ijo Cortázar que "la cultura es el ejercicio profundo de la identidad". Tal vez las lenguas sean la más honda marca identitaria. Dibujan paisajes y conforman colectivos, con conciencia de ser y pertenecer. Todas por tanto tienen un componente político, y casi todas una política lingüística detrás. Se trata de una materia pública troncal, y en Navarra también convivencial. Así lo ha entendido Eusko Ikaskuntza dentro de un proceso reflexivo plurianual sobre la convivencia en nuestra comunidad, constatando la dificultad de construir puentes en ciertos debates.

Porque en Navarra, que ha vivido dos versiones de cambio político en los últimos años, la cuestión lingüística sigue siendo espinosa. El viejo discurso de la displicencia hacia uno de sus dos idiomas, y de estigmatización de la lengua vasca -sí, vasca- continúa permeando a una parte de la sociedad bajo marcos no exentos de cinismo. Sin asumir culpas ni responsabilidades propias. Como si las posiciones políticas e ideológicas que promueven este desdén fueran neutras, y no influyeran en modo alguno en el prestigio y desarrollo de la lengua minorizada.

No es saludable que un mal abordaje de la heterogeneidad se convierta en un nudo de fricción crónico. Amaia Nausia Pimoulier es la responsable de Proyectos de Eusko Ikaskuntza, entidad que viene desarrollando desde 2019 este proceso reflexivo sobre la gestión democrática de la diversidad en la Comunidad Foral. "La convivencia no quiere decir que en una sociedad democrática no haya conflictos", aclara esta historiadora, "sino que esa sociedad tiene que saber gestionar los conflictos de forma democrática". Ahora, tras una fase de diagnóstico, la meta es "crear confianza, porque una de nuestras principales conclusiones de la fase previa del proceso es que hay un sector que se muestra muy desconfiado ante todas aquellas políticas a favor de promover el euskera, porque creen que de la mano de esta promoción van a venir otras cuestiones nacionales". En todo caso, explica Nausia Pimoulier, "el objetivo de este proyecto no es tanto resolver las políticas lingüísticas en torno al euskera, sino cómo gestionar democráticamente el conflicto que se da en torno a estas cuestiones, en pos de esa convivencia".

Así las cosas, hemos pulsado la opinión de cuatro de las personas participantes en este proceso. Además de entrevistar a la propia Amaia Nausia, hemos hablado con Pilar Mayo, Carmen Innerarity, Nerea Blanco-Aramendia y David Thunder.

Técnica de Igualdad del Ayuntamiento de Pamplona

"Se ha alentado la separación entre hablantes"

"Me llamó la atención escuchar en este proceso reflexivo las posiciones tan encontradas respecto al euskera y su uso en la sociedad navarra. Era algo que yo conocía, pero me preocupó que fuera tan evidentes". Pilar Mayo, responsable del Programa Skolae entre 2017 y 2019, detecta una educación en ciertos entornos familiares o políticos que ha "ido alentando la separación entre quien usa el euskera y quien no, y ha funcionado, por mucho esfuerzo que también se haya hecho en sentido de normalizar el uso de la lengua, de quitarle hierro, verla como una riqueza cultural y una posibilidad de más aprendizaje". Mayo lamenta las consecuencias en términos de confrontación, y llama a otra forma de educar. "Si se educa de otra manera, el resultado va a ser una aceptación y un encuentro que en este momento no tenemos". Para esta técnica de Igualdad, "nos hemos permitido el lujo de hablar de miles de cosas en el desarrollo de Navarra, y resulta que no hemos hablado del desarrollo del euskera", se deja un mensaje muy claro de lo que se valora y lo que no. "Aquello a lo que se dedica energía, dinero y proyectos, es aquello que se valora y que adquiere respeto. No es el mensaje que nos han dado nuestras instituciones, el apoyo a la lengua y a su uso y el respeto a quien la usa. Yo pienso que se ha hecho todo lo contrario". Sin embargo, se siente muy optimista sobre los efectos positivos de un proceso educativo en otra dirección. "Es lo que debemos a las generaciones futuras y a la generación que tenemos entre manos". Pero advierte: "Si no se hablan las lenguas, si no se cuidan, si no se enseñan, no vamos a salir de esta distancia".

