- Reclama un "escudo social" europeo para que las personas más vulnerables no vuelvan a sufrir las consecuencias de una crisis, y ser capaces de tener la liquidez suficiente para salir de esta crisis económica lo antes posible. Para Idoia Villanueva, "no somos conscientes de la dimensión histórica del momento, pero creo que la sociedad no va a volver a ser la misma". Su deseo es que esto dé lugar a un aprendizaje constructivo, que refuerce la conciencia de lo común, y la necesidad de un "sistema de cuidados fuerte y organizado", tras esta experiencia traumática de vulnerabilidad y tristeza.

El vértigo por la potencia de la crisis es ya una realidad.

-La emergencia sanitaria va a ahondar en la crisis social y económica, y tenemos que estar preparados para eso. En estos momentos, Europa está a prueba. Tiene que elegir entre la solidaridad o la barbarie. Si algo nos ha enseñado esta crisis es que no podemos solos. Esta pandemia es un reto, no entiende de fronteras ni de riquezas o de clases sociales. Hemos visto que solo desde lo común, de unos servicios públicos fuertes podemos hacerle frente. Europa tiene que aprender de los errores que se cometieron en 2008, y hacer un escudo social europeo para una salida común.

¿Cómo?

-Consideramos que son importantes los eurobonos, es decir, que haya una financiación común de la UE y que se garantice un mínimo de estado de bienestar europeo, para que el proyecto europeo deje de ser una unión puramente monetaria para situarse al servicio de los pueblos de Europa, que en estos momentos están pidiendo auxilio, especialmente España e Italia. Creemos necesario que Europa responda y esté a la altura, dotando de liquidez a los estados, con una deuda común, para que no haya competencia entre los propios estados. Garantizando que ser europeo significa tener unos servicios mínimos de bienestar garantizado.

Si el norte sufre el avance de la pandemia, puede imperar la solidaridad o una mayor autarquía.

-La crisis que vivimos desde 2008 puso en evidencia que poner medidas austericidas a los estados hizo que la crisis se ahondara y que tardásemos mucho más en salir. Sobre las medidas que especialmente sufrió el gobierno griego, años después, Juncker pidió disculpas y dijo que Europa se había equivocado. Y ahora, nos enfrentamos una vez más a una crisis global. Pensar que es de Italia o de España es un error, porque no entiende de fronteras. Y porque si un estado miembro deja caer a otros más vulnerables económica o socialmente pone en riesgo también la zona euro. Necesitamos una salida común, pero adicionalmente es un momento clave para decidir cuál es el proyecto europeo que queremos. Si es una unidad únicamente monetaria o es una apuesta conjunta, solidaria, por un proyecto de bienestar común.

-Se han dado pasos sociales.

Existe una brecha entre el norte y el sur, aunque creemos que hay algunos pasos que se han dado en el buen camino en el Banco Central Europeo, pero que no son suficientes. Se necesita una apuesta decidida y común, en un momento además internacionalmente muy convulso, en el que el orden geopolítico está cambiando, y donde los pasos que den los actores internacionales tendrán sus consecuencias. Europa necesita decidir qué actor quiere ser, tanto con sus estados miembros, como internacionalmente. Es un momento decisivo y desde nuestro punto de vista lo tenemos claro, por lo que debe ir acompañado de hechos.