A Idoia, Fermín y Eneko les cambió la vida cuando tenían 21, 20 y 17 años respectivamente. Muy a su pesar, son conocidos por ser hermanos de Mikel, Germán y José Miguel, muertos dentro de lo que la Ley Foral 16/2019 ahora avalada por el Tribunal Constitucional denomina "actos de motivación política provocados por grupos de extrema derecha o funcionarios públicos". Los tres dicen que quedan a la espera de cómo se materializa la ley, aunque Fermín Rodríguez adelanta su intención de no participar en su despliegue. Esperar, infinitivo al que de forma cruel están atados desde hace décadas.

Conocido el aval del Constitucional a la ley de abusos policiales, ¿cuál es su respectivo estado de ánimo?

-Fermín Rodríguez: Mi ánimo es prácticamente igual que antes del aval. El Tribunal Constitucional ha avalado una ley que a mí ya me parecía que era muy pobre. Una ley que no nos permite el acceso a la verdad, a la justicia y que blinda el anonimato de los agresores. En el momento en que señales a alguien como un agresor puede recurrir y ahí se acaba el expediente. La Ley no solamente no nos equipara con otras víctimas, sino que certifica que somos víctimas de segunda. Nosotros siempre vamos a ser víctimas de segunda clase.

No es su pretensión, ¿no? En teoría, supone un reconocimiento.

-F.R: Yo no lo veo así. El reconocimiento que yo quiero es que el Estado me reconozca que me ha agredido. Mientras el Estado no se responsabilice de aquellos hechos, no tiene por qué asumir culpas, eran otros gobiernos, pero mientras el Gobierno no me reconozca eso, todo lo que se construya después tiene los pies de barro. Yo no comprendo la euforia que está teniendo este aval en ciertas asociaciones memorialistas, y algún foro. Todo lo contrario, me están volviendo a poner como una víctima de segunda clase y me están diciendo que nunca voy a tener aceso a la verdad ni a la justicia. La ley en su base ya es muy muy pobre.

Idoia Zabalza: Lo que se viene teorizando en relación con las víctimas es que tenemos que tener derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación, y esta ley se queda solamente con la última parte, y como ha dicho Fermín niega el derecho a la justicia y a la verdad, puesto que no se pueden crear comisiones de la verdad ni hacer lo que denominaban juicios paralelos, y no se puede acusar a nadie sin que eso pueda tener otra repercusión que se vuelva en tu contra. Pero quiero pensar que es positivo que haya reconocido oficialmente que hay víctimas, y espero que aquí no, pero igual en otras instancias pueda tener un recorrido mayor. Esta ley, al no haber comisiones de la verdad, ni profundizar ni investigar en los casos, creo que va a generar algunas dificultades en establecer quiénes son víctimas y quiénes no. A mí eso me apena un montón, pues seguramente habrá víctimas que quedarán no ya de segunda, sino de tercera categoría. Pero quiero pensar que es positivo que oficialmente se reconozca aunque sea sin verdad ni justicia, que el Estado ha creado víctimas.

-Eneko Etxeberria: En 2018 cuando se estaba tramitando la ley, unos cuantos familiares ya hicimos una comparecencia en este sentido: nos parecía que no satisfacía todo lo que corresponde a cualquiera que ha sufrido una vulneración de derechos humanos. Si ha habido una violación de un derecho humano, universales para todas las personas, reconocidos en tratados internacionales, una persona y sus familia tienen el mismo derecho que cualquier otra a la verdad, la justicia, la reparación y no repetición.

Instan a pasar de las buenas palabras a dar todos los pasos posibles para romper el muro donde se encuentran.

-E.E: Tres casos que tenemos aquí, los tres nos encontramos con la ley de secretos oficiales de 1968. ¿Usted se imagina en Alemania una ley de Hitler en vigor? Lo que hace falta es voluntad política. Muchas veces las bonitas palabras no valen, lo dije al final de la comparecencia. Lo que hace falta aquí es también ponerse a ello, voluntad política para que todos esos informes que hay, solicitados, se puedan sacar a la luz. Para reconocer, lo primero hay que conocer.

Ese conocimiento pleno llevará al reconocimiento pleno.