Mayo lamenta que el euskera, "una riqueza que Navarra tiene", se ha "transformado en algo que molesta, que hay que acallar, que no se le puede dar el mismo valor" que al castellano. Pide fijarse "en otros países con realidades lingüísticas muy diversas". Reclama enseñar desde edades muy tempranas, sin esperar a la adolescencia, a "dar valor a las lenguas, respetarlas, y además de aprenderlas, usarlas". Demanda "reflexionar sobre los modelos lingüísticos y educativos que se han construido, que no sé si son los más adecuados, yo lo pongo en duda", abogando por una expansión de la enseñanza. "Aprender o no aprender no puede ser la opción del modelo". Pone como ejemplo a sus hijas: "han terminado la etapa escolar con cuatro idiomas en la mano".

Instituto I-COMMUNITAS, Universidad Pública de Navarra

"Proliferan discursos que azuzan sentimientos de temor"

Esta profesora del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la UPNA investiga en temas de identidad y gestión del pluralismo identitario. "Navarra es una comunidad extremadamente peculiar. Si miramos el barómetro de opinión pública que hace el Parlamento de Navarra, se ve que una gran parte de la población se identifica como navarra, pero luego hay cinco ejes de identidad que no existen en otras comunidades. Aquí, aparte del eje europeo, está el eje vasco, vasconavarro, español, vasconavarro y español, navarro y español. "Y si preguntas a la gente qué significa ser navarro, las respuestas serían variadísimas", añade.

A juicio de Innerarity, "decimos que Navarra es tierra de diversidad, pero al mismo tiempo que Navarra es mi Navarra. Hace falta una cierta apertura para reconocer que la identidad tiene un carácter totalmente subjetivo y que todas las formas de sentirse navarro o navarra son perfectamente legítimas. En Navarra hay muchos bloqueos en ese sentido porque la identidad toca claramente lo emocional, mucho más difícil de mover". Innerarity critica una "proliferación de discursos que azuzan sentimientos de temor" y "se apropian de la defensa de Navarra", y recuerda que "tan navarro es el que se siente navarro, vasco y navarro o vasconavarro y español", o "quien sabe muy poco euskera como la persona que lo tiene como lengua materna". Para esta profesora, "si se azuzan sentimientos de miedo, no se favorece para nada ese acercamiento más racional hacia el conocimiento de esas otras identidades". Innerarity recuerda que lo que no se conoce difícilmente se reconoce, que las instituciones tienen que hacer pedagogía, y que la clase política debería evitar cualquier discurso que esgrima miedo o coloque en el marco de una traición a sus oponentes.

Ipar Hegoa Fundazioa

"Somos parte de la sociedad navarra, y lo somos en euskera"Licenciada en Ciencias Políticas y Gestión Pública, dice sentirse esperanzada. "Vienen en general tiempos nuevos a toda Euskal Herria, y en particular también a Navarra. Las nuevas generaciones tenemos otras realidades, y necesitamos ahora más que nunca alianzas sociales, y para que sean sostenibles necesitamos convivencia en la ciudadanía". Blanco-Aramendia recuerda que la ciudadanía "tiene derechos lingüísticos", y plantea "en qué idioma queremos hacer o tenemos derecho a hacer" un proceso convivencial. "Si hablamos de convivencia y uno de esos ejes es el euskera, pero el proceso va a tener que ser en castellano, porque hay parte dentro de una misma Comunidad que ni siquiera entiende el idioma, estamos partiendo desde una posición un poco sesgada y coja".

