Publicó un disco el año pasado y desde entonces ha lanzado también varios singles. No se puede decir que tenga problemas a la hora de componer nuevo material…
–Supongo que es así. Depende de quién lo diga… Hoy en día, la industria de la música se mueve muy rápido y no se premia tanto la calidad, sino la cantidad. Yo voy a un paso mucho más lento, pero soy yo y me siento contenta de hacerlo de esta manera.
¿Y cómo lleva ese ritmo tan frenético que impone la industria hoy en día a los artistas?
–Bueno… Te consume mucho. No creo que lo lleve muy bien, pero lo llevo (risas).
Antes, los artistas se limitaban a componer canciones, pero ahora tienen que ser también creadores de contenido, dedicar tiempo a las redes sociales…
–Sí, ahora el artista es una marca que hay que presentar. Tienes casi que convencer a la gente de que eres una influencer o una gran artista. No sé, no creo que lo lleve súper bien. Realmente creo que me la suda un poco, no le presto mucha atención. Cuando algo creo que tiene sentido, lo hago, y cuando no, no.
En ocasiones ha admitido que la de la industria de la música puede ser muy dura, que a usted le ha maltratado y que ha tenido que aprender a defenderse y a jugar sucio. ¿Es necesario sacar las uñas para hacer respetar el espacio propio?
–Sí. Específicamente tras bastidores, con el lado más legal y burocrático de la industria.
También ha dicho que la sociedad, no solo la industria, ataca a todo aquel que se salga de la norma…
–Sí, estadísticamente hablando, la sociedad realmente hace eso.
… y que usted, por haber nacido en un ambiente rural de Puerto Rico, más conservador, lo tuvo especialmente difícil.
–Sí, claro. Ese es un fenómeno bastante global. Cuando uno viene de un pueblo pequeño, a veces tiene que emigrar a la capital, tiene que irse lejos, donde no le conozcan, para darse cuenta de que el mundo es para todos, que existe una manera de llegar a la tribu de una. Eso pasa en todas partes. Yo vengo del campo de Puerto Rico y en las áreas rurales se tiende a ser más conservador porque la vida se vive de otra manera. Dentro de ese trasfondo yo encontré mi propia manera de existir.
Se le considera una referencia del mundo LGTBI. Imagino que sentirá orgullo por ello, pero no sé si también le molesta que eso pueda eclipsar el valor de su propuesta artística por sí misma.
–Claro, sí. Al principio una piensa mucho en estas cosas, pero luego te das cuenta de que son rollos de gente que es heterosexual y que tiene esto en la cabeza porque necesitan un manual de instrucciones para poder entenderme, para poder entender mi arte, para poder comprender de dónde vengo. La gente que es como yo, o que no es necesariamente como yo pero sabe mirar un poco más y no tiene estas reglas auto impuestas, no necesita ningún manual de instrucciones para consumir el arte, por ende le llega mucho más directo. No voy a perder el tiempo pensando en eso.
Relacionado con lo de ser una referencia, ¿cómo se lleva el hecho de saber que lo que usted haga va a influir en mucha gente, en ocasiones muy joven?
–Es algo que he intentado manejar. Yo puedo tocar temas muy delicados, y aunque a veces parezca que estoy glorificando según que cosas, no lo estoy haciendo, al contrario, es una crítica el traer todas estas cosas a colación. Siempre he partido de la premisa de que no debería de ser modelo a seguir para nadie. Agradezco que se me aprecie y que se admire. Creo que es importante no caer en eso de endiosar a nadie. Quien lo haga, no lo está entendiendo bien.
Al margen de una mirada interior, sus canciones también hablan de lo que pasa fuera. En su último single, Fuego, habla de lo que está sucediendo en Gaza.
–A muchas personas se les hace difícil separar que un artista se pueda posicionar y luego haga música muy chabacana, muy vulgar. Usualmente, si un artista se involucra en tomar argumentos políticos y en decir cosas inteligentes, se espera que renuncie a todo este espíritu que existe dentro de la música y del baile, que es como demonizarse a través de la música. Supongo que hay una especie de disonancia cognitiva para muchas personas. Eso es los que menos me gusta: cuando una abre la boca y dice dos o tres cosas que parecen inteligentes, la gente ya no le ve sentido a que hagas cosas vulgares o música muy vulgar. Yo sentí la necesidad de tocar ese tema porque vengo de un territorio ocupado; lo que sucede en Palestina, a mí como puertorriqueña me afecta muchísimo. Hay una línea bastante directa de opresión que me recuerda muchas cosas y me hace ver panoramas que reconozco. Por eso este tema es importante para mí. También porque lo hice con MIMA, que es un artista a la que yo admiro muchísimo, lo escucho desde que estaba en la escuela superior. Es para mí un honor ser parte de eso.
Menciona Puerto Rico, que ahora es el epicentro de la música latina, absolutamente hegemónica en el panorama internacional con artistas como Bad Bunny o usted misma. Hace unos años era impensable que los artistas latinas desbancaran a los anglosajones…
–Tengo recuerdos de cuando no era así. Obviamente, yo entonces era una personita mucho más pequeña. En mi casa pude ver de cerca el mercado anglo sajón, y también el mercado latino que se acabó quedando con el mundo y que comenzó con el reggaetón, yo lo presencié en el patio de mi casa, pude ver la época dorada del reggaetón y fue muy formativo para mí, como individuo y como música.
¿Cómo es un concierto de Villano Antillano?
–Mis conciertos son muy genéricos, hay mucho intercambio con el público y los espectadores. Siempre voy con todo y me gusta ver las caras de las personas, porque se dan cuenta de que el micrófono está prendido y yo estoy ahí, rabiando palabra por palabra. Es algo único de ver y de presenciar. Hay mucho reggaetón y mucha magia. Es música que te hace moverte y sentirla. Va de eso, yo no hago música tratando de ser política, eso son solo consecuencias del mundo y de la lente por la que lo miras.
Es su primera vez en Pamplona. ¿Conoce algo de las fiestas de San Fermín? ¿Tendrá tiempo de disfrutarlas?
–Espero poder disfrutar, es una meta mía como persona. He visto cosas bien bellas en Europa y específicamente en España, cosas que me han volado la cabeza. No tengo mucha información sobre Pamplona, pero espero poder conocerla.