"La pandemia nos ha cambiado para siempre", resume Mikel Buil García (Pamplona, 1979). El portavoz parlamentario de Podemos considera que todavía es pronto para conocer el alcance de la nueva realidad que va a dejar la crisis sanitaria, pero subraya la importancia de algunas reformas sociales aprobadas en los últimos dos años, tanto a nivel estatal como en Navarra. "Algunos cambios seguramente van más lentos de lo que quisiéramos, pero se están asentando hitos legislativos muy importantes que están ayudando a las familias a atravesar la pandemia en mejores circunstancias", argumenta Buil.

¿Cómo valora la gestión del Gobierno de Navarra?

-Está siendo positiva. La pandemia ciertamente lo ha condicionado todo, también el desarrollo del acuerdo programático. La prioridad ha sido la gestión sanitaria, y eso nos ha hecho ir más lento de lo que hubiéramos querido. Pero se han impulsado una serie de medidas de rescate ciudadano, de escudo social, que todavía debemos consolidar. Ahora toca apretar el acelerador para hacer más evidentes las señas de identidad de izquierdas de este Gobierno.

¿También ha sido buena la gestión de la pandemia?

-Yo creo que si. El Departamento de Santos Induráin ha sabido transmitir la gravedad de la situación y ha dado las pautas necesarias para que todos nos protegiéramos. Es verdad que ha habido damnificados, pero se ha intentado responder a sus necesidades.

¿Cree que los ciudadanos comparten esa opinión?

-En líneas generales yo creo que sí. El proceso de vacunación está funcionando muy bien, y la ciudadanía en general está satisfecha. Lógicamente, ha habido mucha frustración porque hemos visto recortados nuestros derechos. Pero las decisiones siempre se han tomado con sinceridad y dando información detallada. Eso ha sido muy positivo.

¿Se han sentido partícipes en la toma de decisiones del Gobierno?

-Sí, claro. Todos y cada uno de los decretos aprobados se han negociado con Podemos, y hemos introducido cambios cuando ha sido necesario. Somos un grupo minoritario y tenemos escasa visibilidad, pero creo que nuestro trabajo en el Gobierno es evidente.

¿Qué destacaría?

-Se está haciendo muy buen trabajo en materia de Justicia y Políticas Migratorias, por ejemplo. Hay una apuesta clara por la Justicia como un servicio público. Además, mientras en otras comunidades se ponen carteles contra los niños no acompañados, Navarra es la primera comunidad que cuenta con un programa que les ayuda a integrarse cuando pasan a la vida adulta. Esa es una seña de identidad de Podemos. Se está trabajando muy bien en Juventud y en Igualdad. Se ha elaborado un registro de inmatriculaciones y hay un convenio con las víctimas de abusos sexuales en la Iglesia, que también es hito a nivel del Estado. Podría seguir.

¿Les sabe a poco la Consejería de Justicia y Políticas Migratorias?

-Quizá no sea el área más mediática del Gobierno, pero es importante, y es nuestra responsabilidad. En cualquier caso, nuestro papel no se limita a una consejería. Nos sentimos reconocidos también en áreas como Vivienda, donde hemos ampliado programas como el Emancipa, o en la gestión de la renta garantizada.

¿Entrar en el Gobierno fue una decisión acertada, entonces?

-Para una formación como Podemos, que plantea un cambio social, la implicación en el Gobierno es clave. Evidentemente, desde el punto de vista de un portavoz parlamentario es mucho más agradable estar independizado y gritar tus consignas al viento. Pero decidimos implicarnos en este Gobierno con nuestras fuerzas, y eso ha supuesto que tengamos mayor capacidad de influencia para avanzar y consolidar los cambios.

¿Cómo es la relación con sus dos socios de Gobierno?

-Es buena. Pero todo el mundo sabe que tanto el Partido Socialista como en Geroa Bai tienen dos almas internas diferentes. Y nuestro trabajo es apelar a sus almas progresistas para avanzar en transformaciones sociales importantes. Es algo que hacemos semanalmente dentro del Consejo de Gobierno y negociando con cada una de las consejerías, aunque no siempre podemos avanzar.

¿Qué echa en falta?

-Sigo pensado que es muy importante crear una banca pública que dé servicio a los ciudadanos. También habría que avanzar muchísimo más en autoconsumo y autogestión energética, movilizar la vivienda vacía de una forma beligerante, y por su puesto, atender el mandato constitucional que afirma que la fiscalidad debe ser progresiva.

¿Pide subir los impuestos?

