Abril de 2009: este periódico entrevista a un Miguel Sanz a punto de ceder el testigo de la presidencia de Unión del Pueblo Navarro a Yolanda Barcina. Sanz tira de metáfora y deja una frase que se va a convertir en el titular de la entrevista: "Cuando cogí las riendas de UPN el partido era un potro encabritado y ahora es un caballo alazán". Ahí es nada. Entre los mensajes que Sanz transmitió en aquella despedida, dejó una advertencia que con la perspectiva de lo ocurrido se podría tallar en mármol en la sede de Príncipe de Viana: "Si quieres que los demás te sigan, procura coincidir con ellos". Hoy UPN es un equino con deseos de galopar, entre triste e irritado por no hacerlo.

Diez años después de dicha entrevista, en marzo de 2019, Javier Esparza anuncia con "tremenda alegría" el nacimiento de Navarra Suma. Solo ha transcurrido un mes desde la foto de Colón y dos meses y medio de la conformación de un gobierno de derechas en Andalucía con apoyo de Vox. Navarra Suma se articula durante los últimos meses del Gobierno de Barkos, en un momento de crisis del PP, de ascenso de Ciudadanos y de irrupción de Vox. Pero se barrunta bastante antes. En abril de 2017, Ana Beltrán concede una entrevista a este periódico, recién llegada a la presidencia del PP de Navarra, en la que deja la puerta entreabierta a "plantear una unión con UPN, sin descartar en absoluto al PSN, o incluso a Ciudadanos". Dieciséis meses después, el 31 de agosto de 2018, Beltrán inaugura el curso político con el santo y seña de su particular estilo: "Una legislatura más con los nacionalistas vascos gobernando hará que los navarros dejemos de ser lo que somos: navarros y españoles". Beltrán pide implicación del PSN en un pacto con UPN, PPN y Cs, al tiempo que asegura que "con el nacionalismo vasco gobernando y con Pedro Sánchez en la Moncloa estamos en alerta máxima".

El problema de Navarra Suma es de raíz y nace sobre una diagnosis que no vale ni como hipérbole, ligadas a las obsesiones ideológicas y a previsiones engañosas. Pocos días después de anunciar la nueva coalición, Javier Esparza cuenta que "en Navarra hay un proceso similar con lo que está ocurriendo en Catalunya". El presidente de UPN, preguntado por el motivo de que Casado y Rivera no hubiesen querido aparecer juntos en el pacto, describe la competición interna: "cada uno de los dos interpreta que va a ganar y que va a ser presidente de España". Un año después, ni Esparza es presidente del Gobierno de Navarra, ni Casado del Gobierno de España. Rivera ha dejado la política, y Geroa Bai ya no lidera el Ejecutivo foral, pero participa en él.

javier esparza

Sin anticipación

El análisis estratégico de Esparza, muy parecido al de Beltrán, pecaba de cinco errores de bulto, por falta de realismo y de centralidad, que han penalizado hasta el día de hoy su estrategia electoral y su carrera política. El primero, muy obvio: la Navarra del Gobierno de Barkos se parecía a Catalunya como un huevo a una castaña, y así iba a zanjarlo la mayoría social, pese a los esfuerzos de Esparza por equipararlas como "cuestión de Estado". Segundo error: asociarse a la derecha radicalizada dificultaba enormemente cualquier sinergia con Ferraz. Tercer desatino: era previsible que la deriva de Casado y Rivera en pugna con Vox movilizase el voto progresista. Así ocurrió, y la victoria el 28-A fue para Pedro Sánchez y las izquierdas. Cuarta equivocación, concatenada; las elecciones forales iban pegadas a las Generales de abril. Era probable que tras el 28-A soplase viento de cola a beneficio del partido triunfador. Dicho y hecho: a rebufo de los buenos resultados del PSOE, el PSN obtuvo una importante subida el 26-M, que encaminó a Chivite hacia la presidencia. Y quinto y último error: dado el contexto y los antecedentes, esta vez Ferraz podía dar el visto bueno a un acuerdo de gobierno del PSN con el apoyo de Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, pese a que necesitase la abstención de EH Bildu. Como así sucedió. Lo que no podía esperar Esparza en marzo del año pasado es que Pedro Sánchez encararía el último cuatrimestre convocando unas nuevas elecciones, que se llevarían por delante a Rivera, y cuajarían una coalición entre los socialistas y Unidas Podemos, con voto favorable del PNV y abstención clave de ERC y EH Bildu.

sergio sayas

Sin moderación

Con 40 años, cumple 41 el próximo 6 de julio, Sayas es un corredor de fondo dentro de UPN, desde sus tiempos juveniles en Juventudes Navarras. Sayas ha sido concejal, fogueándose en años muy duros en Berriozar, secretario de Comunicación, secretario de Organización, parlamentario y ahora diputado, cargo al que llegó, atención, previo proceso de primarias, convirtiéndose en el más votado por delante de Carlos García Adanero, también diputado a día de hoy.

