La red Sare organizó ayer una marcha desde Berriozar hasta la cárcel de Pamplona para reivindicar que los presos de ETA “deben estar en las cárceles más cercanas a su lugar de nacimiento, es decir, en las cárceles de Euskal Herria, sin ninguna excepción ni condición”. Asimismo, reclamó la aplicación de la progresión de grado “a todos los presos”. “Además de porque así lo dice la ley ordinaria, porque estos son los pasos que necesariamente hay que dar para posibilitar el proceso de vuelta a casa de los y las presas”, remarcó.

Sare criticó que “la legislación de excepción aún vigente tiene bloqueado para los y las presas vascas ese proceso a desarrollar por toda persona presa, imponiendo una pena adicional no sólo al propio preso, sino también a los familiares”. La red afirmó que “los y las presas vascas están más aisladas que nunca por la influencia de covid-19” y criticó que “ahora mismo hay 86 niños y niñas menores de 18 años y varios jóvenes mayores de 18 años que tienen al padre, a la madre o a ambos en la cárcel; algunos de ellos llevan nueve largos meses sin abrazar a su padre o a su madre”. Una situación “inaceptable”, afirmó Sare, que recordó que según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, “los niños con progenitores encarcelados tienen los mismos derechos que los demás”.