-E.E: Claro, tú no puedes reconocer algo si no sabes qué ha sucedido. En mi caso, todavía, estamos para poder recuperar el cuerpo de mi hermano, al que le hicieron desaparecer.

Idoia dijo que tal vez un día caiga una ficha de dominó.

-I.Z: De momento el Estado se blinda. Eso de momento no tiene ningún viso de que vaya a cambiar. También porque eso significaría revisar muchas cosas de años atrás, y el Estado no está dispuesto a eso, aunque sí es verdad que la sensibilidad aquí es muy diferente, pero el Estado es mucho Estado.

-E.E: Yo suelo decir que los gobiernos pasan pero el Estado permanece.

-F.R: Es una asignatura pendiente que tiene el Estado y la democracia española, la asunción de lo que ha hecho. Reconocer sus errores y actuar en consecuencia. Yo recuerdo hace años cuando Willy Brandt, en nombre del Estado alemán, como representante, pidió perdón al pueblo judío por lo que había hecho el Estado alemán en tiempos de Hitler. Poco tenía que ver con él, pero asumía que él era el Estado y que ese Estado tenía que reconocer la barbaridad que había hecho.

El miércoles entrevistaron a Felipe González en Antena 3. Presidente cuando murió Mikel. Adolfo Suárez lo era cuando fallecieron Fermín y José Miguel. ¿Creen que en vida de González puede haber algún cambio?

-I.Z: (Niega con la cabeza) Pues no, eso es por ejemplo un escollo muy grande. Han sido los que han propiciado todas estas vulneraciones y todavía tienen un peso en lo que es la trayectoria de algunos partidos, su papel en la Transición. Son figuras emblemáticas del Estado y es uno de los escollos, que todavía estas personas, aun habiendo propiciado u orquestado, por ejemplo en el caso de Mikel, que murió a consecuencia de las torturas, que eran algo sistemático; no solamente permitido, sino premiado. Son emblemas a los que les deben esa lealtad.

En el caso de Mikel y sobre todo en el de Germán, el impacto y la indignación por sus muertes pudo dar a entender que rompería el muro de silencio. No fue así.

-F.R: Yo empecé la última comparecencia, el 14 de abril diciendo que yo no me podía imaginar que teniendo 20 años en 1978, con 63 años siguiese pidiendo verdad y justicia. Yo pensaba que aquello tenía que reventar algún día, y no ha reventado. A niveles populares la gente conoce mucho más el tema, no solamente la que lo vivió, de mi generación, sino gente mucho más joven, y para eso ayudó el documental, y ha ayudado mucho todo el trabajazo que han hecho en Sanfermines 78 Gogoan. Pero yo no pensaba que iba a estar 43 años después volviendo a pedir verdad, justicia y reparación.

-E.E: 43 años en tu caso, 35 años en el caso de Idoia, y 41 años en el mío, y estamos todavía aquí. Y que conste que estamos donde estamos por el trabajo enorme que han hecho las familias y el entorno, en un ejercicio de memoria. En el informe que sacó el Gobierno vasco sobre la desaparición de mi hermano, la Cátedra Unesco de la UPV/EHU lo decía bien claro, que la iniciativa era del entorno familiar. Es más, la actuación judicial, tanto del juez como de la Fiscalía y demás, no solo es que no haya ayudado, es que siempre ha intentado poner trabas y trabas.

-I.R: Eso es común en todos los casos.

-F.R: Lo suscribo totalmente, toda la actuación de la judicatura va encaminada a proteger a los agresores.

-I.R: Ahí tiene el caso de los audios, que de forma inaudita no son aceptados como prueba, solamente porque uno de ellos no se ha reconocido. No hay ninguna voluntad de volver a investigar. No es competencia de nadie en este momento. Ni compete al fiscal, ni al juez, ni al delegado del Gobierno, o sea, nadie tiene competencia de seguir con la investigación de los casos. Solamente somos nosotros, los afectados, los que tenemos que proseguir.

Para su coste y sufrimiento añadido.

-E.E: Es que de oficio no se ha trabajado nunca.

-F. R: El sumario por la muerte de Germán se cerró en 1982, diciendo que no podía seguir porque no tenía la documentación que estaba pidiendo al Ministerio del Interior, que se negó a facilitar el famoso informe de Martín Villa. Nosotros hemos ido al juzgado y lo hemos entregado, y te dicen ahora que eso ya está juzgado. Perdone, ustedes cerraron el caso provisionalmente a la espera de pruebas, y te la estoy dando.

