- La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ofreció ayer que la Comunidad foral sea una “comunidad piloto” en el grupo que está trabajando para la salida escalonada del estado de alarma. “Por nuestra propia evolución sanitaria, la respuesta de nuestro sistema y la experiencia de nuestro Instituto de Salud Pública, donde ya trabajamos en ese escenario posterior, creemos que podemos hacer una aportación importante”, destacó la presidenta.

Chivite hizo esta propuesta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la videoconferencia que mantuvo ayer domingo el jefe del Ejecutivo central con los presidentes autonómicos. Posteriormente la trasladó en una comparecencia telemática. Horas más tarde, y dado que dicho pilotaje podía entenderse polisémico, el Gabinete de Prensa emitió una nota de aclaración diciendo que el ofrecimiento es para realizar en Navarra un estudio de seroprevalencia del coronavirus, con el objetivo de “estimar el número de personas infectadas por COVID-19 y, por tanto, inmunizadas contra este virus ante posibles nuevas oleadas de contagio”. Este tipo de estudios, precisaba la nota, “se realizan cuando la onda o entrada de un virus se encuentra próxima al final o haya terminado. Con sus resultados se puede estimar la gravedad de una posible segunda onda de contagio, en función del número de personas que han desarrollado anticuerpos contra el virus”.

La presidenta valoró positivamente la “flexibilización” por parte del Estado de las actividades productivas consideradas esenciales, pero también hizo reclamaciones. Pidió que si el Ejecutivo Central consigue reeditar unos nuevos Pactos de la Moncloa, algo que está por ver, los presidentes autonómicos deben “estar presentes” en la mesa de diálogo. Una demanda compartida con otros presidentes socialistas, como el de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, el asturiano Adrián Barbón o el aragonés Javier Lambán.

En la rueda de prensa posterior a la videoconferencia, Chivite recordó la realidad del estado autonómico, y las fortalezas derivadas del modelo de proximidad. Las comunidades autónomas, afirmó, “ejercemos competencias desde un mayor y mejor conocimiento de nuestra realidad”. Un punto de vista en favor de la descentralización que pareció minusvalorarse en el momento de que Moncloa decretó el Estado de Alarma, y cargó sobre su peso un volumen de problemas tan enorme que ha terminado poniendo en evidencia la apuesta centralizadora y hasta la propia figura de Sánchez.

En su rueda de prensa, la presidenta del Gobierno de Navarra trató de mostrarse colaborativa, y al mismo tiempo marcar una cierto perfil frente a las críticas que le han acusado de limitarse seguir la inercia del Ejecutivo Central. Ahondando en las bondades de la descentralización, Chivite planteó que “en cualquier solución de la reconstrucción social y económica del país, las comunidades autónomas tenemos que ser parte activa”, dentro de una dinámica de colaboración institucional “porque es la que más frutos nos da”.

Sus palabras fueron otramanera de recordar que si finalmente se activasen los ahora tan mentados Pactos de la Moncloa, el panorama en 43 años ha cambiado muchísimo, lo que debería tener reflejo en unos eventuales acuerdos en 2020, que fuesen más allá del tacticismo o de intereses espurios. En 1977, el Estado autonómico no existía. Cuatro décadas más tarde, UCD, la fuerza de Gobierno entonces, es una pieza de arqueología política, que de vez en cuando conviene desenterrar a beneficio de inventario.

Sánchez, sobre el que siempre se ha pivotado la fantasía de ser un nuevo Suárez, gobierna desde enero el primer Ejecutivo de coalición izquierdas desde el final de la dictadura, y se ha topado, recién desprecintado el gobierno, con el impacto mayúsculo de un virus que además de su dramática incidencia en la salud humana, amenaza con poner en jaque la economía y con ella la legislatura entera. En plena emergencia sanitaria, y en el inicio del recuento de los enormes daños económicos, los Pactos de la Moncloa invocan la Transición, esa que se plantea en cada roto y en cada descosido, aunque el desgarrón ahora sea enorme, y la intención de la derecha de descargar su artillería asome evidente.