A su juicio, hay personas que "tienen todos los derechos que consideran que deben y quieren tener", y otras que "estamos a falta y queremos adquirir a través de ese proceso". Esta joven se congratula de que "el euskera esté tomando espacios" con el relevo generacional existente. "Somos parte de la sociedad navarra. Y lo somos en euskera, porque queremos serlo. Pero por otro lado es difícil, a veces costoso, y a veces imposible vivir en euskera". Con un agravante añadido: "Que esto pase en el sector privado hasta cierto punto lo puedes entender. Vivimos en una diglosía que queremos superar. Pero cuando pasa en la administración Pública se están vulnerando unos derechos". Blanco-Aramendia es partidaria de que desde Educación infantil hasta la Universidad, toda la que dependa de la Administración Pública, ofrezca exclusivamente el modelo D. "Entiendo que es la única manera de garantizar que se cumplen todos los derechos lingüísticos de toda Navarra", argumenta. Para esta mujer de Lizarraldea "nunca vamos a poder tener garantizados nuestros derechos si la ciudadanía navarra por lo menos no entiende el euskera".

Instituto Cultura y Sociedad, Universidad de Navarra

"Debe haber formas más voluntaristas de promover una lengua"

Este investigador irlandés llegó al proyecto tras haber participado anteriormente en un Congreso de Eusko Ikaskuntza sobre la convivencia. Thunder es un especialista en la materia, y ahora mismo está preparando un libro. "Mi investigación trata de cómo grupos de distinto corte cultural, lingüístico, moral, religioso, pueden compartir el mismo espacio social de manera constructiva". Destaca que "una de las conclusiones de nuestras reuniones fue que hay que quitar al tema del euskera la connotación negativa que lleva para algunas personas y grupos, que lo asocian con un programa político nacionalista vasco que no comparten".

Para Thunder, que trabaja desde 2012 en el Instituto de Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, "la convivencia es una categoría bastante flexible, no tiene un sentido unívoco porque uno puede convivir con más o menos afecto, pero sí que tiene una connotación positiva tal y como yo entiendo el término. No es la mera coexistencia, sino que es aprender a vivir al lado de otra persona, hombro a hombro, de manera constructiva, con mucho respeto. Si uno está en relaciones de hostilidad con esa persona, eso por definición no es realmente convivencia".

Este investigador observa que en Navarra "se han introducido algunas políticas lingüísticas que para algunos grupos han sido controvertidas". Cuenta por ejemplo que tiene amigos funcionarios, y "cuando están a media carrera se ven en una desventaja por no hablar vasco y les parece injusto". Entiende que "son casos puntuales", pero piensa que "ese tipo de política impositiva a veces genera un efecto alienante en algunos grupos sociales que quizás no se identifican tanto o simplemente no les interesa hablar euskera". Propone "formas más voluntaristas y positivas de promover una lengua que no implica necesariamente penalizar a la gente que no quiere o no escoge hablar esa lengua". Preguntado por la lógica de catalogar como mérito quien domina una lengua y de asegurar el derecho lingüístico de los euskaldunes, Thunder está de acuerdo con "facilitar el uso de una lengua en un ámbito público o educativo", sin "obligar a padres a educar a sus hijos en esa lengua". Defiende poner "la libertad en el centro del debate" sobre el euskera, al igual que en las políticas públicas en general, abogando por que sean "consensuadas al máximo con los ciudadanos y las partes más afectadas", lo que es "más sostenible a largo plazo". Se manifiesta "en principio, a favor de la libertad lingüística, "dentro de los recursos disponibles", y favorable a "mantener a la vista los factores pragmáticos,". Cree que la voluntariedad es "quizás idealista, pero un ideal que vale la pena acercarse".

"La convivencia requiere saber gestionar los conflictos de forma democrática"

Eusko Ikaskuntza

"No sé si los modelos lingüísticos y educativos construidos son los más adecuados"

Técnica de Igualdad

"Decimos que Navarra es tierra de diversidad, pero al mismo tiempo que Navarra es mi Navarra"

Profesora de la UPNA

"Hay personas con todos los derechos lingüísticos y otras que estamos a falta"

Técnica en Ipar Hegoa Fundazioa

"La política impositiva a veces genera un efecto alienante en algunos grupos sociales"

Investigador en la UNAV