l peculiar libro de Nnedi Okorafor Chicken in the kitchen narra el viaje de un pollo la mar de inquieto hasta una cocina que pasa a ser un infierno de modo inmediato y, según la agencia Efe, un “informe policial de Asuntos Internos, datado en 2018, apuntaba que el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, al que los imputados se referían como el Asturiano, conocía la operación Kitchen, diseñada presuntamente para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas en busca de documentos que podían comprometer a exdirigentes del partido”. Era el día 10 de septiembre de 2020 y la ficción dejaba de serlo.

Avances sobre nueva operación o proyecto es el título del oficio que la Unidad de Asuntos Internos de la Policía dirigió en octubre de 2018 al juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que investiga la pieza Kitchen, enmarcada en el caso Villarejo y de la que esta semana se ha levantado el secreto de sumario”, añadía dicho artículo, en el que también podía leerse: “Las entregas del dinero en efectivo las realizaron el comisario José Manuel Villarejo y Andrés Gómez Gordo, que participó en la operación siendo director de Documentación y Análisis del Gobierno de Castilla-La Mancha presidido por María Dolores de Cospedal entre 2011 y 2015 y posteriormente fue ascendido a comisario”.

“Los pagos se hicieron con fondos reservados procedentes de la Dirección Adjunta Operativa de la Policía Nacional”, concluía la información. Es evidente que el pollo loco estaba en su salsa pero, ¿cuál ha sido el seguimiento del escándalo en las últimas semanas? “Kitchen: el juez imputa al ex ministro Jorge Fernández Díaz por el espionaje ilegal a Bárcenas” es el titular del artículo de Ángela Martialay para El Mundo, situado el lector ya en viernes y en día 18.

El arranque del texto es significativo: “Primer ministro imputado por el espionaje policial a Luis Bárcenas. El titular del Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha acordado este viernes la imputación del ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz en la operación Kitchen”. Y el propio texto añade supuestas evidencias: “En el auto, el magistrado explica que, en línea con lo solicitado por Anticorrupción, resulta necesaria, útil y pertinente la comparecencia de Fernández Díaz, toda vez que las investigaciones practicadas hasta el momento permiten situar el centro nuclear de la operación en el Ministerio del Interior”.

Para pollo, el de esta cocina: “Lo que manejan los cuerpos represivos y los fondos reservados saben contra quién deben usarlos, su impunidad es casi total y sus jefes siempre salen del problema como intocables”, podía leerse ya el lunes día 21 en insurgente.org. ¿A qué realidad hacía referencia dicha información? “En las últimas horas el ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, imputado por la operación Kitchen dijo que no tiene intención alguna de pedir la baja voluntaria como militante del partido, ya que hacerlo sería aceptar su culpabilidad”.

Debe recordarse, sin embargo, que “Fernández Díaz ya había tenido charlas en la intimidad con la Virgen de Fátima y con Marcelo, su ángel de la guarda, con lo que estaba más que preparado para hablar con Villarejo, un ser omnisciente y omnipresente, un enviado de Dios con barba, gorra y micrófonos. Si Villarejo no sale en la Biblia, en los informes de Sodoma y Gomorra, será por algún error de traducción”, tal y como nos lo hace saber David Torres ese mismo día en Público.

¡Menudo pollo! ¡Qué horror de cocina! ¿Quién la limpiará? ¿Quién la reordenará? Luis Gonzalo Segura, exteniente del ejército, pretendía poner las cosas sucias en su sitio y RT publicaba el miércoles 23 su artículo al respecto: “Los daños de la onda expansiva resultan incalculables para los medios de comunicación, partícipes por acción y por omisión; la Justicia española, de nuevo en entredicho; y el propio Estado español, otra vez cazado in fraganti en comportamientos delictivos”.

Chicken in the Kitchen. De lunes a domingo, a todas horas, en cualquiera de sus pantallas.

Un informe apuntaba que Mariano Rajoy conocía la operación ‘Kitchen’, diseñada presuntamente para espiar a Luis Bárcenas

Si Villarejo no sale en la Biblia, en los informes

de Sodoma y Gomorra, será por algun error

de la traducción