¿Hay alguna novedad en torno a la querella argentina?

-F.R: No, la jueza Servini tomó declaración a Martín Villa en septiembre del año pasado, y tiene que resolver si le procesa o no, pero también está en el aire.

¿Cuál es su relación con el paso del tiempo?

-F. R: Esa es una muy buena pregunta. Te acostumbras a estar en este tipo de limbo, aunque siempre estés peleando, pero el tiempo cansa, y agota. A mí ya me agota, y erosiona muchas relaciones, de amistad, familiares, y erosiona muchas cosas. No acabamos de cerrar las heridas y las heridas siguen siendo sangrantes y siguen siendo dolorosas. Yo no sé qué pasaría si en el hipotético caso de que se solucionase esto. A estas alturas ya me da lo mismo que metan el cárcel a nadie. Yo no soy como ellos, yo no quiero meter en la cárcel a un tío de 85 años, pero quiero que oficialmente me digan estos señores fueron los que la liaron en Sanfermines en el 78. Y con eso me vale.

-I.Z: En nuestro caso, igual es algo diferente, parecido al de Eneko, hemos estado en el ostracismo durante mucho tiempo. En los homenajes que nunca se han dejado de hacer a Mikel, solamente estaban los vecinos y el entorno más cercano. Hemos vivido años y años en los que sabíamos que había gente que cuando te conocía lo primero eras hermana de tal, y sin embargo nadie te quería preguntar nada. Muchas veces por respeto, por no hacer daño. Hemos vivido en esa soledad, en ese frío, mogollón de tiempo.

-E.E: Yo 41 años después todavía no he podido ni recuperar a mi hermano. Cuando hicieron desaparecer a José Miguel tenía 17 años, y voy a cumplir 58. Mi pregunta últimamente siempre es la misma: Esta carga que me han hecho pasar ¿se la tengo que traspasar a mi hijo?

-I.Z: El Estado siempre cierra filas. Se vio en el caso de Mikel cuando desapareció, y ahora hemos vuelto en nuestro caso otra vez a vivir lo mismo. El Parlamento de Navarra por unanimidad pide investigar, y sin embargo, se ha encontrado otra vez con el bloqueo en instancias del Estado, donde ya no vas a poder entrar.

-E.E: Y quien tiene la potestad para levantar secretos oficiales no se nos olvide que es el Consejo de Ministros.

El exvicepresidente Iglesias fue a ver el documental sobre Mikel.

-I.Z: Y eso por ejemplo es inaudito.

¿Qué traducción ha tenido?

-I.Z: Ninguna. Que asistiera es algo que a nivel personal lo valoras en lo que tiene de sentido de la justicia, pero es inaudito que siendo en ese momento vicepresidente del Gobierno solamente se pueda quedar en palabras bonitas.

¿Y ahora qué?

-F.R: Yo no voy a presentar ninguna demanda en la futura comisión de la ley avalada. No voy a participar, porque me parece injusta y que no debo participar, pero la gente que quiera participar está en todo su derecho y tiene todo mi apoyo. Yo no lo voy a hacer, porque considero que moralmente no lo debo hacer, pero quien quiera hacerlo tiene todo mi respeto.

-I.Z: En el caso de mi familia sí vamos a participar.

-E.E: Yo también, más que todo, si puede servir para abrir camino para otros casos que están ahí, y qué veremos cómo funciona la comisión para ver lo primero quién puede ser considerado víctima.

-F.R: Depende de quién interprete esa ley no entraríamos ninguno. La ley es tan interpretativa y depende tanto de quién la interprete, que podríamos no entrar ninguno.

La compensación económica es un elemento de justicia.

-F.R: La misma compensación que se da a las víctimas del terrorismo de ETA.

-I.Z: Estoy a favor de reparar, y reparar también es económicamente, pero una reparación económica puede servir al que se ha quedado desvalido, sin recursos, al que le ha quedado una huella, pero nosotros tenemos la vida hecha.

Pero les corresponde.

I.Z: Que sí, que nos corresponde, pero ¿qué contrasentido es ese? Económicamente ¿qué nos va a reparar?