- Tras el contundente varapalo que la Audiencia Nacional ha asestado a la estrategia policial seguida para tratar de impedir la celebración del referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 en Catalunya, que se tradujo en las duras imágenes de represión a los ciudadanos que trataban de depositar su papeleta en las urnas, toca tomar nota y actuar en consecuencia. Eso es al menos lo que deslizó ayer la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, que aseguró que la Guardia Civil “hará sus reflexiones internas” tras la sentencia absolutoria al ex major de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero y a la cúpula de este cuerpo por su actuación el 1-O.

Las declaraciones de la representante del gabinete de Pedro Sánchez en territorio catalán no son baladí, dada la ofensiva mediática y judicial que se dirigió sobre los Mossos y contra Trapero en particular, acusados de dejación de funciones y de seguir las órdenes del soberanismo para entorpecer la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado desplegadas en Catalunya y facilitar así la celebración del referéndum. Unas acusaciones que se personalizaron en la figura del coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, encargado de coordinar el operativo policial del 1-O, durante el mandato de Mariano Rajoy, y que ahora han sido tumbadas de forma aplastante por el tribunal español.

Ante esta situación, Teresa Cunillera anticipó que la Guardia Civil tomará nota de las implicaciones de la resolución judicial, sin especificar el alcance que puede tener el fallo en el seno del cuerpo. “Yo no tengo que pedírselo, sé que lo harán”, apostilló en una entrevista en TV3, de modo que esa reflexión interna se producirá de forma automática. La delegada del Gobierno explicó que este cuerpo es “muy autoexigente y está en permanente revisión”, y añadió que “quieren ser policías y no que nosotros nos metamos”. Afirmó que está tranquila respecto a la reacción de la Guardia Civil y que les va a dejar trabajar.

La imagen de los Mossos ha quedado por tanto restaurada después de que la Audiencia Nacional haya fallado que no existe “elemento incriminatorio alguno” de que Trapero fuera “un instrumento del proceso independentista” o de que pusiera a la Policía catalana al servicio del Govern entonces presidido por Puigdemont. Muy al contrario, concluye que sus acciones se encaminaron a “minimizar los daños, aunque ello supusiera al final la celebración del referéndum”. Es más, llegó a pedir al president que lo desconvocara y diseñó un plan para arrestar al Govern al completo si hacía efectiva la Declaración Unilateral de Independencia.

Cunillera añadió que tiene en la máxima consideración a los Mossos d’Esquadra, a cuyos integrantes calificó de “gente entregada”. La actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil se encuentra bajo el ámbito de responsabilidad de los delegados del Gobierno en las diferentes comunidades. Una forma de proceder que ahora ha sido directamente censurada en el caso del 1-O, con la afirmación de la Audiencia de que el empleo de la violencia contra los votantes en el referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional “no era la solución”. Teresa Cunillera no quiso ahondar más en el asunto y sostuvo que nunca comenta decisiones judiciales, ya que le parecería “una falta de respeto a la separación de poderes”.

“La Guardia Civil es un cuerpo muy autoexigente y está en permanente revisión”

Delegada del Gobierno en Catalunya