na reflexión sobre los retos de la convivencia a través de 16 miradas expertas. El planteamiento de la Dirección de Paz y Convivencia se estructuraba a lo largo de esta semana en diferentes webinars. El viernes, día de cierre, la sesión fue doble. El primer panel reflexionó sobre los marcos de convivencia en Navarra. Participaron Begoña Pérez Eransus, directora de la Cátedra UNESCO de la Universidad Pública de Navarra; la catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Navarra, Ángela Aparisi, y Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía de la Universidad del País Vasco y director de Globernance.

"Somos seres con los demás, necesitamos a los demás", recordó a modo de planteamiento de base Ángela Aparisi, para quien el respeto a la dignidad humana es el fundamento último de una convivencia respetuosa. Para esta catedrática, la solidaridad es un deber, y para interiorizarlo la educación resulta fundamental de cara asimismo a frenar el alto grado de indiferencia social existente.

Begoña Pérez Eransus se centró en la desigualdad como un serio obstáculo para la participación, la inclusión y por lo tanto la convivencia. Pérez Eransus puso en valor la importancia y el potencial de las políticas tributarias. "La mayor forma de solidaridad en el mundo son los impuestos progresivos con gasto social, dar a quien más necesita", lo que ha permitido, constató, "participar en un bienestar a una gran parte de la población". En su opinión, "las sociedades más cohesionadas del norte de Europa favorecen los procesos de convivencia" por esa política inclusiva. Así que después de la crisis de 2008, y en plena afección global por la pandemia, el reto para la directora de la Cátedra Unesco de la UPNA, es mantener la cohesión social. Pérez Eransus aboga por volver a crear "grandes pactos sociales", por ejemplo a partir de la experiencia certificada en estos meses de que "un buen sistema sanitario colectivo nos une". Por lo que en este contexto delicado, reclama que se articulen pactos en torno a la calidad del empleo y el derecho a la vivienda y políticas destinadas a amortiguar la crisis en dos colectivos que observa especialmente vulnerables, los jóvenes y la población migrante, sin olvidar transversalmente la cuestión de género, con trabajos que desempeñan muchas mujeres especialmente precarios. "Hay empleos que no integran, excluyen", añadió.

Para la directora de la Cátedra Unesco de la UPNA "todavía somos una sociedad de clases medias, pero hay riesgos", por lo que cree que estos momentos donde la "salud de los demás es importante para la mía propia", pueden dejar lecciones aprovechables.

la visión de innerarity Pero quizás por el nivel de concreción y detalle de su exposición el protagonista más destacado fue Daniel Innerarity, cuya radiografía sobre la convivencia en Navarra partió de un hecho general. Para este filósofo, en las sociedades contemporáneas debemos abrirnos a un "mayor pluralismo del que estábamos acostumbrados". Ese cambio "se puede concebir como riqueza o como problema, pero advirtió de que el pluralismo, aunque no sea una realidad exenta de tensiones, aporta más equilibrio social que una mala digestión de la pluralidad, que conduce a fenómenos como la segregación, la fragmentación y la polarización.

Respecto al Plan de Convivencia del Gobierno de Navarra, Innerarity que no concite el interés de todos los grupos de la oposición pero cree que en este aspecto cada uno debe retratarse. El Gobierno, a su juicio, debe vender esfuerzos por integrar a todos los colectivos, y si la derecha entiende la convivencia como un elemento de oposición, cree que a la postre será la sociedad la que juzgue.

Innerarity valoró que la composición plural del actual Gobierno, como el anterior, es "una oportunidad de poner en valor el pluralismo". Como ya hizo a finales de septiembre en un acto del Foro Social, denunció que una parte de los navarros estigmatice a otros por una supuesta pretensión "de querer cargarse Navarra", una exclusión "persistente y muy insultante", y por contraposición Innerarity defendió una Navarra "en positivo", ni contra nadie hacia fuera ni hacia dentro.

Por lo que se refiere al euskera, este filósofo lamenta que una parte de la sociedad vea este idioma como una amenaza y DIJO no conocer a lo largo de su trayectoria vital una Comunidad bilingüe y plurilingüe -sumadas el resto de lenguas que se hablan en Navarra a través de la población migrante- donde se tenga una actitud como la existente hacia la lengua vasca. Innerarity constata la preocupación de colectivos por la capacidad del euskera de convertirse en una ventaja competitiva, algo "inevitable" y "lógico" como un saber cuyo valor práctico desmiente aquella idea de que el aprendizaje de esta lengua, una de las dos propias en Navarra, era una pérdida de tiempo. Pero reclamó una "mínima honestidad" para desmentir que el euskera sea una lengua impuesta y cargada de privilegios para sus hablantes.

