El expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont, y el exvicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras, se han reunido este miércoles en la residencia del primero en Waterloo (Bélgica), en el primer encuentro entre ambos desde octubre de 2017, hace casi cuatro años.

Es la primera vez que se ven desde la declaración de independencia que el Parlament aprobó ese año, tras la que Puigdemont huyó a Bélgica y Junqueras ingresó en prisión, de la que ha salido gracias al indulto que ha concedido el Gobierno español a los presos independentistas.

A la salida, y tras dos horas de reunión, Junqueras ha calificado el encuentro de "agradable" y "emotivo" y ha negado que hubiera reproches. El líder de Esquerra ha asegurado que el reencuentro ha sido "agradable" y "familiar", sin que hayan entrado a profundizar en cuestiones políticas como el rumbo del independentismo. "Hemos hablado de la situación personal y de las familias, así como del compromiso compartido de luchar contra la represión", ha declarado a los periodistas congregados en la residencia del eurodiputado.

"No tengo por costumbre reprochar nada a nadie, y en sentido contrario tampoco. Ningún reproche y sí un compromiso explícito de luchar por la represión que todos sufrimos y sufre el conjunto de la sociedad", ha afirmado sobre los detalles de la primera cita desde que Puigdemont saliera de España para eludir a la Justicia.

Según Junqueras, dentro de la vivienda sí ha habido abrazos con Puigdemont, pese a que frente a los periodistas sólo han compartido espacio en la foto de familia junto a la expresidenta del Parlament Carmen Forcadell, y los exconsellers Raül Romeva, Dolors Bassa y Meritxell Serret, que han acompañado a Junqueras a Waterloo. El líder de ERC no ha querido comentar el hecho de que el líder de Junts saliera a recibirle a su llegada.

El exvicepresidente ha explicado que el encuentro ha sido de carácter personal y ha servido para intercambiar experiencias tanto de quienes han estado en prisión como de los que se encuentran fuera de España. "Es un placer reencontrarme con los compañeros y con los amigos", ha zanjado.

Junqueras ha llegado pasadas las 14.00 junto a Carmen Forcadell y Raul Romeva, Dolors Bassa y Meritxell Serret. El último trecho hasta la casa de Puigdemont lo han hecho a pie, momento en el que han saludado a media docena de simpatizantes independentistas que les han recibido al grito de Unidad y con banderas esteladas.

En un primer momento el líder de ERC ha subido la escalinata de la casa sin que nadie le haya recibido, aunque minutos después Puigdemont ha escenificado el reencuentro independentista con una foto de familia junto a los que fueron miembros de su Govern, a la que se han unido el eurodiputado, Toni Comin, y el rapero huído Valtonyc.

"Será un placer y una oportunidad más de hablar con él y de compartir visiones sobre el presente y el futuro", dijo ayer Junqueras en declaraciones a la prensa, durante una visita a la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

"No nos hace falta ninguna reconciliación porque, le aseguro que por mi parte, siempre ha habido voluntad de entendimiento", añadió el exvicepresidente de la Generalitat.

Desde el entorno de Puigdemont se asegura que la reunión tiene un carácter estrictamente "personal" y que "no se hablará de política".

Las mismas fuentes señalaron que la reunión incluirá una comida en la que también estarán, además de los líderes de JxCAT y ERC, Forcadell, Romeva, Bassa, Serret y el exconseller Toni Comín, así como el rapero mallorquín.

En un principio también estaba previsto que asistieran los exconsejeros Clara Ponsatí y Lluis Puig, pero finalmente se descartó su presencia por asuntos "personales", según un comunicado del Consell per la Republica, el ente que preside Puigdemont.

Durante la última semana se especuló con la posibilidad de que la reunión entre ambos se produjese en Estrasburgo, aprovechando la visita de Junqueras al Parlamento Europeo, que celebra su sesión plenaria de julio.

Pero Puigdemont decidió no viajar a la ciudad francesa, por lo que el encuentro tiene lugar en Bélgica.

Antes de ir a Waterloo, a las fueras de Bruselas, Junqueras se reunió con el nuevo responsable de la delegación de Cataluña ante las instituciones europeas, Gorka Knörr.