Sayas ya se perfilaba como contrincante de Esparza en diciembre, días antes de convocarse oficialmente el 12º Congreso. En su presentación del pasado sábado como candidato a la presidencia del partido, puso énfasis en reforzar la marca UPN y planteó un futuro abierto, con o sin Navarra Suma, a la que vino a reducir a un acuerdo de coyuntura. "No podemos permitir que unas siglas como las de UPN se desdibujen. Las tenemos que recuperar, vayamos en coalición con otros partidos, en solitario o en cada momento decidamos lo que queremos hacer", dijo.

Sin embargo, ideológicamente el tono e ideología de Sayas y Esparza no ofrecen grandes diferencias, más bien al contrario. Sayas defendió la foto de Colón, y el acuerdo con Ciudadanos. "Yo creo que UPN no ha renunciado a nada", afirmó en la primavera del año pasado. "hemos dejado los detalles a un lado", Ahora parece que la cuestión de las siglas no se trataba de un pormenor. Y no le queda otra, decidido a presentar batalla por la presidencia que marcar un perfil de campaña y dotarla de una idea principal.

un poco de historia El debate de los regionalistas debería ir mucho más allá de la visibilidad de sus siglas. Cabe recordar que UPN hace 5 años también fracasó yendo en solitario. Y cabe subrayar también que UPN rompió en 2008 con el PP. El problema es que Navarrísimo, aquel eslogan superlativo que fue búmeran, en 2015 sigue imperando en el devenir consciente e inconsciente del partido, en una Navarra que evoluciona. En pleno siglo XXI, los planteamientos excluyentes sobre los que se fundó UPN tienen una conexión limitada en una sociedad con nuevos campos magnéticos. Culturalmente más porosa, abierta y mestiza, sensible a la desigualdad y preocupada por las cuestiones sociales. Y sobre todo plural. Hace un mes y medio, entrevistado La Razón, Sayas justificaba la coalición de Navarra Suma a una coyuntura ("especiales circunstancias requieren de especiales decisiones") manifestando que "sería bueno" que dicho acuerdo "también se entendiese en España". Preguntado por el futuro inmediato, su respuesta describía el reumatismo argumental que aqueja a su partido: "los navarros quieren que gobierne Navarra Suma y demostrarán su hartazgo".

ana beltrán

Sin lógica

Mientras UPN camina hacia su Congreso y abre un proceso de debate, el Partido Popular de Navarra, uno de los dos socios de UPN en Navarra Suma, sigue presidido por Ana Beltrán, que promociona la fórmula de los sumandos ahora también desde Madrid, dentro de sus cometidos estratégicos en la ejecutiva de Casado. El sinsentido de apostar en Euskadi, a mes y medio de las elecciones , por Carlos Iturgaiz, se describe en los primeros mensajes del candidato a lehendakari, fuera de toda lógica. Iturgaiz reconoció que "mucha gente" exvotante del PP se ha ido al PNV. Pretende "que estén cómodos de nuevo en el PP", y al mismo tiempo quiere representar a los votantes de Vox.

Iturgaiz habla de "alarma y emergencia nacional", marcos de excepcionalidad que no conectan con el grueso mayoritario del electorado, y mucho menos del de la CAV. Marcos muy similares a los de Ana Beltrán, que los emplea a piñón fijo, por exiguos que sean los resultados. La presidenta del PPN ha tenido protagonismo en la rocambolesca vuelta de Iturgaiz y la defenestración de Alonso.

llamada a capítulo Beltrán fue la encargada de citar en persona a Alfonso Alonso para que aceptara el acuerdo cerrado en Madrid entre PP y Ciudadanos. Alonso declinó acudir a Génova, y Beltrán fue entrevistada en la Cope el sábado 22, víspera del anuncio de la candidatura de Iturgaiz y antevíspera de la dimisión de Alonso. A preguntas de López Schlichting, Beltrán calificó a Navarra Suma de "gran fórmula de éxito" y "ejemplo en toda España", y dejó claro que Alonso carecía de margen de maniobra y solo le quedaba ceder a un acuerdo que según Beltrán pretende "conseguir sacar al nacionalismo y al independentismo y hacerles frente en el País Vasco". Una muestra de aislacionismo político, que sin embargo ha servido a Beltrán para hacer carrera. En resumidas cuentas, la experiencia de Navarra Suma se expande readaptada al tablero de la CAV, coincidiendo con un debate tímido pero puede que incipiente sobre la solidez de la ematriz, a raíz del Congreso de UPN. Según lo que pase en ambas citas, separadas por una semana, la fórmula de Navarra Suma dará muestras de su verdadera fortaleza un año después de su constitución.