-Pido hacer más progresivo el sistema tributario. Y eso pasa por mejorar el tratamiento fiscal a los trabajadores y trabajadoras más pobres, y fiscalizar mucho mejor los enormes beneficios de determinadas empresas. El Impuesto de Sociedades ya no recauda como antes y eso es una injusticia flagrante que debemos corregir.

¿Hay margen para aumentar la tributación de las empresas?

-Que se lo pregunten a Amazon, a las eléctricas, a la banca o a Netflix. Hay que hacer una reflexión profunda sobre esto. Sé que no solo compete a Navarra, y sé que el Gobierno de España está trabajando en esa dirección. Pero es un debate que debemos afrontar aquí también.

¿Comparte con los dos vicepresidentes que este Gobierno es una apuesta de largo plazo?

-Para nosotros también tiene una perspectiva estratégica en cuanto a que mantiene a la derecha y a la extrema derecha arrinconadas. Pero no es suficiente. Vamos a pelear porque haya una mayoría de izquierdas y transformadora más clara en el Gobierno de Navarra.

¿Qué queda del cambio de la legislatura pasada?

-Fueron cuatro años en los que trabajamos mucho, y en los que conseguimos algo muy importante: que servicios y prestaciones inconexas pasaran a ser un derecho. Tenemos un derecho subjetivo a la vivienda y a una renta garantizada. Tenemos las pensiones mínimas complementadas hasta los 700 euros. Son cuestiones en las que nos hubiera gustado avanzar más en esta legislatura. La pandemia nos lo ha puesto difícil, pero todavía nos quedan dos años de legislatura.

¿Le preocupa que el Gobierno pueda buscar la centralidad política pactando con la derecha?

-Desde el principio hemos apostado por una mayoría progresista de 30 escaños. Somos precisamente el candado que impide al Gobierno pactar con la derecha. Esa compatibilidad no es posible mientras estemos en el Ejecutivo. En cualquier caso, tampoco veo a la derecha en ese escenario.

¿Por qué?

-Porque hace tiempo que no tiene un proyecto político vendible, y lo único que sabe hacer es jugar con la emoción y con la victimización. Y es lo que va a seguir haciendo los dos próximos años.

¿Esperaba otra actitud?

-No, pero el uso que ha hecho de la pandemia, de la muerte y del miedo para intentar derrocar al Gobierno ha sido descarado. Así que supongo que ahora se dedicará a incendiar la calle. La nueva foto de Colón es solo un paso más para acabar de romper la barrera entre la derecha y la extrema derecha, que cada vez se distinguen menos.

¿No teme que los partidos que sostienen al Gobierno sufran un desgaste electoral?

-No creo que vaya a haber desgaste. Somos un Gobierno en minoría, y nuestra vocación debe ser la de crecer y ampliar ese espacio. Se abre ahora un tiempo de esperanza, también a nivel económico, que debemos gestionar bien y, sobre todo, debemos aprovechar para que no queden bolsas de pobreza.

¿Los fondos europeos juegan a favor de esa estrategia?

-Los fondos europeos tienen trampa. Proponen un cambio de tecnologías para seguir creciendo, cuando ya no podemos seguir creciendo. Esa es la clave. Hemos llegado ya a nuestro límite ecológico y tenemos que decrecer. Pero claro, no hay político que se atreva a decirlo en alto. Para eso necesitamos a la sociedad concienciada. El objetivo tiene que ser decrecer. No hay un crecimiento sostenible. Eso es una falacia.

¿Se sienten cómodos en el Gobierno de España con el PSOE?

-Con unos ministros más que con otros, evidentemente. Hay cosas que no nos gustan. La condicionalidad de los fondos europeos, por ejemplo, que cambia cada día. O que se plantee penalizar la jubilación anticipada. Pero más allá de esas diferencias, con las que tenemos que saber trabajar, el mero hecho de formar una coalición ha sido un paso fundamental. Este Gobierno de España es el más democrático diría que desde las cortes medievales.

¿Qué influencia tiene Podemos en el Gobierno de España?

-Más de la que algunos quisieran. Ahí están la Ley de Eutanasia, la Ley de Cambio Climático, o la Ley de Ryders, impulsadas por Podemos a nivel estatal. La prohibición de desahucios sin alternativa habitacional o la gestión de los ERTEs. Hay muchos ejemplos. Hay muchos ejemplos.

¿Cómo afecta a Podemos la marcha de Pablo Iglesias?

-No debería afectar demasiado. Pablo Iglesias es el fundador de Podemos, y toda organización joven necesita un referente fuerte al principio. Pero ahora toca hacer ese trabajo de forma cooperativa, con un protagonismo femenino además.