En unas jornadas sobre convivencia y derechos humanos, Innerarity no podía dejar de referirse a las memorias de la violencia, la del 36, la de ETA y la de contra ETA, y la falta de humanidad de la violencia. "Todas estuvieron mal", aseveró. "Ni ETA nos defendió de España ni el GAL de ETA", añadió. Asimismo Innerarity subrayó la dificultad y el reto de la convivencia cuando determinados grupos no se sienten concernidos en una visión de conjunto o creen que los impuestos son una forma de extracción injustificada.

segunda sesión

El factor medioambiental

Su imbricación social

De una vertiente de la convivencia muy diferente, la socio ambiental, versó la segunda sesión. Intervinieron el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Deusto Javier Arellano; Cristina Monge, investigadora de Globernance y profesora de la Universidad de Zaragoza, y Jorge Urdánoz, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Pública de Navarra.

Para Cristina Monge, el cambio climático "exacerba la desigualdad" y "lo cambia todo, tiene que ver con los derechos humanos y la pobreza, afecta a todos, pero hace más pobres y vulnerables a aquellos que ya lo son". Monge cree que "la sociedad está pidiendo políticas de protección, pero hay muchos modelos de protección", y algunos incluyen un componente autoritario. Según esta analista, que acaba de ser nombrada nueva presidenta del colectivo Más Democracia, nos habíamos educado en una idea separada de la naturaleza y la sociedad, y ahora en cambio se comprende que lo social no se entiendo sin lo natural. Y si el cambio climático exacerba la desigualdad, la pandemia alimenta la incertidumbre, que si ya estaba presente, ahora se sitúa en el plano inmediato, pues cada día pueden cambiar las restricciones y normativas ante la alerta sanitaria. Esa fragilidad puede hacer de caldo de cultivo de miedos que degeneren en el crecimiento de autoritarismos supuestamente redentores. En una línea complementaria, Javier Arellano, hombre con larga experiencia en la cooperación para el desarrollo, advirtió que las soluciones que se están promoviendo para solucionar el cambio climático tienen una afección en poblaciones vulnerables. Arellano reclama "escuchar bien, sin prejuicios" para abordar este tipo de conflictos ambientales. Si bien destacó que la Agenda 2030 ha supuesto un progreso global, con la salvedad de que buena parte de las cifras globales de mejora del desarrollo se deben a los índices alcanzados en los últimos años por China.

el progreso en el diván ¿Nos hemos estancado, avanzamos o retrocedemos? Para Arellano "el progreso sigue siendo un gran motor, pero se ha democratizado un poco el riesgo, se ha repartido, con una sensación de incertidumbre mayor que la de hace 20 años", en una sociedad "más individualista que en el pasado", por lo que se requiere no solo soluciones tecnológicas, sino también "cambios culturales".

Por su parte, Jorge Urdánoz, profesor de la UPNA, incidió en la necesidad de generar convivencia educativa a partir de la experiencia vital práctica, en aulas con estudiantes con procedencias muy diversas. El Gobierno de Navarra, afirmó, debe combatir "dos grandes males que se retroalimentan, la ignorancia vital y el clasismo". En todo caso, Urdánoz, comparando la actual situación con la de los años ochenta, piensa que el progreso no se ha detenido, aunque la nostalgia y el miedo, elementos humanos puedan asomar en la sociedad.

Si la apertura de las jornadas el pasado lunes corrió a cargo de la presidenta María Chivite, la clausura correspondió ayer a Martín Zabalza, director General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del Gobierno de Navarra, que aprovechó este cierre para invitar a los grupos que han abandonado los trabajos en torno al Plan de Convivencia a retornar al debate e implicarse en el diseño de dicho Plan.

Participación. En total han sido 16 intervinientes a lo largo de 6 sesiones. Entre los participantes, Juan Manuel Jiménez, director del Instituto Paz y Conflictos de la Universidad de Granada; Vicente Barragán, director del Instituto Joaquín Herrera Flores de la Universidad Pablo de Olavide; Mª José Fariñas, profesora de la Universidad Carlos III, Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, David Bondía, profesor de la Universidad de Barcelona, o Silvina Álvarez Medina, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid,

Protagonista destacado, este filósofo dejó claro que toda memoria selectiva sobre la violencia que ha existido es inaceptable.

"La mayor forma de solidaridad en el mundo son los impuestos progresivos"

Directora Cátedra Unesco de la UPNA

"La solidaridad es un deber absolutamente consustancial a la existencia humana"

Catedrática de la Universidad de Navarra

"El cambio climático exacerba la desigualdad y hace más pobres a quienes ya lo son"

Profesora en la Universidad de Zaragoza

"Hay una parte de la sociedad navarra que no valora al euskera como lengua propia"

Catedrático en la UPV/EHU

"El Gobierno de Navarra debe combatir dos males, la ignorancia vital y el clasismo"

Profesor de la UPNA

"El progreso sigue siendo un gran motor, pero se ha democratizado un poco el riesgo"

Director en la Universidad de Deusto