- Toda rebaja de impuestos tiene su cara B. También la rebaja de la tributación para compensar el alto precio de la luz. De esta forma, el Gobierno de Navarra financiará con 15 millones de euros la suspensión temporal del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica a las instalaciones que producen electricidad y la incorporan al sistema eléctrico. Una cantidad que se ahorraran los ciudadanos en su factura mensual, pero que ha obligado a la Hacienda Foral a ajustar sus propias cuentas.

El Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica es un impuesto de competencia estatal que Navarra gestiona directamente, pero que debe aplicar en los mismos términos que a nivel estatal. El tributo ha sido suspendido durante el último semestre de 2021 para mitigar el incremento del precio de la luz, pero afecta a la recaudación de la Hacienda Foral, que deberá compensar con fondos propios la menor capacidad de gasto presupuestario.

Inicialmente, las medidas urgentes en el ámbito de la fiscalidad energética y en materia de generación de energía, y sobre gestión del canon de regulación y de la tarifa de utilización del agua, se plantearon solo para el tercer trimestre del ejercicio. Sin embargo, la subida sostenida del precio de la energía ha llevado al Gobierno de Sánchez a prorrogar la suspensión del impuesto al cuarto trimestre, algo que el Ejecutivo foral ha tenido que replicar también en Navarra. Ambas iniciativas tendrán un coste presupuestario estimado de 7 millones y 7,9 millones respectivamente en cada uno de los dos trimestres afectados. No se descarta que la medida se prorrogue también algún trimestre adicional, por lo que su impacto podría ser algo superior.

Se trata además de un impuesto que se paga de forma fraccionada cada trimestre, por lo que el coste económico para la Hacienda Foral se repartirá así entre los ejercicios presupuestarios de 2021 y 2022. La primera parte se ha asumido en los presupuestos de este año gracias al aumento de la recaudación del resto de impuestos. Y la segunda se ha aplicado ya a las previsiones de ingresos con las que se ha elaborado el techo de gasto, por lo que en principio no tendrá mayores consecuencias prácticas.

De momento no está previsto que el Gobierno central compense a Navarra por esa merma de la recaudación motivada por una decisión ajena. De la misma forma que tampoco lo suele hacer con otros impuestos de funcionamiento similar, como el IVA, ni cuando suben los tipos ni cuando bajan. No obstante, quedan pendientes de acordar los términos de la aportación anual al Estado por el Convenio Económico, que ambas administraciones tenían previsto cerrar para el mes de septiembre, pero que sigue sin acuerdo. Y en el que además del pago por las competencias no transferidas están pendientes por ajustar la armonización de distintos impuestos, como el impuesto de transacciones financieras (tasa Tobin) y el impuesto de servicios digitales (tasa Google).