Los malos resultados cosechados por el PP en las elecciones de Catalunya han provocado un seísmo dentro del partido.

Los populares vivieron el domingo una jornada negra. No solo por haber perdido un escaño de los cuatro que tenían en el Parlament. También por ver cómo la candidatura de Alejandro Fernández rebasó a duras penas el 3% mínimo, y sobre todo por el rotundo sorpasso que les dio la ultraderecha de Vox en un enclave tan sensible políticamente como Catalunya.

Y todo, por si fuera poco, con el telón de fondo de la victoria del PSC con un candidato directamente ungido por Pedro Sánchez, lo que ha terminado por hacer más evidente una nueva derrota de Pablo Casado frente al presidente del Gobierno, ante el que la derecha no está siendo capaz de plantar cara en ningún escenario político. Una amarga realidad para el PP -la posibilidad de permanecer muchos años en la oposición e ir perdiendo predicamento entre su electorado en favor de Vox- que deja casi como un disgusto menor el abandono de la sede de Génova.

Pese a eso, parece que Casado sigue teniendo cierto crédito al frente del PP. Pero se está acabando y los barones, algunos con mucho poder como Alberto Núñez Feijoó, han sido claros. "Es momento de aceptar que fueron unos malos resultados y de hacer un buen diagnóstico para buscar alternativas y mejorar", dijo este miércoles en Vigo el presidente de la Xunta. Así, y tal y como recogía el martes el periódico La Vanguardia, todo apunta a la segunda línea de Casado, la encargada de la política territorial y en la que está la navarra Ana Beltrán, a la que se ve como una de las responsables de los malos resultados.

DOBLE PAPEL

Beltrán no ha dirigido la campaña de las catalanas, pero tiene una doble responsabilidad. La primera, en virtud de su cargo: es la vicesecretaria de Organización del PP, algo así como la número 3 de la estructura y una de las responsables de las estrategias que se llevan a cabo en las comunidades autónomas. Además, Beltrán llegó a Madrid como una de las mujeres duras contra el nacionalismo, por lo que cuando ha tocado hablar de Catalunya o la CAV su voz ha tenido un peso importante dentro del partido.

La segunda razón es que Beltrán se ha volcado con las elecciones catalanas. Un vistazo a su cuenta personal de Twitter basta para ver la intensa agenda que ha mantenido desde el primer día de campaña. Durante dos semanas ha recorrido Catalunya de punta a punta con actos en Barcelona, Tarragona, Gavá, Sabadell, Terrasa, Girona, Pontons, Sant Joan Despí, Piera... Y no como fontanera en la sombra, sino como reclamo y una de las caras más visibles, acompañando de forma habitual tanto al principal candidato, Fernández, como a Lorena Roldán -candidata frustrada de Cs que dio el salto al PP poco antes de los comicios- y otros pesos pesados populares, como Isabel Díaz Ayuso, que también visitó Catalunya.

Nada de eso sirvió para mejorar resultados en una coyuntura en la que ya se sabía que Cs se iba a desinflar. El PP no es que no haya sido capaz de captar nada de ese voto, sino que ha perdido un escaño. La versión oficial es que Catalunya es diferente. Pero en las elecciones de la CAV pasó algo parecido: Beltrán participó activamente y el resultado también fue malo, con pérdida de tres escaños -de 9 a 6-. Ayer, este periódico quiso ponerse en contacto con Beltrán para preguntarle si se siente parte responsable del fracaso electoral, pero su equipo de prensa indicó que no se iban a hacer declaraciones.

En cualquier caso, los resultados ponen en cuestión la estrategia territorial del PP y la campaña catalana, en la que la todavía presidenta de los populares navarros ha tenido un peso importante.