Las recientes muestras de apoyo de la izquierda abertzale a dos históricos de ETA se están interpretando como un paso atrás desde otros sectores políticos, que le afean estas exhibiciones. Sortu, y también EH Bildu, han querido cerrar filas este martes con Mikel Albisu, Mikel Antza histórico dirigente de la organización ya disuelta. Le han brindado un aplauso cuando se disponía a entrar a los juzgados de Donostia para declarar sobre el asesinato del concejal del PP, Gregorio Ordóñez, en 1995.

Este respaldo se suma al que ya brindó el líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, a Antton Troitiño, en el tanatorio. Lo definió como una “víctima del conflicto” a la que llorar, tras su muerte por cáncer.

Estas declaraciones chocan con el anuncio del colectivo oficial de presos, EPPK, que decidió poner fin a los ongietorris a los reclusos a su salida de la cárcel, unas exhibiciones de respaldo que suponían un dolor añadido para las víctimas. También chocan con los esfuerzos de la izquierda abertzale por homologarse como actor político, ocupar posiciones de centralidad y normalizar su relación con los socialistas, un acercamiento que le abre un abanico de posibilidades amplio en materia de alianzas con la aspiración de gobernar las principales instituciones vascas y arrebatar la hegemonía al PNV.

EH Bildu ha pactado por segundo año consecutivo los Presupuestos del Estado, también ha alcanzado un acuerdo sobre los de Nafarroa, y este mismo jueves confirmará con su abstención su pacto sobre las Cuentas de la comunidad autónoma vasca.

"SOLIDARIDAD Y APOYO"

El integrante de Sortu Haimar Altuna, acompañado de rostros conocidos como Rufi Etxeberria o la edil de EH Bildu Reyes Carrere, ejerció de portavoz de la concentración bajo el lema Solución y paz, Mikel Albisu con nosotros. Fue una concentración de “solidaridad y apoyo”. Altuna recordó que han pasado tres años desde que Albisu dejó la cárcel, y acusó a la Audiencia Nacional de querer llenar otra vez las prisiones.

Situó al estamento judicial en la dirección contraria a la paz y tratando de perpeturar el sufrimiento, mientras que la izquierda abertzale habría dado pasos en dirección a conseguir esa paz.

EL JUEZ LE RETIRA EL PASAPORTE

Mikel Antza, por su parte, se negó a declarar en la Audiencia Nacional, pero leyó por vía telemática una declaración inicial para negar su participación en los hechos, recordar que ya fue condenado en el Estado francés a veinte años de cárcel, y para denunciar la manipulación de pruebas, en alusión a los informes elaborados por la Guardia Civil que, según trasladó, se basarían en la práctica de la tortura.

Esta causa comenzó en 2015 a instancias de la denuncia de Consuelo Ordóñez, hermana del concejal asesinado, y el magistrado Santiago Pedraz decidió apuntar como autor intelectual a Albisu, entre otros. Este martes, la Audiencia Nacional le ha retirado el pasaporte y le ha prohibido abandonar el Estado español, donde tendrá que fijar residencia, y concedió verosimilitud a las acusaciones por el papel que pudo tener la cúpula al ordenar la comisión de atentados.

LA CONMOCIÓN POR EL ASESINATO DE ORDÓÑEZ

Estos gestos se leen en clave de cohesión interna, pero la trayectoria tanto de Troitiño como de Albisu contribuyó a dar aire a la polémica. El primero de ellos fue condenado por más de veinte asesinatos, lo que propició, por ejemplo, que el PNV, aun compartiendo que se debe cumplir la legalidad penitenciaria y dar un trato humano a los presos enfermos, se desmarcara con claridad del apoyo a alguien con unos antecedentes tan abultados. Diferenció ambos planos.

En cuanto a Albisu, se le juzga por un asesinato que causó un impacto social importante, el de Gregorio Ordóñez, el primer concejal asesinado por ETA dentro de la estrategia de socialización del sufrimiento y presión que estableció la ponencia Oldartzen. Esta estrategia marcó el principio del fin de ETA y provocó un amplio rechazo ciudadano, como sucedió también con el asesinato de Miguel Ángel Blanco.

LAS CRÍTICAS

Desde Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi dijo que “las declaraciones de quienes anuncian pasos para avanzar en la convivencia y no dañar a las víctimas se quedan en papel mojado al ver estas imágenes”, que pueden revictimizar a las víctimas.

Desde el PP, Carlos Iturgaiz quiso llevar este debate otra vez al terreno del enaltecimiento del terrorismo. Calificó de “repugnantes” los aplausos y dijo que “son unos miserables, que lejos de abandonar los ongietorris, humillan a las víctimas”. “Es una nueva repugnante demostración de exaltación y apología del terrorismo con recibimiento de lujo made in Sortu al jefe de ETA responsable del asesinato de mi compañero del PP vasco Goyo Ordóñez”.

Desde el Gobierno español, la portavoz Isabel Rodríguez dijo no conocer los detalles de lo sucedido, pero decidió reprobarlo porque su Ejecutivo está con las víctimas. Estos episodios los utiliza el PP para desgastar a Sánchez por contar con los votos de EH Bildu.