Y ese liderazgo coral entre Ione Belarra y Yolanda Díaz, ¿no puede acabar generando contradicciones internas?

-No tiene por qué. Ambas tienen experiencia, han trabajado juntas y son amigas. Se ha adaptado además la organización para generar espacios de trabajo, donde las decisiones no se tomen de forma unilateral sino de forma colectiva.

Ciudadanos también tenía un liderazgo fuerte, y no le ha sentado nada bien el relevo. ¿Le preocupa que pueda pasarles igual?

-Es verdad que se ha querido hacer una equiparación interesada entre Podemos y Ciudadanos, pero son proyectos muy diferentes. Los problemas de Ciudadanos tienen que ver con la ausencia de programa. Era solo nacionalismo español. Y claro, en cuanto ha aparecido Vox se han caído con todo el equipo. Ese no es el caso de Podemos. Nosotros tenemos un programa transformador claro que estamos llevando a cabo, y tenemos más influencia que nunca.

¿Por dónde pasa entonces el futuro de Podemos?

-Por aglutinar fuerzas para poder hacer las transformaciones que son necesarias en nuestro país. Y ese es un trabajo que tenemos que hacer también en Navarra.

Begoña Alfaro acaba de sustituir a Eduardo Santos al frente de Podemos en Navarra. ¿Se ha notado el cambio?

-Más que un cambio ha sido una ampliación de nuestro espacio de trabajo. Hoy trabajamos en el Gobierno, empujamos desde el Parlamento y organizamos desde el partido. Y son tres verbos en los que estamos constantemente trabajando por un espacio mayor.

¿Desde una confluencia con IU y Batzarre?

-Sí, es nuestra vocación. Los votantes nos han dado una lección clara, y ahora tenemos que lograr que esa confluencia sea atractiva para atraer a la ciudadanía más progresista y de izquierdas. Más allá de las propias organizaciones políticas, hay que intentar atraer talento, gente nueva, con la que abrir un tiempo nuevo para la izquierda navarra. Esa debe ser nuestra obligación ahora, y creo que Begoña Alfaro está despertando ilusión.

¿Qué nota le pone a la gestión del Gobierno de Navarra?

Un 7.

¿Cuál ha sido el mayor acierto del Gobierno foral?

Poner a Santos Induráin a liderar esta pandemia.

¿Y su mayor error?

Mirar de reojo con cierto complejo a la derecha.

¿Cuál ha sido la restricción que más le ha condicionado?

La mascarilla, sin duda. No ver una sonrisa es un crimen.

¿Hemos aprendido algo con la pandemia?

Que juntos podemos parar el mundo. Y que esta sociedad de consumo no nos está dejando ver dónde vamos a estar en 10 años.

¿Qué lugar de Navarra ha descubierto recientemente?

Estuve en Baquedano, hace ya un año, y lo disfruté muchísimo. Es un entorno magnífico.

¿Cuál es el principal reto de futuro que tiene Navarra?

Todos los informes apuntan a que en 2051 nuestro clima va a ser como el de Extremadura. ¿Le parece un reto importante?.

¿Del 1 (izquierda) al 10 (derecha), dónde se sitúa?

No cabemos en una escala en la que esté Vox. Porque entonces todos estamos a la izquierda.

Twitter, Facebook o Instagram, ¿qué red social prefiere?

Un buen incendio en Twitter siempre es muy satisfactorio.

Diga una palabra en euskera.

Adimena (inteligencia).

¿Qué es Madrid para usted?

Una preocupación, por cómo van las cosas en la capital.

¿Y Europa?

Una fortaleza amurallada con grave peligro de endogamia.

¿Necesitamos más autonomía?

Siempre. Autonomía es libertad para decidir.

¿Sobran impuestos?

¿Sobran salarios públicos de enfermeros, de médicas o de profesoras?

¿Qué haría este fin de semana si tuviera 20 años?

A usted se lo voy a contar.

La convivencia en Navarra pasa por...

Por escuchar, escuchar y escuchar.

¿Dónde se ve en cinco años?

Contribuyendo al cambio, allí donde esté.

"La derecha y la extrema derecha cada vez se distinguen menos. Se van a dedicar a incendiar la calle los dos años que faltan"

"La presencia de Podemos en el Gobierno de Navarra

es el candado que impide tener la tentación de

pactar con la derecha"

"Los fondos europeos tienen trampa. No podemos seguir creciendo porque hemos llegado al límite, pero nadie se atreve a decirlo en alto"