- La exdirigente de ETA Iratxe Sorzabal negó ayer en el juicio que ha comenzado este lunes en la Audiencia Nacional que participara en la madrugada del 2 de noviembre de 1996 en dos atentados cometidos en una farmacia y en el Palacio de Justicia de Gijón, que causaron daños materiales.

Se trata de la única causa por la que Iratxe Sorzábal -una de las que leyó el comunicado del final de ETA- fue entregada temporalmente el pasado 14 de enero a España por Francia, donde cumple condena tras haber sido detenida en 2015 en el país galo junto al exjefe de ETA David Pla, nombrado hace unos días dirigente de Sortu.

La acusada aseguró que se reconoció autora de los hechos porque así se lo obligó la Guardia Civil con torturas al ser detenida en 2001 en Hernani (Gipuzkoa) cuando trabajaba en Gestoras Pro Amnistía tras ser expulsada en 1999 por Francia, donde había sido arrestada en 1997 y después de cumplir una primera condena en el país galo de dos años de prisión por su pertenencia a la banda terrorista.

El fiscal y las acusaciones ejercidas por la Abogacía del Estado y la Asociación Víctima del Terrorismo piden en sus conclusiones provisionales 46 años de cárcel para Iratxe Sorzabal.

La acusan de participar junto con otros miembros del comando Ibarla de ETA en ambos atentados cometidos en Gijón al explosionar sendos artefactos explosivos, uno a las dos y media de la madrugada en la farmacia del marido de la que había sido hasta mayo de 1996 secretaria de Estado para Asuntos Penitenciarios, Paz Fernández Felgueroso, y sobre las seis en el nuevo Palacio de Justicia.

Sorzabal aseguró que en su primera etapa de relación con ETA hasta el verano de 1997 no se integró en ningún comando ni participó en atentados y dijo que se limitó a realizar labores de información a la banda de si había o no controles en la frontera entre Irun y Hendaia para que miembros de ETA pasaran a Iparralde. "Nunca he estado en Gijón ni en Asturias", recalcó.

Relató que tras su detención de 2001 quedó en libertad y huyó a Francia, donde ya sí se integró en la banda, hasta que fue detenida en 2015.

El Tribunal de Correccional de París la condenó en rebedía en junio de 2006 a tres años de cárcel por su pertenencia al aparato político de ETA y en 2013 fue de nuevo condenada en rebeldía en el juicio en el que se le impuso cadena perpetua al padre de su hija, el exdirigente de ETA Mikel Carrera Sarobe, Ata, por el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton en 2007.