodar al PSN con la Ley de Símbolos, el mapa local y la devolución del IRPF de la maternidad.

La derecha ha optado así por los temas que ya fueron habituales en su oposición durante los últimos cuatro años, y que ahora vuelve a poner sobre la mesa para reprochar al PSN haber cedido ante sus socios. Habrá que ver el tono y las formas que tanto Javier Esparza como el resto de parlamentarios ofrecen en la Cámara, pero vistas las declaraciones previas y posteriores al proceso de investidura, no parece que el nivel de crispación vaya a remitir.

Paralelamente, el grupo parlamentario de Navarra Suma también ha optado por registrar una larga batería de peticiones de información a todos los departamentos sobre múltiples aspectos de la gestión. Datos, estadísticas, informes y documentación que van a exigir una dedicación importante a los equipos de los distintos consejeros, que tienen ahora 15 días para dar respuesta a las solicitudes registradas.

Una estrategia que UPN y el PP ya pusieron en práctica entre 2015 y 2019, tanto en lo que se refiere a la labor de control en el pleno como a las peticiones de información. Las primeras permiten una exposición mediática sin gran esfuerzo, y las segundas son una fácil fuente de información que permite mantener ocupados a los departamentos.

De hecho, el Gobierno anterior facilitó al Parlamento el doble de información que los Ejecutivos de UPN y se duplicaron las acciones de control. Por contra, las iniciativas de contenido propositivo, reformas de ley o mociones, que son más efectivas pero exigen un mayor esfuerzo de elaboración, se redujeron en un 22%. Si las primeras propuestas planteadas por la derecha tras las últimas elecciones sirven como referencia, todo a punta a que la dinámica será similar en esta nueva legislatura.

Navarra suma se divide en los despachos

Juntos pero no revueltos. En Navarra Suma se empiezan a marcar ya las diferencias entre UPN, PP y Ciudadanos. El principal grupo de la Cámara, con 20 escaños, ha elegido tres despachos diferentes para desarrollar su actividad. El principal de ellos, el más grande, lo ocuparán los 15 parlamentarios de UPN. Los tres de Ciudadanos se situarán en otra estancia más pequeña, al igual que los dos del PP, que también tendrán su propio lugar diferenciado. Además, se repartirán los turnos de intervención por cuotas. De las seis preguntas que hará esta semana Navarra Suma en el Parlamento, cuatro serán de UPN, una para Ciudadanos y otra para el PP. Una proporción que se mantendrá en el resto de actividades parlamentarias. - I.F.