pamplona - La convocatoria anticipada de elecciones en la CAV y Galicia ha obligado a pisar el acelerador a Cs y al PP, que comenzaron a reunirse ayer para explorar una coalición en estas dos comunidades, y, aunque Inés Arrimadas quiere abrirla al PSOE y a la sociedad civil, los socialistas no compran la idea.

Salvo el PSC, que ha mostrado abiertamente su rechazo a la fórmula Mejor Unidos que defiende Arrimadas también para Catalunya, el Partido Socialista ha ignorado completamente la oferta hasta el punto de que ni se siente concernido por ella. “En casa ajena no me meto”, subrayó ayer la portavoz socialista, Adriana Lastra, al hablar de la propuesta que ve ligada “a la deriva natural de Cs, que se ha abrazado a la extrema derecha. Tendrá que ser Casado quien decida el futuro de Ciudadanos”.

Conscientes de la nula receptividad en las filas socialistas, Arrimadas insiste en que está hablando con referentes del entorno de la socialdemocracia para poder dar ese sentido de transversalidad que busca en su propuesta. El lunes la gestora naranja envió cartas a los líderes del PP, PSOE y UPyD y a la sociedad civil para explorar un acuerdo “unitario y constitucionalista” en los tres territorios que celebran comicios en 2020, y el secretario general del grupo de Cs, José María Espejo, y el número dos del PP, Teodoro García Egea, tienen previsto verse en el Congreso para una primera toma de contacto.

Hay urgencia en llegar a un acuerdo porque los plazos para presentar coaliciones en el País Vasco y Galicia, donde Cs no tiene representación institucional, terminan a finales de la próxima semana. Aunque inicialmente el PP pretendía un acuerdo global para todo el Estado, el adelanto electoral de las vascas y gallegas le obliga a negociar comunidad por comunidad, aunque todo apunta a que Galicia queda al margen de las negociaciones por la oposición de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que ayer volvió a rechazar esa fórmula. Feijóo dejó claro que no va a pactar con nadie para que Galicia “no tenga un presidente que no pueda tomar decisiones porque dependa de dos o más socios”, una postura que a Arrimadas, según dijo ésta, le ha chocado.

“Me ha sorprendido mucho el portazo del señor Feijóo a la primera de cambio. ¿De verdad, cuando hay encuestas que dicen que está a un escaño o dos de perder la mayoría absoluta?”, se preguntó la portavoz naranja, que cargó contra el PP por su “egoísmo” y le pidió sentido de Estado ante “la amenaza nacionalista”.

Desde el PP, la portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, esquivó el choque y se limitó a solicitar a los naranjas generosidad y discreción. Además, negó que haya puesto en cuestión el candidato popular en la CAV, Alfonso Alonso, al que Ciudadanos parece que ve con buenos ojos, según aseguró el expresidente del PP en Gipuzkoa Borja Sémper.

De hecho, el Comité Electoral Nacional del PP designó ayer mismo a Feijóo y Alonso candidatos del partido a las elecciones autonómicas. Con la decisión oficial del Comité Electoral Nacional, Génova despeja las dudas sobre la candidatura del líder vasco. En las dos últimas semanas había expresado su respaldo a Alonso, pero había evitado confirmarle como cabeza de cartel alegando que los comicios no estaban convocados, que esa decisión correspondía al Comité Electoral y que había que ver si fraguaba la alianza con Ciudadanos.

Las catalanas están también en el tablero de juego y de hecho ayer se vio entrar al líder del PPC, Alejando Fernández, en la sede de Génova, aunque Arrimadas tiene claro que deben ser ellos los que encabecen allí una eventual coalición por ser la primera fuerza, pese a que el último barómetro del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat sitúa a Cs en el cuarto puesto (de 36 escaños en 2017 a 14-16 ahora).

“Es como si se juntaran Pepsi Cola y Coca Cola”, bromeó Gabriel Rufián, de ERC, que cree que es la única opción de supervivencia que tiene Cs en Cataluña después de haberse hecho el “harakiri político”.

Además de la dificultad de la negociación a Arrimadas se le han complicado más las cosas al saberse que un grupo de afiliados y cargos de Ciudadanos han cuestionado la utilización de la base de datos del partido por parte de la plataforma de apoyo a la portavoz al adjuntar a un manifiesto nombres de supuestos firmantes del documento, entre quienes se han encontrado algunos de los que ahora ven esto como “una chapuza” como evidencia el hecho de que el manifiesto incluye la firma de Santiago Abascal.

los pactos

Contrarreloj. Unidas Podemos, Anova y las mareas negocian una compleja confluencia para las gallegas, de no lograrla podría haber hasta tres papeletas diferentes surgidas de la que fue la segunda fuerza en las últimas autonómicas.