- La candidata oficialista de Ciudadanos, Inés Arrimadas, fue elegida ayer nueva presidenta del partido con el 76,91% de los votos de los militantes, en unas primarias en las que el aspirante crítico y vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, logró el 22,32% de los sufragios. El tercer candidato, un militante valenciano desconocido, Ximo Aparici, solo logró un 0,74% de la representación de la militancia. La participación en estas primarias, en las que podían votar 20.713 afiliados, fue del 59,5%.

Arrimadas, la apuesta del anterior presidente de la formación, Albert Rivera, para sucederle arrasó en la batalla por el liderazgo de Ciudadanos, pero ahora lo que tiene por delante es el reto difícil de sacar al partido de la irrelevancia en la que quedó tras las elecciones del 10 de noviembre.

Para Arrimadas no fue fácil tomar la decisión de postularse para la Presidencia del partido naranja, según han contado desde su entorno, porque aparte de los motivos personales relacionados con el embarazo de su primer hijo, pensaba que todavía no le había llegado el momento de plantearse ese escenario.

Pero la catástrofe electoral de la formación en las elecciones del 10 de noviembre de 2019 y la dimisión de Rivera, precipitó los tiempos y Arrimadas aceptó a los pocos días la “presión” de la cúpula riverista que la empujaba a dar el paso y el apoyo generalizado que interpretó en la militancia.

En su balance político, Arrimadas puede presumir de haber sido la primera mujer en ganar unas elecciones catalanas y de haber convertido a Cs en la primera fuerza de Catalunya -fue en las autonómicas de diciembre de 2017, convocadas bajo el 155- y lograr que una fuerza no nacionalista fuera el partido más votado en 35 años, aunque la suma de independentistas lograra la mayoría absoluta para gobernar. Solo dos años antes, en 2015, cuando se presentó por primera vez a los comicios de Catalunya consiguió también unos resultados históricos al situar a Cs como líder de la oposición y pasar de 9 a 25 diputados.

Sin embargo, en este balance hay también decisiones que desde dentro no se han entendido bien, empezando por el hecho de que Arrimadas renunciara a presentarse a la investidura para la Presidencia de la Generalitat. Dejó el Parlament con una bancada naranja de 36 escaños y se vino a Madrid para hacer “tándem” con Rivera en las elecciones del 28 de abril de 2016 como cabeza de lista por la circunscripción de Barcelona, demostrando en la campaña que tenía mucho tirón e incluso llegaba a hacerle sombra en la distancia corta. Consiguieron entonces 57 escaños. Luego llegó el desastre del 10N que dejó a Cs en la insignificancia política, la marcha de Rivera y la sucesión que asume ahora Arrimadas al frente de una fuerza que podría acabar como UPYD con Rosa Díez o engullida por el PP.