Iosu de la Torre (Pamplona, 1961) se fue de Pamplona en enero de 1986 con destino a Barcelona. Se embarcó como redactor en un diario deportivo, Récord, de fugaz existencia. De ahí, pasó a la redacción de El Periódico de Catalunya, donde sigue trabajando como coordinador. De la Torre se describe como “un tipo de Pamplona que se siente barcelonés”, un “vasco de Barcelona”. Cuenta que los catalanes son “bastante particulares a la hora de mirar a Navarra y al resto del País Vasco con la murga de los derechos forales, y se piensan que allá todo es distinto”. Apunta a que recientemente Jordi Pujol ha afirmado que planteó a Adolfo Suárez un modelo como el vasco y fue rechazado, negativa que Artur Mas recibió décadas después de Mariano Rajoy. “Si hubiese habido un acuerdo, toda la tormenta que vino después con el procés y el referéndum del 1-O no hubera llegado a donde llegó”.

De la Torre observa en los últimos años “un cambio bastante importante” en el devenir político de Navarra, al que encuentra una cierta similitud con “lo que ha habido en ocasiones en Catalunya”, con la posibilidad de que una “Navarra plural, de izquierdas y nacionalista haya sido capaz de asumir tareas de gobierno” tras muchos años. “Creo que lo han hecho de una manera bastante natural, teniendo en cuenta el contexto muy complicado”. Destaca el papel de Uxue Barkos y de Geroa Bai en ese cambio, también en el “escenario que se creó tras las últimas elecciones”, previo a la llegada de la covid. “Teniendo en cuenta que se estaba saliendo de la crisis económica del 2008-2013, y que de repente estalló la pandemia, se están haciendo bien las cosas”, dice. De la Torre destaca que haya desaparecido ETA, “eso también ha ayudado a que las cosas sean distintas”. En cuanto a María Chivite, observa a “una persona que ha sabido moverse en el tablero y entre la suma de todos que cambie un poco la atmósfera”. Y considera que “el navarrismo regional de toda la vida está reseteando sus señas de identidad, y acariciando ya un discurso españolista más propio de la extrema derecha que de los más antiguos navarristas de otras épocas”.

De la Torre recuerda que hay 483 kilómetros por autopista entre Barcelona y Pamplona, y “las cosas se pueden percibir de distinta manera”, aunque allí “se ve también que España es distinta a la que habitualmente se nos cuenta”. Respecto al grado de proyección del euskera, cuenta que en Barcelona hay “bastante gente de raíces vascas”, una Euskal Etxea y diferentes actividades, que crean “vínculo”, en un entorno donde es patente “una gran defensa de la lengua catalana”.

Por otro lado, cree que Osasuna sigue siendo un “referente claro”, del que además de su trayectoria deportiva, sigue con interés la labor de memoria histórica generada sobre la represión violenta que tras el 36 sufrieron miembros históricos o fundadores del club. De la Torre entiende que otro “referente que pervive es el Opus Dei”, y recuerda que la Caja de Ahorros de Navarra antes de su desaparicióntambién era una “seña de identidad bastante importante”. En cuanto a la marca de conservadurismo que puede generar el Opus, cree que “es un tópico que siempre nos perseguirá, pero también hay quien dice que los tópicos son la pura realidad”, aunque añade que “la gran mayoría de gente del Opus Dei que he conocido en la Universidad de Navarra y en Catalunya eran catalanes”. Y concluye: “El Opus es un aparato muy inteligente y sabe introducirse en todo tipo de situaciones y sobre todo, en los espacios de poder”.

En sus visitas a Pamplona este periodista sigue viendo una “ciudad amable”, aunque bromea sobre el apelativo de ‘Mordor’. “Se ve que cuando llueve tanto se acentúa la depresión y las ganas de salir”, ironiza. De la Torre observa un doble cambio notable. “En algunos barrios la imagen clásica es la de una persona anciana con una cuidadora habitualmente sudamericana o centroamericana”. Cree que el papel de los inmigrantes ha sido importante porque “también está ayudando a cambiar la cara que tiene Navarra, no solamente en el mundo de la atención a nuestros mayores, sino también en la industria y el comercio, y dar otro tipo de ADN a la sociedad del futuro”.