- El Gobierno español celebra el giro de Ciudadanos hacia la utilidad política durante la pandemia, aunque marca distancias con la formación naranja asegurando que “todo volverá a la diversidad ideológica” anterior una vez pase la crisis. Así lo aseguró la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, quien enmarcó el cambio del partido que preside Inés Arrimadas en la gravedad de la crisis sanitaria. “Pasar una crisis de estas nos cambia a todos. En lo personal no lo sé, pero en lo colectivo sí”, dijo. “En política, al igual que en la vida, se aprende. Ciudadanos tiene 10 escaños, sufrió un varapalo electoral impresionante, y ha decidido ser muy útil a un Gobierno de coalición”, reseñó Calvo.

La dirigente socialista afirmó que si Cs “quiere ayudar” el Ejecutivo “tiene claro que cuanta más gente mejor. No solo por ayudar a la aritmética parlamentaria, sino porque se necesita esa misma actitud por parte de todo el mundo, una actitud que Ciudadanos ha manifestado cuando nos ha ayudado a sacar adelante las prórrogas del decreto de alarma”, valoró. “Con quienes no nos vamos a sentar nunca nosotros es con los que desde la radicalidad absoluta, como Vox, han decidido volver a los viejos fantasmas de la peor política y la peor visión de la historia de España”, recalcó, demandando al PP que “centre” su política y no se “arrastre” por la ultraderecha.

De hecho, el Gobierno de Sánchez y el partido de Arrimadas pactaron ayer estudiar las reformas necesarias para mejorar el sistema de salud pública y para establecer mecanismos que permitan al Estado español protegerse ante posibles rebrotes de la pandemia, sin necesidad de recurrir a la alerta. Estos cambios, que se enmarcan en el giro centrista naranja para desmarcarse de PP y Vox, se analizarían en una comisión de evaluación con todas las fuerzas políticas que quieran participar. En la cumbre de ayer se revisaron los acuerdos alcanzados en las últimas semanas y se constató por ambas partes su cumplimiento.

Por su parte, el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, afirmó que, aunque Cs siga siendo “un partido de oposición”, mantendrá abierta la comunicación con el Ejecutivo para acordar medidas frente a la crisis. Por ello, decidieron que habrá otro encuentro en julio. Bal defendió la postura de Cs y sus pactos con Sánchez porque su partido es “responsable”, hace “política útil” y “huye de la bronca, las trincheras y el guerracivilismo” que cree que se han instalado en el Congreso, y espera que el Gobierno “se deje de debates ideológicos, sectarismo, dogmatismo y populismo. No somos socios de este Gobierno, nos parece malo para España”, dijo.