- La tensión política ha vuelto a Bolivia después que el Parlamento controlado por el partido de Evo Morales promulgara en contra de la voluntad del Gobierno interino una ley para ir a elecciones, entre llamadas a no repetir la crisis que sufrió el país tras los anteriores comicios luego anulados.

La pugna política electoral, que dejó de estar entre los principales temas de discusión, ha vuelto a la palestra después de que el Parlamento promulgara una ley que da noventa días para la celebración de nuevos comicios, en medio de una cacerolada para presionar al Ejecutivo transitorio y protestas nocturnas en los bastiones políticos del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales.

La facción de Morales, de apoyo inquebrantable en regiones rurales y periurbanas de grandes ciudades como El Alto, ha acusado a la presidenta interina, Jenine Áñez, de intentar "perpetuarse en el poder".

Paradójicamente, ese argumento que esgrimieron los sectores contrarios a Morales cuando buscaba un cuarto mandato en las frustradas elecciones de octubre del año pasado es el que ahora el MAS enaltece para cuestionar a la mandataria interina.

El MAS señaló que el derecho a la salud, que invoca el Gobierno interino para que las elecciones sean aplazadas un tiempo más pues estaban inicialmente fijadas para este próximo domingo pero se pospusieron sin fecha, y el derecho político de los comicios "no son incompatibles".

De esa forma se intenta justificar las acciones de protesta en sitios críticos como Senkata en El Alto, ciudad vecina de La Paz y la segunda mayor de Bolivia, y la población de Yapacaní, considerados bastiones políticos del MAS.

Bolivia registra 62 muertos y 1.167 casos de coronavirus, y Áñez esta semana optó por extender la cuarentena hasta fines de mayo y abrir la posibilidad de cierta flexibilidad desde el 11 de este mes.

La posibilidad de cierta flexibilidad en las restricciones, sumada la afirmación del Ministerio de Salud de que Bolivia se encuentra por debajo de los cálculos "más conservadores" de propagación del virus, se han contrapuesto con los argumentos del partido de Áñez en el Parlamento que hablan de priorizar la salud sobre los comicios.

El MAS, que ha mantenido un bajo perfil en las últimas semanas, advirtió de que un "inminente incremento del número de enfermos y muertos" por la COVID-19 será una "plena y absoluta responsabilidad" de Áñez, a la que acusa de una gestión "tardía" para controlar la pandemia.

La estimación del MAS es que a partir de hoy, día en que se debía celebrar la elección, se computen noventa días para que en ese plazo el Tribunal Supremo Electoral fije la fecha precisa de la jornada de votación.

El Ejército y la Policía desplegaron la mañana del viernes un operativo para habilitar una carretera en Senkata, que une a La Paz con el interior del país.

En esa acción varias personas fueron arrestadas tras identificarlas como supuestos manifestantes que usaban piedras y explosivos como petardos, a pesar de que están prohibidas las marchas y aglomeraciones por la emergencia sanitaria.

El ministro de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, acusó a Evo Morales, al MAS y al candidato presidencia de ese partido, Luis Arce, de "socavar" al Gobierno interino, además de ofrecer dinero y alcohol para sostener protestas como las del jueves por la noche mientras se debatía la ley para ir a elecciones en noventa días, promulgada por la mayoría parlamentaria del MAS.

Sin embargo, algunos informes por redes sociales han dado cuenta de que hechos como el apedreamiento de ambulancias en Senkata continuaron el viernes, algo similar a lo que pasó en la víspera cuando se lanzaron piedras contra vehículos de transporte urbano en El Alto que llevaban personal sanitario.

Por otro lado, Murillo advirtió de que se arrestará "uno por uno" a los responsables de esta agresión y de la que se produjo en Yapacaní, en el centro del país, donde un grupo de sujetos "asaltó" una unidad policial en la que estaban varias motocicletas retenidas por vulnerar la cuarentena.