Pamplona - La decisión del jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, de retrasar a la semana que viene la presentación de su Ejecutivo ha suscitado ferores críticas en la oposición, a las que los socialistas han salido al paso argumentado la necesidad de perfilar al detalle la delicada estructura del primer Ejecutivo de coalición de la actual democracia. “No es extraño que el presidente necesite unos días para armar un Gobierno. Ahora está haciendo modificaciones” con el propósito de conformar un Gobierno “estable, constructivo y que dure cuatro años”, aseveró la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Pese al vacío temporal de Gobierno, el gabinete de Sánchez se ha puesto en contacto con el del presidente de la Generalitat, Quim Torra, para cerrar una primera conversación telefónica entre ambos y una primera reunión que sirva para iniciar la mesa de diálogo con Catalunya, que deberá convocarse en un plazo de 15 días desde la formación del Ejecutivo. De momento, mañana no está previsto que se celebre el Consejo de Ministros y, de hecho, no ha sido convocada la comisión de subsecretarios. Cabe la posibilidad de que haya un Consejo extraordinario a mitad de la próxima semana. Lo que sí ha hizo Sánchez ayer fue prometer el cargo ante el rey en el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. El ya presidente se comprometió a gobernar “para hacer avanzar España con valores progresistas y sin dejar a nadie atrás” y “poniendo a las personas en el centro de la política.

Cuando el monarca le dio la enhorabuena, Sánchez comentó: “Ocho meses para diez segundos”. A esto, el jefe de Estado le apostilló que había sido “rápido, simple y sin dolor”, aunque, a renglón seguido, precisó en tono de broma que “el dolor viene después”.

Para el PP, que Sánchez haya prometido el cargo sin nombrar ministros supone la primera “minicrisis” del Gobierno de coalición. Una “minicrisis” que achacan al anuncio, por parte de Unidas Podemos, de sus nombramientos sin esperar a que lo hiciera el presidente electo. Según el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, Sánchez está “claramente enfurecido” por los anuncios de sus socios. “Se están tirando de los pelos antes de empezar y eso tiene un nombre que es minicrisis”, enfatizó el responsable popular.

También el líder del PP, Pablo Casado, arremetió contra Sánchez y le acusó de “engaño masivo a los españoles” por su prisa en formar Gobierno cuando ahora va a esperar hasta la semana que viene y advirtió de que los populares intentarán que este Ejecutivo “dure lo menos posible”. Por el contrario, el portavoz del grupo socialista en el Senado, Ander Gil, salió en defensa de Sánchez. Es “lógico”, dijo, que una vez “superadas las dificultades” de la negociación para la investidura, el presidente se tome unos días antes de anunciar la composición de su gabinete de coalición. De hecho, el senador socialista insistió en que es “normal” que Sánchez espere unos días y ha recordado que su predecesor en Moncloa, Mariano Rajoy, tardó hasta diez días en nombrar ministros.

El PP dio muestra ayer del tipo de oposición que tiene previsto protagonizar. Los populares presentarán una moción en los Parlamentos autonómicos, las diputaciones y los ayuntamientos contra el pacto de PSOE y ERC para que los barones y representantes socialistas en estas instituciones “se retraten” y tengan que mostrar su postura sobre este acuerdo.

A través de esta moción se solicita al Congreso interpelar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre los acuerdos “con independentistas y populistas”, además de manifestar el rechazo al pacto “con aquellos que quieren acabar con el consenso constitucional y la igualdad de los españoles”.

Según el PP, esta iniciativa se enmarca en su “ofensiva parlamentaria” en defensa del interés general porque consideran que lo pactado por Sánchez “entra en contradicción” con lo establecido por la Constitución así como en el ordenamiento jurídico.

El objetivo es que los barones socialistas manifiesten su postura sobre el acuerdo para investir a Sánchez, sobre todo el de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el de Aragón, Javier Lambán, y el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que estuvieron en el debate de investidura. - D.N.

El Post-it

Sin símbolos religiosos. Es la segunda vez que Sánchez cumple con el trámite de prometer el cargo, por el que ya pasó en junio de 2018, tras la moción de censura que le llevó a la Moncloa. Se convirtió entonces en el primer presidente del Gobierno de la democracia que prometía su cargo solo ante la Constitución, sin crucifijo ni Biblia. Con la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado, la Casa Real cambió el protocolo y permitió que los altos cargos prometiesen ante el Rey sin símbolos religiosos, conforme a la libertad religiosa recogida en la Constitución, pero Sánchez fue el primer presidente que en hacerlo. Entonces, prometió su cargo ante la Constitución abierta por el artículo 62, el que establece las funciones del Rey.