En este horizonte de nubes sociales y con las tormentas de crisis comenzando a descargar con fuerza, la administración foral trata de prepararse para el temporal que se adivina. Un vendaval en la medida que el fin paulatino y desescalado del confinamiento dé paso a una realidad muy dura, especialmente si la Unión Europea se sitúa por debajo de las expectativas de un rescate social o si al paquete de choque viene con un restrictivo contrato de condiciones. Asumiendo que los acontecimientos van muy de prisa, pero en una misma dirección. la presidenta del Gobierno de Navarra pidió ayer a Sánchez que se “flexibilice” el objetivo de déficit y que se “favorezca la disposición del remanente de los ayuntamientos” que en Navarra alcanza hasta un total de 213 millones de euros. Chivite considera que este remanente de los ayuntamientos debe destinarse a “atender toda la situación sanitaria y todas las demandas sociales”, entre las que engloba las residencias de mayores, pero también el Servicio de Atención Domiciliaria, el reparto de comidas a domicilio y “las posibles ayudas de emergencia que haya que poner sobre la mesa”. Pendiente toda la clase política de lo que ocurra mañana martes en la reunión por videoconferencia de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, a la hora de definir una respuesta europea que ayude a mitigar las consecuencias económicas de la pandemia, a expensas de dicho encuentro, Chivite apoya las gestiones para que la UE “adquiera un compromiso de corresponsabilidad y asunción solidaria en esta crisis” y, en concreto, en la cuestión de los eurobonos. “En un momento crítico para los países y para el proyecto de la Unión Europea hay que responder con rotundidad y este momento es crucial para la eficacia en la respuesta”, subrayó.

Por lo que se refiere a la situación sanitaria, María Chivite destacó que los datos de afectados por coronavirus revelan que “el escenario se estabiliza”, apuntando que, a lo largo de la semana se han producido crecimientos “por debajo del 10%” y, en los últimos días “por debajo del 5%”. Asimismo, indicó que la tasa de ocupación de camas hospitalarias y de la UCI “está con menor presión”. Si bien reconociendo la dureza del número de fallecimientos, confía en que ya se transita “por un camino positivo que esperamos que se vaya afianzando con los datos que vamos dando día a día”, destacando también el trabajo en protección social y avanzando que se ha dispuesto un recurso adicional para las víctimas de violencia género.

“Pensamos ya en todo lo que tiene que ver con la reconstrucción económica”, afirmó. Una vez se supere la fase sanitaria, se visibilizará más el trabajo con los agentes sociales y económicos en medidas de choque relacionadas con el empleo, desde el reconocimiento de que los datos de desempleo de marzo son “muy duros” y también lo serán en abril. En ese sentido, Chivite trasladó a Sánchez la “dificultad del sector primario para encontrar mano de obra y garantizar que se puedan cubrir las campañas que ahora llegan”. Según explicó, el jefe del Ejecutivo central le trasladó que espera que mañana martes “se puedan poner soluciones encima de la mesa” a este respecto.

Tratando de subrayar un mensaje esperanzador también en lo económico, la presidenta resaltó que su Ejecutivo, a pesar de la emergencia, no se mueve solo en presente continuo, “sino que estamos ocupados y preocupados por el medio plazo y el futuro que también será difícil y duro”. Y trasladó su confianza de que “de la mano del sector social y empresarial, los sindicatos y toda la ciudadanía, pongamos las mejores soluciones encima de la mesa y acertemos”.

Chivite cerró su exposición convendida de que se superarán las dificultades con el trabajo de toda la sociedad y el concurso de las diferentes administraciones. “Superaremos esta crisis mejorando, no tengo ninguna duda, porque lo que estamos viviendo nos enseña cada día, y ese aprendizaje lo convertimos en una oportunidad desde un trabajo colectivo”, concluyó. Las próximas semanas, a todos los niveles, serán claves.

Movimientos presupuestarios. Preguntada sobre un replanteamiento del Presupuesto de Navarra, Chivite indicó que se ha trabajado de momento en “lo que tiene que ver con el margen que tenemos con el déficit y con la deuda, todo ese remanente que teníamos de ejercicios anteriores, y cuestiones presupuestarias que no se van a poder ejecutar. Pongo por caso la OPE de unos 2 millones y medio”. Por ello, trasladó en la última sesión de Gobierno que los diferentes departamentos del Gobierno foral prevean cuáles van a ser las ejecuciones presupuestarias. “Por ahora vamos a funcionar con eso y en el momento presente vamos a llegar hasta ahí”, explicó.