El Papa Francisco afirmó ayer en Chipre “que no son los muros del miedo” o “los vetos dictados por intereses nacionalistas” los que contribuirán al progreso en Europa. “El continente europeo necesita reconciliación y unidad, necesita valentía e impulso para caminar hacia adelante”, dijo en su discurso a las autoridades chipriotas en el palacio presidencial. Y añadió: “Porque no serán los muros del miedo ni los vetos dictados por intereses nacionalistas los que contribuirán al progreso, ni tampoco la recuperación económica por sí sola podrá garantizar la seguridad y la estabilidad”. Francisco realizó este discurso en un momento en el que Polonia ha militarizados sus fronteras con Bielorrusia ante la llegada de miles de migrantes procedentes sobre todo de Afganistán y Siria, pero también Chipre y Grecia han construido muros para frenar a los refugiados.

“Miremos la historia de Chipre y veamos cómo el encuentro y la acogida han dado frutos beneficiosos a largo plazo; no sólo en lo que se refiere a la historia del cristianismo, para la que Chipre fue el trampolín de lanzamiento en el continente, sino también por la construcción de una sociedad que ha encontrado su propia riqueza en la integración”, afirmó Francisco.

El Papa, que en este viaje apostólico a Chipre y Grecia se ha propuesto poner el el dedo en la llaga sobre la falta de solidaridad europea frente a la migración, señaló que la “no debemos sentir la diversidad como una amenaza contra la identidad, ni debemos recelar y preocuparnos de los respectivos espacios”. “Si caemos en esta tentación crece el miedo, el miedo genera desconfianza, la desconfianza conduce a la sospecha y, antes o después, lleva a la guerra”, dijo el papa durante una visita a la catedral de Santa María de Las Gracias.

Destacó también que el Mediterráneo, cuna de numerosas civilizaciones, es “un mar del que todavía hoy desembarcan personas, pueblos y culturas de todas partes del mundo” y pidió a los chipriotas que con su fraternidad “pueden recordar a todos, a toda Europa, que para construir un futuro digno del hombre es necesario trabajar juntos, superar las divisiones, derribar los muros y cultivar el sueño de la unidad”.

Por su parte, el presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, agradeció al Papa haber aceptado la petición de llevar a Italia a 50 refugiados, una acción que calificó de altamente “simbólica” de cara a la necesidad de revisar la política migratoria de la Unión Europea.

En un discurso en el palacio presidencial durante la primera jornada de la visita de Francisco a Chipre, Anastasiadis recordó que Chipre es el principal país de llegadas de migrantes de la UE en proporción a su población, y destacó que muchas personas entran de forma irregular desde Turquía a través del norte de la isla, ocupada por fuerzas turcas.

El presidente subrayó, como ya lo ha hecho ante las instituciones europeas, que Chipre tiene grandes dificultades para gestionar estas llegadas. “Su iniciativa simbólica es ante todo un rotundo mensaje sobre la necesidad de revisar la política de inmigración de la UE para hacerla más equitativa”, dijo.

Anastasiadis se refirió también a la división de la isla e hizo hincapié en que Chipre es el único país en Europa que sigue dividido.