Navarra ha rendido este domingo en Elizondo un homenaje a las 1.400 personas exiliadas por el franquismo y a quienes les ayudaron a huir después de años de "cruel olvido", ha dicho al presidenta María Chivite.

Chivite ha presidido junto a Unai Hualde, presidente del Parlamento Foral, y Joseba Otondo, alcalde del Valle de Baztán, este homenaje al que han asistido familiares, vecinos, el delegado del Gobierno, consejos y parlamentarios y que ha concluido con una ofrenda floral y un aurresku de honor.

En su intervención, la presidenta Chivite ha subrayado que Navarra "tiene una deuda" con estas personas, "aparcadas durante años en el cruel olvido" y por ello este "sincero" homenaje a quienes tuvieron que marcharse por su seguridad todos y algunos por compromiso y lealtad con la República.

En todo caso, ha dicho, fue una decisión que supuso "un quebranto y un dolor enorme" para "empezar otra historia en otra parte desde la incertidumbre de empezar de cero y no saber qué deparará el futuro", "una experiencia durísima y traumática" que no puso fin a las penalidades al llegar a Francia ya que allí, complicada la situación con la Guerra Mundial, esperaban campos como el de Gurs.

Y ha añadido que con el exilio de estas personas también perdió Navarra porque "se le sustrajo un valioso patrimonio humano", que es "parte de nuestra historia", de ahí las actuaciones del Gobierno desde el compromiso para no olvidar su dolor y sufrimiento, "mirar críticamente la violencia injusta del pasado y aprender de él para construir una sociedad más justa y más plural y forjar entre todos una convivencia entre diferentes".

Ha reivindicado así, antes de mostrar su "cariño y respeto" a todos los homenajeados, los valores de la democracia y la libertad, las políticas públicas de memoria para que no se repitan las violaciones de derechos humanos y para contribuir a la construcción de una sociedad tolerante, y la ley de Memoria Democrática.

Antes Unai Hualde ha indicado que este reconocimiento, que "tiene mucho de presente porque no difiere mucho" de los que hoy huyen de guerras e injusticia, forma parte de la reparación que buscan las instituciones navarras.

Al respecto ha afirmado que recordar lo ocurrido es "un deber ético, político, institucional y social" tras "un manto de silencio" y "premeditado olvido que ha durado demasiados años" para que "todos y todas nos sintamos en casa".

Ha destacado por ello que los lugares de memoria son importantes para que sean espacios de recuerdo y convivencia, y subrayado que en Navarra hubo víctimas, verdugos y quienes se jugaron su vida por salvar la de otras personas y que merecen también "un justo reconocimiento".

Para empezar el acto el alcalde Otondo ha pedido verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquismo y ha indicado que el lugar de memoria de Elizondo, que "viene significativamente tarde, 40 años", debe ser un lugar de recuerdo para los cientos de personas que huyeron y quienes participaron en las redes de apoyo, un recuerdo que debe servir para "evitar farsas y tragedias" como las del franquismo.

En el homenaje han intervenido también Ana Hualde y Mari Carmen Yarnoz, como familiares, y Sara Soriano en representación de los exiliados, a los ha definido como personas "luchadoras por la libertad" frente a "la barbarie" de los vencedores, y ha reclamado que se conozca la verdad, "la huella imborrable del honor, el amor y la justicia", por lo que ha lamentado que aún hoy en el mundo se produzca estos "horrores" y ha instado a avanzar "entre todos" hacia "una vida más justa".