pamplona - Navarra Suma escenificó ayer en el pleno del Parlamento de Navarra que UPN, cada vez más lejos de su esencia regionalista, ya no es capaz de controlar los impulsos directamente antiforalistas de sus socios, Ciudadanos y el PP. Los tres diputados de Cs dentro de la coalición fueron incapaces de votar el primer punto de una moción sobre el traspaso de Tráfico presentada por UPN, y los dos parlamentarios del PP optaron directamente por dejar sus escaños vacíos durante el debate de la iniciativa. Un gesto que, más allá de confirmar que la coalición en su conjunto no está por un mayor desarrollo del Amejoramiento, deja a UPN y a Esparza como los más damnificados: el partido regionalista, que hizo de caballo de Troya para dos formaciones que por sí solas quizá no hubieran tenido representación, ya no es capaz de controlar la deriva antiforalista de la coalición, mostrada impúdicamente en el pleno, con tres parlamentarios en rebeldía y otros dos fuera del hemiciclo, siendo más fieles a las directrices de sus ejecutivas estatales que a los intereses de la coalición.

cada uno por su lado La votación, en la que se rechazó la iniciativa, pareció una puñalada. Y eso que el texto de UPN no era, precisamente, un canto al autogobierno. La moción de Esparza contenía dos puntos: en el primero, se instaba al Gobierno de Navarra a que convocara de manera urgente a los representantes de Navarra en la Junta de Transferencias con el fin de materializar el traspaso de la competencia exclusiva de Tráfico a la Comunidad Foral, pero "sin que tal asunción conlleve la exclusión de las funciones que actualmente presta la Guardia Civil de Tráfico en Navarra". Es lo que viene repitiendo Esparza, y supone dar un par de pasos hacia atrás con respecto a todo el discurso histórico de UPN, que hasta poco antes de lanzar Navarra Suma hablaba del ejercicio en exclusividad por parte de la Policía Foral. Esparza pidió votar por puntos, y el primer epígrafe arrojó un resultado de 15 votos a favor -solo los de los parlamentarios de UPN- y 23 en contra -todos los demás grupos a falta de EH Bildu, ausentes del pleno por la huelga-. Durante dicha votación, los parlamentarios Alberto Bonilla, Elena Llorente y Carlos Pérez Nievas, los tres de Ciudadanos, permanecieron en sus escaños, pero no votaron. Y los dos del PP, José Suárez y Javier García, ni siquiera estaban en el hemiciclo, lo que al principio pudo parecer un descuido pero que cobró sentido en la siguiente votación. En el segundo punto, relativo a que el Parlamento "rechaza que partidos e instituciones sin representación por Navarra en las Cortes interfieran o suplanten materias e intereses exclusivos de la Comunidad Foral", sí que sumó los votos a favor de Ciudadanos. Pero los del PP, reacios a participar en un debate que les es incómodo -su partido no apuesta hoy en día por transferir competencias a comunidades "desleales" como Navarra- siguieron fuera del hemiciclo. Carlos Pérez-Nievas, líder de Ciudadanos dentro de Navarra Suma, explicó a este periódico los motivos del desplante: ellos, en conciencia, han cumplido con las directrices emanadas de la ejecutiva de Ciudadanos, que apuesta por no apoyar traspasos competenciales a otras comunidades mientras Sánchez esté apoyado por "nacionalistas".

Es la evidencia de que Navarra Suma actúa, ya de forma pública y en el pleno, como tres partidos diferentes -UPN por un lado, Ciudadanos por otro, y el PP en su propia estrategia- sin que Esparza sea capaz de establecer un único rumbo.