Pamplona - Las tres leyes fiscales del Gobierno de Navarra superaron ayer el trámite en la comisión parlamentaria sin cambios de calado y llegarán la próxima semana al Parlamento para su aprobación definitiva. El Ejecutivo foral ha solventado sin complicaciones su minoría parlamentaria, gracias fundamentalmente al acuerdo “de mínimos” alcanzado ayer con EH Bildu, que incluye ocho enmiendas parciales y seis compromisos para analizar cambios a futuro en la política fiscal. Lo que despeja también el panorama para los Presupuestos del año que comienza ahora.

Es el dibujo que deja el primer debate importante de la legislatura en el Parlamento, donde poco a poco empieza a cuajar una mayoría de 30-20. Y que deja cada vez más aislada a la derecha, que ha acabado enredada en la contradicción que le supone su oposición frontal al Gobierno y la necesidad de facilitar el éxito de aquellas medidas que, pese a considerarlas insuficientes, van en línea de sus reivindicaciones. La esperpéntica situación vivida ayer con el impuesto al patrimonio empresarial es un claro ejemplo.

El debate en comisión dejó un poco de todo, prueba del juego parlamentario que puede dar la actual composición de alianzas. Se aprobaron enmiendas de todos los grupos, pero siempre del lado de los partidos que sustentan al Gobierno, que han optado ya sin disimulo por EH Bildu como socio principal.

La formación soberanista confirmó así su abstención en la ley general tributaria, que incorpora algunos cambios importantes como la deflactación del IRPF, elimina las deducciones por patrocinio a las empresas del juego y mejora la deducción por inversión en I+D+i a la empresas. Lo hizo tras alcanzar un acuerdo todavía por perfilar, pero que ambas partes prevén firmar antes del viernes. Y que incluye la aprobación de cinco enmiendas de EH Bildu y la modificación parcial de tres propuestas de los socios del Gobierno, todas incorporadas ayer al texto de la ley. Además, el Ejecutivo foral se compromete a elaborar varios estudios sobre los beneficios fiscales en el Impuesto de Sociedades, el fraude fiscal o nuevas figuras impositivas verdes. La formación abertzale también facilitó la aprobación de las deducciones por maternidad y paternidad de los años 2015-2018.

La derecha en cambio sirvió de comodín para facilitar la supresión del Impuesto del Patrimonio. Algo que hizo a desgana y a última hora, pero que muestra el papel que puede jugar en aquellos temas que los socios más a la izquierda no quieren facilitar. En ese sentido, especialmente dura fue la posición de Izquierda-Ezkerra, que se desmarcó totalmente de sus socios de coalición, a quienes acusó de no tener ambición suficiente para reformar la tributación de las empresas.

Ingredientes que dan como resultado una política fiscal marcadamente continuista que apenas incorpora cambios de fondo. Y que marca también la dirección por la que van a transitar los Presupuestos del próximo año, que el Ejecutivo está terminando de diseñar en un escenario de minoría parlamentaria pero, como se vio ayer, mucho margen de maniobra.