- Tras quince días de cierre casi total, el Parlamento de Navarra vuelve a abrir sus puertas. Será para acoger el pleno que convalidará los dos primeros decretos forales aprobados por el Gobierno de Navarra, dotados con un fondo de contingencia de más de 100 millones de euros y que ponen en marcha una serie de medidas de urgencia en todos los ámbitos (laboral, económico, social, fiscal, en materia de vivienda...) para afrontar la crisis del coronavirus.

Pero no será, ni mucho menos, una sesión como las de siempre, como la que pudo celebrarse el 12 de marzo, cuando ya se presentía el tsunami que estaba por venir pero no se había decretado todavía ninguna medida de confinamiento. El Parlamento acogerá, en su hemiciclo, una sesión muy reducida, únicamente con tres miembros de la Mesa (el presidente, Unai Hualde, y los dos secretarios, Maiorga Ramirez y Juan Luis Sánchez de Muniáin), los portavoces parlamentarios de los grupos y tres representantes del Gobierno: la presidenta, María Chivite, y los dos vicepresidentes, Javier Remírez y José María Aierdi. Sin público, ni medios de comunicación, con medidas de distanciamiento, y con un guion reducido a lo esencial. Todas las medidas de seguridad posibles para tratar de compensar el hecho de que el Parlamento no puede realizar un pleno telemático porque no dispone de la infraestructura tecnológica suficiente.

El desarrollo de la sesión está claro. El pleno arrancará a las nueve y cuarto con la intervención de Chivite. La presidenta no tiene límite de tiempo para defender los dos decretos; el de la semana pasada, que dispone un fondo de contingencia de 100 millones -gracias, en parte, al superávit de años anteriores-; y el del miércoles, que establece otra remesa de medidas en materia de contratación pública, fiscalidad -con el aplazamiento de obligaciones para 25.000 pymes y autónomos- y vivienda. Luego será el turno de los grupos, que pueden intervenir por 15 minutos. Y, al final, será turno de convalidarlos. Se da por hecho que ningún partido se va a desmarcar del apoyo en bloque al Gobierno: todavía continúa el shock de saberse ante una situación sin precedentes que exige unidad de acción. Además, los decretos, por su carácter excepcional, no se pueden enmendar.

Otra cosa es lo que pase la semana que viene. Lo más normal es que, tras convalidar los decretos, los grupos soliciten que se active el mecanismo para convertirlos en leyes forales. El ordenamiento jurídico navarro permite convertir decretos forales en leyes por el trámite de urgencia. Es una medida para dotar al texto de todas las garantías frente al Tribunal Constitucional. El mecanismo exige que se convoque otro pleno, específicamente, para que pasen a ser leyes forales. Ahí es donde se prevé que afloren ya las primeras discrepancias públicas en torno a una crisis que, sottovoce, ya se están produciendo.

La Mesa y Junta que sucederá hoy al pleno fijará para la semana que viene la sesión que convertirá en leyes los decretos, lo que permitirá presentar enmiendas. Se pueden diferenciar tres posturas. Por un lado, esta crisis ha servido para reforzar todavía más a los partidos que sustentan al Gobierno. PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E, firmantes del acuerdo programático pero que aprobaron los Presupuestos tras semanas de tiranteces con I-E, han hecho piña y van a una. EH Bildu, por su parte, está en desacuerdo con cómo está asumiendo el Gobierno algunas directrices de Madrid. Por ejemplo, creen que el mando único está haciendo menos eficientes los recursos de Navarra, a la que han llegado militares para desinfectar zonas comunes pero que tiene a sus bomberos con menos actividad que nunca.

Y Navarra Suma, cuyas tres patas -UPN, PP y Ciudadanos- van cada día más por libre, se enfrenta a un doble dilema. Por un lado, el de ir progresivamente haciendo cada vez más oposición, con Esparza firmando comunicados y vídeos en los que ya exige más explicaciones al Gobierno. Postura que al mismo tiempo hay que entender en clave interna, con un congreso de UPN aplazado en principio al 26 de abril, y con el temor de si potenciales rivales no estarán teniendo más exposición en esta crisis.

Control parlamentario. Además del pleno de convalidación de decretos, el Parlamento acogerá hoy una sesión de Mesa y Junta que, sobre todo, evaluará las medidas tomadas durante el primer periodo de cuarentena y examinará si hace algún cambio. Desde el lunes 16 de marzo, la Cámara tiene toda la actividad, salvo la Mesa y Junta, paralizada. En los últimos días, varios son los grupos que han pedido al presidente, Unai Hualde, que se revisen las medidas para permitir un mayor control parlamentario, hoy casi inexistente. Pero en esto también hay discrepancias. Mientras Navarra Suma está muy interesado en retomar la actividad, hay quienes como el PSN creen que el Parlamento ya tiene, hoy, capacidad para saber de mano del Gobierno cómo está yendo la gestión, más allá de que ahora mismo los servicios jurídicos permiten que se celebren todo tipo de sesiones, siempre que se justifique su urgencia y pertinencia y se respeten las medidas sanitarias recomendadas.