londres - La City de Londres afronta las elecciones británicas como un arma de doble filo. Por un lado, teme un gobierno del laborista Jeremy Corbyn que pueda adoptar medidas “antiempresariales”, pero al mismo tiempo recela del brexit duro al que puede conducir el acuerdo del conservador Boris Johnson.

Lo que los mercados financieros y las empresas tienen claro es que los comicios están llamados a marcar el inicio de una nueva etapa para la economía del Reino Unido. Su resultado determinará tanto las condiciones del brexit o salida del país de la UE como un posible cambio en el tamaño y la forma del Estado tras una década de austeridad. Una victoria clara de Johnson allanaría el camino para un divorcio negociado con Bruselas, por lo que los analistas coinciden en que impulsaría la inversión, la cotización de la libra y las perspectivas económicas del Reino Unido a corto plazo.

La reducción de la incertidumbre política, junto con los estímulos fiscales que planea Johnson, podría traducirse en una subida de tipos en la segunda mitad de 2020, con posibilidad de alcanzar el 1,5% un año y medio después (frente al 0,75% actual), según las previsiones de la consultora Capital Economics.

La firma Nomura calcula que la libra esterlina reaccionaría con una subida de en torno al 3,8% respecto al dólar estadounidense a una mayoría conservadora en las urnas. Los expertos advierten de que los detalles de la futura relación comercial entre ambos lados del canal de la Mancha estarán aún en el aire incluso si el Parlamento británico ratifica el pacto al que ha llegado Johnson con Bruselas.

Si el Reino Unido abandona la UE el 31 de enero en base a ese acuerdo, comenzarán en ese mismo momento las complejas negociaciones para diseñar una nueva relación comercial común, cuyos pormenores no están contemplados en el acuerdo de salida. Esa relación debe estar completada antes de diciembre de 2020, cuando termina el periodo de transición. Si no se cumple ese límite, ni se alarga el plazo, el Reino Unido se vería abocado a un escenario similar al de un brexit sin acuerdo un año después de romper los lazos con la UE.

Esa posibilidad puede contrarrestar el optimismo generado por una victoria conservadora, indica el economista Paul Dales. En caso de que un gobierno conservador no acuerde rápidamente una nueva relación comercial, o bien pida una prórroga de la transición, los expertos creen que puede debilitarse la expansión económica y posponerse el calendario de subida de tipos. - G.X.